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El Sida acecha a los adultos mayores

El Universal

En los últimos meses se han registrado casos de personas de la tercera edad que se han infectado de Sida por prácticas sexuales inseguras.

El renovado vigor sexual que han adquirido los adultos mayores en los últimos años, gracias a los avances de la medicina, y de las famosas “pastillas azules” que han dejado en el pasado los problemas de disfunción eréctil, les ha llegado acompañado de enfermedades de transmisión sexual, como el VIH-Sida, que adquieren y les afecta con mayor fuerza que a un joven, por la falta de prevención y su rechazo al uso del condón.

Las personas de 70, 80 o más años de edad, se han convertido en el nuevo blanco del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida, VIH-Sida.

Especialistas en atención de enfermos con este padecimiento han detectado que en los últimos meses se han registrado casos de personas de la tercera edad que se han infectado por prácticas sexuales inseguras.

El problema va en aumento

Los defensores de los derechos de las personas con VIH-Sida, llegaron a la conclusión de que a raíz de la existencia de tratamientos que permiten curar la disfunción eréctil, las personas de la tercera edad han reactivado su vida sexual, pero sin medidas de prevención que eviten contagios de enfermedades de transmisión sexual como el VIH.

La frase que adoptaron como escudo la mayoría de los adultos mayores que reanudaron su vida sexual y que se infectaron, fue: “de algo me tengo que morir”, asegura Benjamín Araujo, vicepresidente del Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH-Sida (Frenpavi).

Benjamín Araujo, psicólogo de esta agrupación civil, considerada una de las más grandes del país, advierte que hasta el momento no hay cifras oficiales sobre este nuevo sector de la población que se está infectando, pero asevera que no hay un solo estado de la República en el que no se haya detectado un caso de este tipo.

De acuerdo con las autoridades del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH-Sida, esta enfermedad, aún incurable, se ubica principalmente en hombres que tienen sexo con hombres, en trabajadoras sexuales y en usuarios de drogas, en edades que oscilan de los 20 a los 40 años, generalmente.

Víctor López, quien labora en Frenpavi indica que uno de los trabajos que realiza esta agrupación civil es organizar talleres de información sobre el VIH-Sida y cómo prevenirlo en el interior del país. Y es durante estas sesiones, señala, donde hemos descubierto que hay personas de la tercera edad que son seropositivos, gracias que reactivaron su vida sexual con el uso de algún tratamiento para disfunción eréctil.

Sin embargo, aclara que no es por el consumo de estas pastillas que se estén infectados con el VIH, sino por la falta de información de la gente en torno a cómo se contrae esta enfermedad, pues asegura que la mayoría de los adultos mayores piensa que por rebasar los 60 años de edad, ya no les va a pasar nada.

“Yo, ya estoy más para allá que para acá”, es común escuchar esta frase entre este grupo poblacional, la cual les da permiso para hacer lo que quieran de su vida”. Pero, recuerda, que el VIH tanto lo pueden contraer los niños como los ancianos, pues no hay una edad específica.

Víctor López, quien tiene 56 años de edad y quien reconoce que pronto entrará a formar parte de los adultos de la tercera edad, asegura que esta problemática ha sorprendido a los integrantes de la organización civil a la que pertenece, “porque nunca nos habíamos encontrado con este tipo de casos”. Y eso, añade, que Frenpavi tiene más de dos décadas trabajando con enfermos con VIH en toda la República Mexicana.

Recuerda que cuando conoció el primer caso, “nos extrañó, pero no pasó de ahí, después conforme llegábamos a los estados para dar los talleres, de nueva cuenta salía a relucir nuevos casos de adultos mayores contagiados con el VIH, lo que ya nos empezó a preocupar”. Incluso, comenta, hubo una reunión del Consejo de Frenpavi para analizar lo que estaba ocurriendo.

Cuántos son, dice Víctor, no lo sabemos, pero partimos de la idea que no tiene por qué haber cien, mientras haya un caso, ya es más que suficiente para que prender la luz de alarma.

“Cuando platicamos con ellos, nos dicen, que no sabían que podrían contagiarse del VIH, si no usaban condón durante sus relaciones sexuales y otros pensaban que por la edad no les pasaría nada”, explica.

Subraya que las personas que viven con VIH tiene doble responsabilidad, una cuidarse, ya que al hacerlo estarán cuidando al de enfrente.

Sin embargo, reconoce, que la mayoría de los adultos mayores que se contagian del VIH no asume esta responsabilidad, pues su argumento es que de algo se van a morir, “y si es de VIH, ni modo”. Lo riesgoso, advierte, es que se están reinfectando, lo que puede crear cepas del virus más resistentes a lo normal, lo que pone en peligro su vida y la de otros con los que están teniendo relaciones sexuales.

Aunado, a que un adulto mayor ya tiene presencia de otras enfermedades, lo que hace más difícil que mejore su estado de salud.

