El banquero Héctor Rangel Domene tiene grandes retos al frente de Bancomext.
Héctor Rangel Domene tendrá que enfrentar a partir del 1 de enero de 2009 la disyuntiva sobre si desaparece el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) o dejar que siga operando como una institución paralela a Nacional Financiera (Nafin). Por el lado de Nafin llegará a concretar el programa de compras del gobierno federal dirigido a la pequeña y mediana empresa, que de acuerdo con estimaciones de la institución durante 2009 tendrán que llegar al 20 por ciento y cerrar la administración con 35 por ciento.
La posible fusión de Nafin y Bancomext es un tema que desde la pasada administración se quedó en el tintero, aun cuando existe un estudio encargado al Fondo Monetario Internacional que reafirma el cruce de actividades entre estas dos instituciones que serán dirigidas a partir de 2009 por Rangel Domene, quien sustituye en el cargo a Mario Laborín. En 2007, este tema volvió a quedarse en el aire cuando se creó ProMéxico, el organismo que se encargaría desde ese momento de las actividades de promoción comercial.
De acuerdo con declaraciones del ex director del Bancomext, Héctor Reyes Retana, el principal problema del banco del desarrollo se centra en las actividades de promoción, por lo que solicitó que éstas fueran encargas a otro organismo como se hace en otros países. Ahora, el Bancomext se encargaría del otorgamiento de créditos y capacitación para las empresas exportadoras mexicanas. Esta situación se sumó a que el gobierno federal decidiera nombrar a un solo director general para ambas instituciones, Nafin, para atender a la pequeña y mediana empresa, y el Bancomext, responsable de las empresas exportadoras. De hecho, Mario Laborin, desde la pasada administración, se caracterizó por ser uno de los principales impulsores de que Nafin se fusionara con el Bancomext. De las siete instituciones que componen la banca de fomento, el Bancomext fue el último en registrar números negros, ya que Nafin desde 2001, año en que asumió la dirección general de esta última Mario Laborin, empezó a registrar utilidades. De 1990 a 2006, el volumen de financiamiento del Bancomext pasó de 13 mil 600 millones de pesos a cinco mil 265 millones de pesos, mientras que el número de empresas financiadas pasó de cuatro mil 405 a 469. Sigue...
No fue hasta el segundo trimestre de 2006, durante la dirección de Reyes Retana, cuando el banco de comercio reportó después de más de cinco años sus primeros números negros por 196.4 millones de pesos, producto de algunas ventas de bienes e inmuebles Esta tendencia no se sostuvo al cerrar ese año nuevamente con una pérdida por 295.9 millones de pesos; para 2007, y con una nueva reestructuración, el Bancomext cerró el año con una utilidad neta sostenida de 99.1 millones de pesos. De 2003 a 2005, el gobierno federal le inyectó a la institución de fomento un total de tres mil millones de pesos, y en 2006 dos mil 400 millones de pesos más para el fondo de pensiones. No obstante, a partir de 2006, el Bancomext logró revertir su deterioro financiero al ubicar la cartera vencida de 23 a sólo 2.0 por ciento en 2008, mientras que el índice de capitalización creció hasta 22.7 por ciento en los últimos dos años. De enero a septiembre de este año, el banco de desarrollo registró una ganancia neta de dos mil 525 millones de pesos.
