Al conmemorar el segundo año de su arribo a la Presidencia Felipe Calderón Hinojosa llamó a seguir promoviendo el diálogo, la conciliación, y los acuerdos para transformar al país y procurar un futuro de mayor bienestar para los mexicanos. (Notimex)
Hace el presidente un balance de sus dos años de Gobierno; prevé ‘diferencias’ por las elecciones de 2009.
En el festejo por los dos primeros años en la Presidencia, el mandatario Felipe Calderón advirtió que el “Gobierno Federal no ha negociado, ni negociará con organización criminal”.
En el resumen de los dos primeros años, Calderón destacó el avance en el diálogo político; la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad y previó para 2009, diferencias entre actores por el proceso electoral en el que se renovará la Cámara de Diputados.
Reconoció el trabajo de los legisladores; subrayó la estabilidad en las finanzas y ratificó su compromiso en la lucha contra la inseguridad, al grado de advertir que su Gobierno no pactará con delincuentes:
“El Gobierno Federal no ha negociado, ni negociará con organización criminal alguna y combate sin distingos a todos aquellos que atentan contra la vida, la seguridad y la paz de los mexicanos”.
Para la ceremonia celebrada en el patio central de Palacio Nacional, Calderón convocó a 900 invitados, entre ellos Narciso Agúndez, del PRD, y gobernador de Baja California Sur; líderes sindicales como Elba Esther Gordillo o el presidente del IFE, Leonardo Valdés, además del gabinete legal y ampliado ante quienes defendió las acciones del Gobierno, entre las que hay, reconoció, aciertos y errores.
“En dos años de Gobierno hemos demostrado que las dificultades no se evaden, sino que se enfrentan con decisión y al hacerlo se supera la adversidad y se abren nuevos horizontes para el país. Aún con aciertos y errores la satisfacción del deber cumplido nos alienta para acometer aún con mayores bríos las tareas por venir”, dijo.
Arropado por los invitados especiales que fueron colocados en el templete principal – entre ellos los representantes del Poder Legislativo y Judicial, así como de gobernadores de PRI, PAN y PRD, además del presidente del IFE–, Calderón presentó un panorama general del país en temas como seguridad, economía interna, finanzas, política exterior y desarrollo social.
“Sabemos qué hacer (...) el país tiene rumbo firme (...) los mexicanos podemos estar seguros de que saldremos adelante”, dijo Calderón quien también convocó a los mexicanos a sumarse en la tarea por el desarrollo nacional.
Abrió su discurso con el tema de la inseguridad y acusó que ésta se generó “por años de indiferencia ante el cáncer de la criminalidad, la impunidad y la corrupción. Este mal se convirtió en una amenaza para la paz y representa un desafío para la viabilidad misma del Estado. Lo más fácil para el Gobierno hubiera sido cerrar los ojos ante la realidad; no lo hicimos, decidimos enfrentarla con todas sus consecuencias”, aseguró.
Después de compartir un desayuno michoacano compuesto por uchepos, Calderón sostuvo que para frenar a la delincuencia “primero hay que sacarla de nuestra propia casa. No vamos a tolerar la corrupción en las instituciones que deben proteger a la sociedad”.
En finanzas dijo que México tendrá problemas, “sí pero los mexicanos podemos estar seguros de que saldremos adelante”.
Durante el discurso, en el que fue aplaudido sólo en tres ocasiones y casi ya al final del mensaje.
El mandatario habló sobre las transformaciones “profundas” del país y antes de concluir agradeció lo hecho a sus colaboradores, a su familia y quien fuera su secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, a través de su esposa María de los Ángeles Escalante, quien fue colocada en la mesa principal junto a Margarita Zavala, esposa de Calderón.
Al acto asistieron los presidentes del Senado, Gustavo Madero; de diputados, César Duarte; el presidente de la Corte, Guillermo Ortiz; el presidente del IFE, Leonardo Valdés y Germán Martínez, presidente nacional del PAN, entre otros personajes.
Inhibe el frío al mariachi
Hace mucho frío en Palacio Nacional. Al mariachi de la Marina, de plano, lo esconden. Los músicos apenas asoman la cabeza para ver el desfile de invitados hacia el Patio Central.
Al arañar el primer trienio de su gestión, el presidente de la República, Felipe Calderón, irrumpe en ese ambiente. Con mucho frío y con un virtual Informe de Gobierno bajo el brazo.
Sólo faltan curules. Gobernadores. Un puñado de legisladores. Líderes empresariales y sindicales. Prelados con alzacuellos. Familiares del Ejecutivo. Invitados especiales. Como se estilaba en San Lázaro cada 1 de septiembre.
Con cuatro mil 500 ejecutados y lo peor de la crisis económica por venir, la salud de la República se puede quebrantar. Fernando Gómez Mont reconoce el terreno que pisa y lo piensa dos veces antes de agendar una cita con la maestra Elba Esther Gordillo.
“Estaríamos usted y yo en San Diego echándonos un cafecito”, le insinúa.
En un santiamén al abogado Gómez Mont se le aparece el dirigente petrolero Carlos Romero Deschamps, con quien aparentemente no tiene problema alguno.
“Gracias a Dios, tu tema me llegó resuelto. El portero no tiene que estar tan preocupado”, celebra el secretario de Gobernación.
Antes de ocupar su asiento, Gordillo evalúa: “Como diría alguien, lo importante es no saber cómo se ve sino cómo se siente. Y a Calderón yo lo siento y lo veo bien”.
Germán Martínez Cázares, líder nacional del PAN, sentencia: “Estos dos años han sido más exitosos que los últimos dos sexenios en materia de lucha contra la delincuencia”.
En los prolegómenos del acto por los dos años de Gobierno discurren el Obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda; el líder ferrocarrilero Víctor Flores; el actor y ganadero Gonzalo Vega; los empresarios Manuel Arango y Lorenzo Servitje; Laura Zapata y Andrea Legorreta; los cuñados Juan Ignacio y Diego Hildebrando.
Vestida de negro, María de los Ángeles Escalante, viuda de Juan Camilo Mouriño, concentra la mirada de los invitados. Tiene un lugar reservado en la mesa de honor, al lado de la esposa del Presidente, Margarita Zavala.
Hasta su lugar llega a consolarla con un abrazo el Obispo Onésimo Cepeda, amigo que fue de Juan Camilo.
A ojos del Presidente, la crisis atañe a todos. Por eso reclama una amplia participación para encarar la turbulencia que viene. “Con aciertos y errores”, sostiene, el Gobierno está haciendo su tarea. “El ánimo no ha mermado”, asegura.
Pero no hay ánimo suficiente como para que toque el mariachi. Los músicos guardan los instrumentos. No hay orden para tocar. Afuera hay mucho frío...