El imperio de los lobos
El Universal
MÉXICO, DF.- El primer filme que trató el tema fue el cortometraje The Werewolf (1913, Henry MacRae), la historia de una india navajo que se convierte en bruja tras el asesinato de su marido y que educa a su hija en el odio a los blancos. Esta buscará venganza convirtiéndose en licántropo. Se considera el primer filme de temática licantrópica a El Lobo Humano (Werewolf of London, 1935, Stuart Walker) en el que Henry Hull interpretaba a un científico británico al que un lobo mordía en pleno Tibet y que regresaba a Londres con la particularidad de convertirse en una bestia semihumana durante el plenilunio.
Posteriormente, el monstruo tomaría los rasgos (es un decir, pues estaban cubiertos por el maquillaje de Jack Pierce) del mítico Lon Chaney Jr. en El Hombre Lobo (The Wolfman, 1941, John Waggner). El filme, que cambia el Tibet por Transilvania como lugar donde es mordido el protagonista (esta vez por un hombre lobo), establece las características definitivas del mito.
Pronto le salió una competidora femenina, por supuesto, y así pudimos ver a June Lockhart convirtiéndose en hirsuta alimaña de la noche en She-wolf in London (1946, Jean Yarbrough). Los descacharrantes cómicos Abbott y Costello tuvieron un jocoso encuentro en la pantalla con el personaje en Abbott & Costello meet Frankestein (1948, Charles Barton) película en la cual Drácula (Bela Lugosi) planeaba colocar el cerebro de Lou Costello en la cabeza de Frankenstein mientras por allí merodeaba un hombre lobo nuevamente interpretado por Lon Chaney.
El filme (delirante desde cualquier punto de vista), en el cual Vincent Price también colaboraba poniendo una voz en off, se enmarcaba en un contexto en el cual los clásicos filmes de Terror de la Universal estaban en pleno declive comercial. Ese declive del género fantaterrorífico se vio aún más nítidamente en filmes del tipo Yo Fui un Hombre Lobo Adolescente (I Was a Teenage Werewolf, 1957, Gene Fowler, Jr.) con Michael Landon (si, el de Bonanza o La Casa de la Pradera) haciendo de licántropo con acné.
Werewolf in a Girl’s Dormitory (1961, Richard Benson) también caminaba por parecida línea con un director de un colegio para chicas problemáticas que se convertía en hombre lobo de, en el fondo, libidinosas intenciones.
En los sesenta el mito es vapuleado sin piedad en versiones cada vez más flojas. En La Maldición del Hombre Lobo (The curse of the werewolf, 1961, Terence Fisher), Oliver Reed interpretaba al español León Corledo quien nace en Navidad, fruto de una violación, y se convierte en una bestia hambrienta de carne humana (leve variación del origen fílmico del mito que retoma una de las leyendas sobre su génesis). Intentando prolongar el éxito de sus inicios, en vano, Lon Chaney Jr. interpretó de nuevo al personaje (o más bien a una caricatura del mismo) en Face of the Screaming Werewolf (1964, Gilberto Martínez Solares/Rafael Portillo). En este extraño filme, el licántropo cinematográfico por antonomasia interpretaba a un hombre lobo momificado azteca.
Los 70 no se presentaban mucho mejor con subproductos como Werewolf of Woodstock (1975, John Moffitt), donde una descarga eléctrica sufrida por un hombre en el lugar de celebración del mítico megaconcierto del 69 le convierte en un licántropo hambriento, o “The boy who cried werewolf” (1973, Nathan Juran) sobre un niño que descubre que su padre se ha convertido en hombre lobo.
La cumbre del kitsch tal vez la ocupe la producción mexicana Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre Lobo (1972, Miguel M. Delgado) con los célebres luchadores aztecas repartiendo mamporros. Sería en los 80 cuanto el género licantrópico recuperaría parte de su esplendor con la popular saga iniciada por Aullidos (The howling, 1980, Joe Dante), la adaptación de Stephen King Miedo Azul (Silver Bullet, 1985, Daniel Attias), la estupenda comedia macabra “Un hombre lobo americano en Londres” (An american werewolf in London, 1981, John Landis) y, sobre todo, la extraordinariamente poética “En compañía de lobos” (Company of wolves, 1984, Neil Jordan).
Esta última cinta presentaba una analogía entre el género terrorífico y los cuentos infantiles, en la cual el mito del hombre lobo estaba más que relacionado con la génesis del cuento de Caperucita Roja. Una auténtica joya, sin duda. Claro que también habría lugar para la parodia con el remake no-oficial de Yo fui un Hombre Lobo Adolescente que protagonizó Michael J. Fox y que fue titulado Teen Wolf (1985, Rod Daniel).
En los 90, han continuando proliferando títulos sobre el hombre lobo pero ninguno ha logrado destacar sobre el resto. La esperada secuela Un Hombre Lobo Americano en París (An American Werewolf in Paris, 1997, Anthony Waller) resultó un completo chasco pues los efectos especiales infográficos resultaban mucho menos creíbles que los animatronics del filme de Landis, además de que el guión carecía del interés y la mala intención de su precedente. La francesa Julie Delpy no sabía donde se metía al aceptar el proyecto.
Por su parte Lobo (Wolf, 1994, Mike Nichols) no carecía de interés si bien los dobles de Jack Nicholson “cantaban” en exceso. Sin, embargo, la metáfora sobre el deseo de una segunda oportunidad tras el declive masculino, la contención interpretativa del gran Jack y la relación de seductor/seducido que mantiene con Michelle Pfeiffer dan como resultado una visión de la licantropía, como mínimo, diferente y estimulante. Otros títulos han sido Werewolf (1996, Tony Zarindast), Rage of the Werewolf (1999, Kevin J. Lindenmuth), etc... Y no nos olvidamos del español Paul Naschy (Jacinto Molina), el actor que más veces ha interpretado en pantalla al hombre lobo. Entre sus títulos más conocidos destacan La Marca del Hombre Lobo (1968, Enrique López Eguilluz), La Furia del Hombre Lobo (1970, José Mª Zabalza), Licántropo (1996, Francisco Rodríguez Gordillo) y, por supuesto, la mítica La Noche de Walpurgis (1970, Leon Klimovsky).
Y también aúllan... con música
La leyenda del hombre lobo de igual manera ha servido de inspiración para ciertos cantantes
-En marzo de 1984 La Unión lanzó a la radio su gran éxito y su himno Lobo Hombre en París, del cual el single vendió 200 mil copias y permaneció once semanas en el número uno de las listas de los más vendidos.
-En 1988 Tatiana dio a conocer su disco Un Lobo en la noche, mismo que vendió miles de copias en el mercado latinoamericano. En radio sonaron los temas Peligro en el Elevador, El Seductor y precisamente Un Lobo en la Noche.
-En 1987 Miguel Bosé llega a las tiendas con el material discográfico XXX, de este se extrajo el corte Como un Lobo, mismo que se convirtió en un hit para el cantante. Recientemente, presentó una nueva versión a dúo con Bimba Bosé como parte del CD Papito.
-El video musical que acompañó al tema Thriller de Michael Jackson es un hit en la historia de los medios. Esta producción de 13 minutos de duración, dirigida por John Landis, es semejante a un corto de cine y produjo sensación por su trama, sus imágenes impactantes y coreografías. En la trama Michael personifica a un hombre lobo y pone a bailar ‘muertos-vivientes con su tema.