A pesar de las diferentes versiones que se manejan sobre su origen, festejar el Día de los Reyes Magos es una tradición que se resiste a morir.
Afirman los estudiosos en el tema que aún hay muchos cabos sueltos sobre el recorrido de los Reyes Magos hacia Belén.
Una de las tradiciones más conocidas en la cultura mexicana es la celebración del Día de Reyes, cuando niños y mayores se llenan de ilusiones y esperanzas.
Pero la historia de estos personajes inicia con una cabalgata que realizaron los Reyes Magos hasta Belén para encontrar al Niño Dios siguiendo la estrella que les marcaba el camino.
Buscar en los orígenes de esta tradición lleva irremediablemente a uno de los Evangelios de la Biblia: el de San Mateo, en el que se narra como unos ‘magos’ que en realidad eran sabios, iniciaron una histórica cabalgata guiados por una luminosa estrella.
Este recorrido los llevó hasta Belén para adorar y ofrecer regalos al recién nacido Niño Dios, esto sin olvidar todo el proceso tan difícil que provocó Herodes en aquellos días.
Aunque especialistas afirman que en el Evangelio no vienen detalles sobre su origen, ni siquiera afirma que fueran reyes.
Existen interpretaciones que dicen que los Reyes Magos podrían haber sido astrólogos babilonios o sacerdotes persas, cultivadores de las ciencias -particularmente la astronomía- desde un punto de vista teológico.
Tampoco cita San Mateo el lugar o país del que procedían, aunque todo apunta a Babilonia o Persia; Babilonia era un gran centro astrológico, donde al igual que Persia, los magos eran una casta con mucha influencia. Lo más probable es que hayan llegado a Jerusalén dos meses después de que naciera el Niño Jesús. Otra de las cuestiones con los Reyes Magos tiene que ver con los números, pues hasta ahora aunque lo más tradicional es que se nombre a tres, muchos de los estudiosos dicen que pudieron ser más, pero a través de la historia se ha creído que fueron sólo tres magos teniendo en cuenta el número de regalos que ofrecieron a Dios.
En el arte y la historia
No obstante en determinadas representaciones pictóricas, escultóricas y otras, por razones de perspectiva o capricho del autor, sólo aparecen dos o, en otras ocasiones, cuatro magos.
Los tres nombres que han llegado hasta la actualidad en la tradición occidental son el de Melchor, Gaspar y Baltasar pero no se trata de los verdaderos nombres primitivos u originales de los hoy famosos magos, los cuales se desconocen por completo pues ni San Mateo los menciona.
La representación de los Reyes Magos a través de los años en pinturas, esculturas y grabados comenzó hasta el Siglo XIV, cuando el venerable monje benedictino, Beda, doctor de la Iglesia describió a los magos en un códice: “Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; Baltasar, negro”.
Beda los consideró representantes de Europa, Asia y África, para así acentuar la soberanía universal de Cristo sobre todas las razas y países.
En realidad sus nombres son distintos en las diversas lenguas, pues mientras que en Grecia son Appellicon, Amerín y Damascón; en hebreo se les llama Magalath, Galgalath y Serakin y los armenios suponen que fueron doce magos por lo que les asignan doce nombres diferentes.
El fin del recorrido
Su destino en esa cabalgata después de La Adoración, fue incierto. San Mateo sólo dice que regresaron a su país por otro camino para tratar de burlar a Herodes.
La tradición piadosa afirma que fueron discípulos de Santo Tomás, pero otros dicen que fueron consagrados obispos y murieron martirizados hacia el año 70 de nuestra era.
Sus supuestas reliquias fueron transportadas de Milán a Colonia en el Siglo XII, donde aún hoy en día son veneradas en un relicario bizantino de la catedral de esa ciudad.
Otro de los enigmas de los más estudiados sobre los Reyes Magos ha sido la naturaleza del brillante astro que les condujo hasta el pesebre de Jesús, aunque para muchos que han estudiado el tema no era sino un cometa o meteoro luminoso, y entre las versiones hay una que apunta a que pudo tratarse del cometa Halley, o que pudo nacer de la conjunción de Saturno y Júpiter.
Por último, en la biblioteca de la Universidad de Salamanca se encuentra un curioso códice del Siglo XV, titulado Historia de los Reyes Magos, en el cual se intenta relatar la trayectoria de estos sabios durante y después de la adoración, texto en el que llama la atención un capítulo en el que se narran las tentaciones y conflictos que sufrieron los tres sabios en este recorrido.
