José Antonio Miranda Hernández, psicólogo clínico, explica que el manejo de la frustración que tenga cada persona en cuestiones cotidianas como el trabajo o la relación de pareja revela el estado de su salud mental.
Refiere que la frustración se presenta cuando la persona se plantea expectativas en su trabajo o en su pareja las cuales no se cumplen. Señala que, aun en el trabajo, las expectativas pueden ser tanto personales como profesionales.
“Las personas tienden a buscar un trabajo que les estimule, que les lleve a crecer, a llevar a la práctica aquello para lo cual estudiaron, pero cuando las expectativas que se fijan no se cumplen, entonces hay mucha frustración”, comenta.
“En la pareja, durante el enamoramiento, nos llenamos de expectativas y cuando esta fase pasa, hay que aceptar que hay problemas y buscarles solución; en el trabajo también nos planteamos que vamos a subir de puesto, que será gratificante, que nos van a tomar en cuenta, y cuando no es lo que esperábamos, viene la frustración”, expone.
El psicólogo explica que la forma en que se manejan las frustraciones indica mucho de la persona, pues intervienen factores como la alta o baja autoestima, la autovaloración, el contar con una vida personal estable, la madurez y la tolerancia.
Miranda Hernández dice que hay frustraciones “normales” y otras que sí requieren de una valoración de la situación por la que se atraviesa, como la necesidad de cambiar de trabajo cuando el campo no es muy amplio o cuando, en definitiva, no será posible adaptarse a esas características del empleo.
“Si atenta contra mi dignidad, no puedo permanecer en ese empleo aunque gane muy bien económicamente hablando, mientras que un trabajo puede no ser muy redituable pero le genera mucha satisfacción a la persona y esto afecta positivamente a su salud mental”, comenta.
Enseguida, el psicólogo José Antonio Miranda brinda algunas recomendaciones para manejar la frustración en el trabajo.
-Establecer expectativas reales.
-Darse cuenta de que el trabajo no es todo.
-Comprender que la frustración sí es manejable.