El miércoles pasado se llevó a cabo una reunión entre comerciantes y dueños de inmuebles del bulevar Independencia para manifestar su rechazo a la construcción de un paso elevado en el propio bulevar en su intersección con la calzada Abastos. Por las conexiones e importancia económica de algunos de ellos, dichos empresarios han encontrado el foro para tratar de evitar que la obra se lleve a cabo en los tiempos programados.
El dichoso puente forma parte del Sistema Vial Centenario donde la obra del Nudo Mixteco, que funciona ahora parcialmente, es la parte principal del proyecto integral. En esa zona, hay que agregar un paso deprimido que se construiría en bulevar Constitución y la misma calzada Abastos. Cabe mencionar que ambos pasos viales modernos son complementarios del propio Nudo, que quedaría sin utilidad real de no llevarse a cabo.
Subrepticiamente los dueños de los negocios que serían afectados durante los trabajos de construcción, han hecho y seguirán haciendo, todas las acciones para evitar o al menos demorar que éstas se lleven a cabo.
Hay, sin embargo, antecedentes en sentidos contrarios de asuntos similares. Durante el sexenio de Eliseo Mendoza Berrueto, y siendo alcalde Carlos Román Cepeda, se iniciaron acciones para realizar un paso idéntico en Independencia y Colón, pero igual que ahora, los propietarios de los predios de la zona tuvieron la manera de torcerle la mano a Don Eliseo y sencillamente se rajó. Quince años después sigue siendo un crucero complicado.
Durante la Administración de Guillermo Anaya, el edil tomó el toro por los cuernos y transformó al propio Independencia, que al tiempo lo potenció a lo que ahora es, lo mismo que a la Diagonal Reforma.
Cuando eso ocurrió, cientos de personas con negocios ahí sufrieron las consecuencias naturales mientras se llevaron a cabo las construcciones, pero Anaya sostuvo con fuerza su decisión y realmente se logró un cambio positivo. Sin embargo, el propio Anaya reculó cuando en primera instancia decidió cambiar el flujo vehicular de la Sertoma y Cobián, inclusive la noche previa al cambio retiró los semáforos, pero alguien lo presionó y en el último minuto desistió.
Ahora los ojos están en Independencia y Abastos, hay que ver con lupa si las autoridades actuales se sostienen o si se impone el interés de unos cuantos particulares sobre el bien colectivo; las influencias políticas y el dinero serán parte de la ecuación.
Lo que tiene derecho en realidad, de entrada, es exigir que la planeación de las obras se lleve a cabo con congruencia, para evitar ser bloqueados o afectados antes de lo debido o por tiempo demás, por ineficiencia en la realización de los pasos, que de eso, en Torreón ya estamos muy acostumbrados a que suceda.
COMENTARIO OBLIGADO
Es una tristeza tremenda el accidente aéreo acaecido en la Ciudad de México donde murieron personajes muy importantes en la actual vida pública nacional. Todos los reflectores se han enfocado principalmente en Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación en el momento de su muerte. Sin embargo, con el enorme respeto que se merece, lo que de verdad termina siendo mucho más irónico, es que en el mismo percance muriera José Luis Santiago Vasconcelos, principal persecutor de narcotraficantes en el país hasta hace algunos meses. Vasconcelos fue el artífice de la detención de Osiel Cárdenas Guillén, quien es señalado como el líder del Cártel del Golfo, patrocinador del grupo armado de Los Zetas.
Santiago Vasconcelos fue un hombre sin duda valiente, varios atentados de la mafia trataron de segarle la vida, lo que confirma que él había puesto su integridad al servicio de la patria, por ello debe causar un especial pesar: el hombre que perseguía a los envenenadores de la juventud y asesinos desalmados, muere en un accidente.
El caso del secretario Mouriño es diferente, hombre inteligente que supo aprovechar las circunstancias que le rodeaban, Juan Camilo hizo lo propio al prepararse académica y laboralmente para ser apto en la arena política de altos vuelos. Pero la principal virtud que tuvo el ibérico-mexicano (era español de nacimiento, nació en Madrid en 1971, de madre mexicana, lo que le dio derecho a la doble nacionalidad) es su tino por haber apostado al correcto: al hoy presidente Calderón. Sobre todo, por la lealtad que le mostró en los tiempos difíciles cuando Vicente Fox regañó feamente al entonces secretario de Energía, Felipe Calderón, por “destaparse” con antelación, además de haber sido piedra angular en su campaña rumbo a Los Pinos. Su muerte, como la de los demás funcionarios, es una pena por ser responsables de grandes empresas del Estado, pero en lo personal me parece más doloroso los hijos chiquitos y la viuda joven que dejó el propio Mouriño. En el caso de los pilotos y la sobrecargo, murieron en la actividad que decidieron hacer suya, y que se sabe lleva implícito ese riesgo que desafortunadamente se materializó para ellos.
En lo particular, aunque por supuesto es muy aventurado, creo que se trató realmente de un accidente, ya lo dirán las investigaciones.
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