Héctor Alfonso Diez Rubio.
El Siglo de Durango
Desde los 11 años de edad, Héctor Alfonso Diez Rubio se involucró en el mundo de los negocios en la carnicería que tenía su familia en el Barrio de Tierra Blanca. Su padre le delegó la responsabilidad de ser el cobrador y a partir de allí su carrera empresarial no ha cesado.
Recién acaba de tomar protesta como Presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), luego de haber cumplido un periodo de interinato en el cargo.
Este duranguense dedicado al mundo de la construcción está consciente de que el reto es grande, toda vez que se requiere que los inversionistas locales muestren unidad, pero esto implica algo más que llevarse bien, es tener una mentalidad de progreso, a la par del que se proyecta para el estado con la construcción de cinco ejes carreteros.
-¿Cómo se involucró en el mundo de los negocios?
Bueno, a los 11 años me pusieron a trabajar en la carnicería. Duré trabajando como un año y un día el carnicero faltó porque tenía problemas de alcoholismo. Cuando fue mi papá en la tarde me preguntó por el carnicero. Le platiqué que yo había despachado y me dijo: ¡A qué bueno, ya no necesitamos carnicero, síguele tú!
A los 13 años ya me había dejado a cargo de toda la carnicería. Me abrió la primera cuenta de cheques. Yo soy el mayor de 11 hermanos y me hice cargo del negocio en su totalidad. Yo tenía mi sueldo como administrador.
Mi empresa la inicié a los 21 años. Compré un camión de volteo y mi primer negocio fue venta de agregados. Luego compré otro, una retroexcavadora, y seguimos avanzando hasta tener un banco de materiales.
-¿Cuál cree que es el principal enemigo del empresario local?, hay quienes dicen que es la mentalidad.
Lo importante es tener las ganas de trabajar. Desde que tengo uso de razón me enseñaron eso. En el rancho nunca se descansa, no hay sábados ni domingos ni días festivos, a mí me enseñaron a laborar sin sueldo.
Mi papá nos enseñó a ser empresarios y él nunca quiso que se trabajara para alguien más. Él me decía que me pusiera mis metas. Ése fue el incentivo que tuvimos desde niños, iniciando proyectos viables a la economía.
-¿Las nuevas generaciones tienen esa cultura de trabajo duro?
Uno no es lo que quiere, sino lo que puede ser. Entonces hay que empezar con algo, pero si esperamos que las oportunidades lleguen y toquen a la puerta pues nunca será. Hay que salir a buscarlas, salir a trabajar y yo siento que no hay proyecto que no se desarrolle con 16 horas diarias de trabajo. Cualquier empresa, si se le dedica empeño y entusiasmo, se va a sacar adelante sea del rubro que sea. Mi empresa empezó de ceros pero un dato importante es que todas las utilidades las reinvertimos para seguir creciendo, seguir equipando. Tenemos dos plantas de asfalto y eso nos da mayor competitividad.
-¿Son competitivos los empresarios duranguenses?
Hay personas muy valiosas. El freno que tenía Durango era que estábamos arrinconados, pero ese pretexto ya se nos va a acabar conectándonos al Pacífico y con los ejes carreteros. El desarrollo se está gestando pero no vamos a poder solos, necesitamos unir experiencias, capitales y entre todos tratar de buscar proyectos viables a la nueva dinámica de Durango. Pero tendremos que buscarlo en conjunto. Tenemos que desarrollar proyectos de industrializar la entidad porque hay un hueco en ese sentido. Mientras que Durango no se industrialice, no será autosuficiente en la generación de empleos. Allí tenemos un reto muy difícil. El “alacranismo” existe, sabemos que hay una ardua tarea para convencer y generar confianza con los mismos empresarios. Nos falta salir con proyectos empresariales e industriales.
FICHA TÉCNICA
Héctor Alfonso Diez Rubio
Presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Negocio: Construcciones Diez.
Esposa: Octaviana Burciaga
Hijos: Alfonso, Jessica, Tania, Zeiba y Karen.
FRASE: “Me queda claro que Durango va a crecer y desarrollarse industrialmente con o sin nosotros. Hay empresarios extranjeros que sí les interesa”.
