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El paraíso prometido

Hora cero

Roberto Orozco Melo

Católico y acólito de niño por obra de la disciplina familiar, el columnista siempre respetó la religión en que fue bautizado y confirmado por sus padres; ahora, sin embargo... ¡ay cómo cuesta conservar esa costumbre ante los desvíos de las jerarquías católicas, históricamente comprometidas con el poder y el dinero!

Cristo dijo en vida, según el Nuevo Testamento, que era más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja, a que un rico entrara al reino de los cielos. También postuló que los ricos deberían repartir sus riquezas entre los pobres, antes de seguir al Mesías de Nazareth.

Pero hoy repite sus palabras, con distinto tono e intención y sin morderse los labios, el inefable cardenal y arzobispo Juan Sandoval Íñiguez para zaherir a los ricos —así en genérico— después de que éstos censuraron la donación oficial de cien millones de pesos por el gobernador de Jalisco, González Márquez y la consiguiente aceptación jubilosa del dignatario católico.

Salvo un transitorio amargor de juventud, este columnista nunca ha tenido sentimientos acres y negativos hacia las personas que con trabajo y esfuerzo han logrado convertir sus inversiones empresariales en una pequeña, mediana o gran fortuna; hoy le extraña. Además, la razón por la cual el arzobispo y cardenal Juan Sandoval Íñiguez agredió reiterativo a todos los ricos, cuando éstos han sido, de hecho, continuos bienhechores de la jerarquía eclesiástica, y quienes más cooperan con las obras de la Iglesia Católica y de sus organizaciones sociales y caritativas.

Así esas sus propias palabras no vistieron ni revistieron bien al arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez —más bien lo desvistieron— al ser dirigidas a la Unión de Voceadores —sin duda un gremio de gente pobre— ya que hizo gala de su fobia contra los empresarios jaliscienses, y adinerados en general, al definir lo que los ricos eran para uno de los cuatro padres de la Iglesia Católica, San Agustín, obispo de Hípona, “todo rico es ladrón o es hijo de ladrones” (pues necesariamente) “hubo alguna explotación, algún engaño, para pagar poco y hacer trabajar mucho (a sus servidores) para hacerse rico”.

El desafortunado aserto fue remachado con otras redundancias: “No hay rico, rico, rico, rico que sea honrado, porque trabajando nadie se hace rico, porque si trabajando se hiciera uno rico, los burros serían los más ricos del mundo, ya que trabajando nadie se hace rico”.

Desde que, por obra y gracia de Salinas de Gortari apareció la dizque reforma democrática y desaparecieron las facultades “prisidenciales” a manos de Ernesto Zedillo, la jerarquía eclesiástica incrementó su ambición por volver al estatus decimonónico de la religión católica, sabedora de que podía contar con el apoyo y el dinero de los gobiernos panistas en las entidades federativas. Ahora la Iglesia y su feligresía forman parte del compromiso pecuniario y político de los gobernantes panistas, de algunos embozados del PRI y algotros vergonzantes del PRD.

Los donativos del Gobierno panista al arzobispo de Guadalajara se han convertido en piedra de escándalo, para decirlo con palabras bíblicas. Hace cerca de un año el gobernador González Márquez, introdujo subrepticiamente un sobre en la bolsa interior de la vestidura talar del cardenal Sandoval, como regalo en su aniversario de nacimiento “para que los dedicara a la construcción del Santuario de los Mártires Cristeros”. Después han seguido otros óbolos generosos: 15 millones que se anunciaron con abierta procacidad y mentadas de madre dirigidas a sus críticos por el mismo gobernador González. Más otros 100 millones que fueron donados a Televisa para su hospital asistencial en beneficio de los niños físicamente disminuidos, menos 12 de estos millones que tendrían como fin el patrocinio de una telenovela que se va a filmar en Jalisco, todos devienen dádivas constituidas con el dinero de los contribuyentes jaliscienses y aportan elementos para que el columnista pregunte: ¿Creen sinceramente que este dinero les abrirá la puerta del paraíso que Cristo tiene a todos prometido?

En otros tiempos estos hechos solamente les podrían abrir sendos expedientes acusatorios en la Auditoría Fiscal del Congreso de la Unión y en la Procuraduría General de la República Mexicana; pero vivimos bajo la hipocresía de un Gobierno del Partido Acción Nacional, así que no se apuren ricos, ricachones y poderosos; gobernadores y políticos de varia ideología y altos clérigos católicos: disfruten en las playas jaliscienses; Fox y Calderón les van a abrir las puertas de un paraíso terrenal que no les tienen prometido...

ATENTO AGREGADO

Apreciados lectores: el columnista hace de su conocimiento que para poder cumplir un compromiso editorial me veo obligado a restringir la periodicidad de esta columna a un día por semana: para publicarse los jueves. Trataré de abreviar el citado compromiso al menor tiempo posible. Seguro y agradecido por su comprensión y paciencia, también lo agradezco a la Dirección General de este órgano informativo. Después seguiremos en la brecha. Gracias: ROM

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