Los perros, al igual que los humanos pueden sufrir de situaciones de nervios; o en otras palabras estrés. El estrés puede ser físico o emocional y al igual que en los humanos pueden acarrearle momentos incómodos que se transforman en un sentido de amenaza.
Problemas que afectan su salud, como por ejemplo heridas e infecciones; aspectos del medio ambiente, viajes, fuegos artificiales, ruidos externos también le pueden causar estrés a nuestra mascota. También debemos tomar en cuenta que la edad es un factor en contra a la hora de algún cambio en las rutinas de nuestra mascota. Un buen ejemplo de esto es que cuando nuestra mascota ya tiene algunos años encima pues no es muy recomendable sacarlo de viaje y lo mejor es dejarlo en casa a cargo de alguna persona de confianza.
El estrés en nuestra mascota le causa mayor ritmo cardiaco, tensión muscular, cambios en su comportamiento, falta de apetito y nerviosismo entre otras muchas reacciones. La falta de cariño y amor o la nula atención suelen llevar a nuestra mascota a periodos de depresión y de enfermedad.
Aunque esto suene increíble, en los perros así como en los humanos la depresión constante o permanente puede llevar a la muerte. Lo ideal es que siempre le dediquemos tiempo de calidad a nuestra mascota, que lo acostumbremos a pasear y que siempre busquemos su felicidad. Si nos aseguramos de darle amor y cuidados podremos estar seguros que nuestra mascota crecerá contenta y sana.