Para Benjamín Araujo, esta problemática es un nuevo reto para las autoridades de salud y para las organizaciones civiles que trabajan con enfermos con VIH, ya que una persona adulta mayor, a pesar de que su esperanza de vida ya no será tan larga, el hecho de que este infectado y siga teniendo relaciones sexuales sin protección, conlleva al riesgo de que continúe diseminando la enfermedad con otras personas.

Para los integrantes del Frenpavi deben haber campañas específicas a núcleos de población y no campañas generalizadas con chicos y chicas bonitas que no tiene nada que ver con la epidemia del VIH, e insiste que el Sida no es únicamente de jóvenes, sino de todas las edades.

Dejó en claro que no se trata de que las personas mayores no tengan relaciones sexuales, porque están en su derecho de buscar re-experimentar su vida sexual, “pero que lo hagan con protección para evitar contraer enfermedades de transmisión sexual como es el VIH-Sida”.

El psicólogo comenta que el tener relaciones sexuales seguras evitará infectar a otras personas, y que pudiera contraer otro tipo de enfermedades como gonorrea, que complica el tratamiento médico del VIH-Sida.

“Aquí no se trata de cambiar la forma de tener una relación sexual, si lo hace con el vecino, el amigo, en un bar o un velero, eso no nos interesa, lo que nos interesa es que lo hagan protegidos”, agrega Víctor López.

En diversas ocasiones, Luis Miguel Gutiérrez, jefe de la Clínica de Geriatría del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán” de la Secretaría de Salud, ha afirmado que en torno a la vejez hay muchos mitos, entre ellos, que una persona mayor ya no tiene el deseo de tener relaciones sexuales cuando eso no es cierto.

“La sociedad está acostumbrada a ver a una pareja de ancianitos abrazándose, pero jamás haciendo el amor”, ha comentado el especialista. Sobre las personas de la tercera edad, el médico ha asegurado que socialmente hay una tendencia al aislamiento, propiciada por la pérdida de rol, el retiro, la disminución de los recursos económicos y las numerosas pérdidas de familiares y amigos que naturalmente se van sucediendo.

Mientras que Sara Gloria Aguilar Navarro, representante de la Red Internacional de Prevención del Abuso y Maltrato a la Vejez (Inpea), ha considerado que “el ser viejo no significa ser dependiente, estar enfermo o estar desvariando”.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, en el año 2000 había más de 6.75 millones de personas mayores de 60 años (6.76% de la población total), en 2010 serán 11.85 millones (10.23%) y en 2050, 25% tendrá más de 65 años.

Demógrafos del Conapo aseguran que en el primer trimestre de 2007, de acuerdo con el conteo reciente de población, México tiene ya 8 millones 641 mil 331 adultos mayores.

Rumbo a 2050, todo el camino será una línea al alza en los censos de ancianos: A la mitad de la centuria habrá 166.5 viejos por cada 100 niños. Y muchos jóvenes de hoy serán viejos y sus padres estarán vivos.

A partir de los 70 años, de acuerdo a los especialistas, los adultos mayores padecerán discapacidades motrices, visuales, auditivas, de lenguaje y mentales.

En la actualidad se reconoce a quien tiene más de 60 años como adulto mayor. Existen, sin embargo, diferencias muy grandes entre subgrupos: de 60 a 69 los adultos mayores están aún en su mayoría en plenas facultades, de los 70 a los 85 demuestran ya una baja capacidad funcional y luego de los 85 se tornan particularmente frágiles y vulnerables. Cada una de estas etapas representa un estadio biológico diferente.

Ambos integrantes del Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH-Sida (Frenpavi), indicaron que urge una campaña de información y prevención del VIH-Sida hacia los adultos mayores, ya que esta problemática tiende a crecer porque las tendencias demográficas advierten que nuestro país en mediano plazo duplicará su número de población de la tercera edad.

En cifras

En la actualidad se reconoce a quien tiene más de 60 años como adulto mayor.

Panorama latinoamericano

-200 millones de personas serán mayores de 60 años para el año 2050 en América Latina.

-Los habitantes con más de 80 años se quintuplicarán en la región en el mismo lapso.

Panorama nacional

-Casi nueve millones de adultos mayores.

-Para el año 2050, el 25% de la población será mayor a los 60 años de edad.

Cambios que se experimentan al envejecer:

-Encanecimiento.

-Pérdida del cabello y los dientes.

-Elongación de las orejas y la nariz.

-Pérdida de la grasa subcutánea en cara y manos con las consiguientes arrugas.

-Deterioro de la vista y el oído.

-Dificultades para mantener el equilibrio.

-Deterioro estructural progresivo con pérdida de estatura.

En el aspecto intelectual:

-Pérdida de capacidades, de agilidad mental.

-Hay facultades que se mejoran como el juicio, precisión, acervo de conocimientos generales, vocabulario.

En el aspecto social:

Socialmente hay una tendencia al aislamiento, propiciada por la pérdida de rol, el retiro, la disminución de los recursos económicos y las numerosas pérdidas de familiares y amigos que naturalmente se van sucediendo.

Nota.- *No todos estos cambios ocurren en todas las personas ni a la misma velocidad.

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