Hoy amanecí con hambre, como todos los días. Pero mi desayuno aún no llega, debo caminar varios kilómetros con mi dueño en busca de algo que comer. En el trayecto platicamos, a veces me cuenta de sus hijos que lo han abandonado, de su esposa que falleció joven y de cómo su vida empezó a cambiar; y más cuando el alcohol fue su compañero. Poco a poco hemos hecho buena amistad, al grado que ahora él se refiere a mí como su único amigo. Yo también quisiera contarle de cómo era el centro de atracción después de que me vendieron cuando era un cachorrito; y de cómo de igual manera cuando supieron que era de raza grande me aventaron en un basurero. Ahí conocí al que ahora defiendo como mi dueño.
A veces caminamos poco, en otras ocasiones mucho, pero nuestro desayuno empieza con agua de los charcos o de las mangueras que encontramos a nuestro paso. Mientras vamos entrando a las diferentes “colonias residenciales” empezamos a buscar en las bolsas de basura cartón, papel, latas que se pudiera vender; y de pasada comida para mi desayuno.
A veces veo cómo mis primos con resentimiento me ladran y amenazan, se enojan porque ando por ahí, pero no entiendo su coraje. Algunos incluso han intentado morderme y aunque no tengo tantas comodidades como ellos no les guardo rencor. Confío en mi Dios y en que algún día me volverá a permitir ver a mi niño, ése que me cuidaba, me bañaba, me cepillaba, y me daba de comer todos los días.
A veces no entiendo a los humanos, algunos nos han apedreado cuando estamos buscando entre su basura, otros nos “avientan a la policía” y algunas señoras nos dan agua y pan para comer. Ojalá todos fueran así de buenos.
Ésta es mi historia, hoy me encuentro encerrado tras los barrotes de una celda. Mi dueño murió hace poco y me quedé solo de nuevo. En la mañana escuché cuando vinieron a ver perritos para adoptar, pero debido a mi suciedad y mal aspecto no me tomaron en cuenta. Sólo atinaron en decir que no gastarían más en darme agua y que mi muerte sería rápida. Lo único que pido es que Dios me permita estar con una familia que no me abandone y me permita darle todo mi amor a cambio de un hogar.