El presidente Felipe Calderón señaló que "la peor amenaza" contra la seguridad interior del país hoy es la acción del crimen organizado, por lo que garantizó que se mantendrá el combate para alcanzar la plena recuperación de la autoridad del Estado, la tranquilidad y el orden.
"No se va a acabar el tráfico de drogas -por ejemplo- por la sola acción del Estado, pero sí podemos recuperar plenamente el control de las calles, el control de nuestras policías, el control de la vida cotidiana de los ciudadanos", expuso.
El Ejecutivo federal detalló que ese "es el objetivo que nos hemos trazado en este gobierno, para heredarlo a otras administraciones y sobre todo a los mexicanos del futuro".
Defendió, además, la coadyuvancia del Ejército mexicano en la lucha contra el crimen organizado y descartó que una eventual legalización de la droga pudiera terminar con la violencia, "porque lo que estamos viendo ahora es la lucha de un cártel contra otro".
A manera de ilustración, citó que las muertes de este fin de semana en Tijuana "obedecen a la lucha del cártel de los Arellano Félix con el cártel de Sinaloa por el control de la plaza".
"Eso no tiene que ver con que la droga sea permitida o no permitida, simplemente se disputan a sangre y fuego el territorio nacional, (y) lo mismo está ocurriendo en Ciudad Juárez", explicó el mandatario en entrevista radiofónica con Oscar Mario Beteta.
En ella reconoció que el Ejército mexicano realiza una labor subsidiaria, al fortalecer la acción del Estado en aquellas partes del territorio nacional que han estado más vulnerables a la acción de la delincuencia.
Sin embargo aclaró que el Ejército "se replegará en el momento en que haya policías civiles que estén limpios, que sean confiables, que estén preparados y que tengan la suficiente capacidad para hacer frente a la delincuencia".
Hizo ver que, además, "el Ejército está también en cumplimiento de un deber Constitucional, que es preservar la seguridad interior del país, pues la peor amenaza que tiene la seguridad al interior del país en este momento es la acción del crimen organizado".
Calderón Hinojosa precisó que ahora se trabaja en la depuración de los cuerpos policiacos, así como en el reforzamiento del control y el poder del Estado en todos los puntos del territorio nacional, para golpear contundentemente las estructuras criminales tanto en sus aspectos financieros y operativos, como en sus liderazgos.
"Si esto se hubiera hecho hace muchos años, hoy tendríamos lo que seguramente tendrá México dentro de varios años: una plena recuperación de la autoridad del Estado, un estado de tranquilidad, de orden, de sometimiento de los grupos criminales", externó.
De no haber actuado de esta manera, añadió, "seguramente los grupos criminales ya hubieran tomado control muy probablemente de algunas regiones, o de amplios sectores, o quizá de estados completos del territorio nacional".
El presidente de la República reconoció que el crimen organizado tiene una estrategia muy agresiva hacia niveles locales, en materia de intimidación o de cooptación; "lo que se llama la ley de plata o plomo: o me apoyas y me dejas hacer lo que estoy haciendo aquí y te doy un dinero -la plata-, o te mato o te amenazo a tu familia".
"Esa es la táctica que siguieron y si no hubiera habido una intervención contundente con toda la fuerza del gobierno federal, con el apoyo de las fuerzas armadas, que equilibra, repele y confina esos desafíos al poder, probablemente el país se hubiera deteriorado a un grado que comprometiera seriamente su viabilidad futura", consideró.
Felipe Calderón también subrayó que afortunadamente hay una firme decisión desde el gobierno federal, como lo saben criminales, ciudadanos y autoridades locales, lo cual "permitirá, desde luego, garantizar la viabilidad del Estado mexicano".
En torno a las posiciones a favor de legalizar el consumo de la mariguana, el Ejecutivo mencionó que no ve un consenso mundial sobre este tema tan delicado, pues presenta alternativas o problemas reales, "como resignarse a perder varias generaciones de muchachos".
El presidente Calderón definió que la adicción es la "esclavitud del siglo XXI" pues la dependencia física y psicológica que crea es una cadena que somete al adicto, en general adolescentes, al amo que le distribuye la droga, y éste a un amo más grande que son los criminales que estamos persiguiendo.
"Esta nueva esclavitud sería resignarse a perder varias generaciones de mexicanos", remató el mandatario.
