Si estás pensando abandonar a tu mascota toma en cuenta que lo estás condenando a cualquiera de las siguientes suertes:
Ser atropellado, dejándolo que agonice durante minutos, horas o días causándole una muerte dolorosa, inhumana y dicho sea de paso arriesgando la vida de algún automovilista.
A servir en el entrenamiento de algún perro de pelea y contribuir al desarrollo de estas mafias que sólo se dedican a matar por diversión y dinero.
A la utilización en algún experimento u operación hasta llegar a la muerte por convulsiones, hemorragias internas, desangramiento, coma o simplemente por una mala “práctica quirúrgica”.
A terminar dentro de la jaula de una perrera donde tendrá “la suerte” de durar algunos días muriendo de hambre, sed, mal trato y abandono.
No seas cruel, si a ti no te gustaría terminar tus días aplastado por algún carro, muerto a golpes, operado sin necesidad, o encarcelado de por vida; ¿por qué se lo haces a él?
Recuerda, no hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti.