¿Qué harías con 140 millones de pesos? Difícil responder. Fundaría una editorial. Viviría de mis rentas y me echaría a viajar por el mundo. No, ya sé: compraría una casa en Valparaíso. O contrataría a Hilary Hahn para un concierto privado. Mejor dos conciertos… La pregunta es muy actual en Coahuila, pues después de muchos meses de discusiones, hace unos días comenzaron a derribar el Distribuidor Vial Revolución (DVR), que costó justo eso: 140 millones de pesos.
Como rememoraba en una nota la reportera Yolanda Ríos el viernes 30 de enero de 2004 fue inaugurado el DVR en medio de una gran verbena popular en la que hubo enchiladas, sopes y flautas. Poco nos duró el millonario regalo que nuestras autoridades contrataron y que pagamos todos en forma de impuestos. Nada raro: la megabiblioteca José Vasconcelos, en la Ciudad de México, ha estado cerrada durante meses. Costó dos mil millones de pesos. También se hallaron defectos en la construcción.
A la fecha no se han señalado responsables en este asunto del DVR. Así, junto a la gruesa conclusión de que tenemos edificadores poco hábiles, la megabiblioteca y el DVR se convierten en monumentos a la ineficaz procuración de justicia en Coahuila y en México. El DVR cae, la biblioteca se cierra, pero a fin de cuentas nadie sabe nada. ¿Borrón en sexenio nuevo? Débil democracia es esa. Al contrario de un slogan que escuché mil veces de niño, recordar es a veces no volver a vivir: ya se ha dicho mucho que una sociedad consciente no repite sus errores. Así, la instancia que debe estar más alerta de que no se olviden estos asuntos debe ser la propia ciudadanía. Nosotros, pues.
De otras latitudes nos llega una sugerencia. Impulsada por ciudadanos, entre ellos el ex profesor universitario Antonio Rodríguez Galindo, se realizará en Torreón una práctica civil conocida como “Juicio popular a la democracia”. Estos juicios son foros de información y debate que se realizan frecuentemente en la Unión Europea. El propio profesor Rodríguez Galindo ha sido impulsor del intercambio de ideas en La Laguna desde hace décadas, pero además ha sido testigo de estas prácticas en varias naciones europeas.
También a mí me ha tocado presenciarlas, no sólo en el viejo continente. Las escuché en Argentina en 2002, cuando la población trataba de sortear los peores efectos de un colapso económico. Las escuché en Rusia, en 1999, cuando la sociedad civil se preguntaba aún cómo acabar de sacudirse la guerra fría. Y las he escuchado en los pueblos indígenas de Centroamérica que viven con la amenaza constante de ser desplazados de sus territorios. En Torreón, el Juicio popular a la democracia se realizará el 21, 22 y 23 de mayo. El lugar está por confirmarse, en su momento lo comunicaré en este mismo espacio.
Otra iniciativa que debe mencionarse es el Encuentro de escritores coahuilenses que se realizará el próximo siete y ocho de marzo en el Teatro Isauro Martínez, también en Torreón. Organiza el Patronato del TIM.
Esta y otras iniciativas que están llevando a cabo allí demuestran que más allá de bibliotecas faraónicas, la literatura irrumpe con toda su fuerza en la vida de las personas a partir del contraste de ideas, de la búsqueda de nuevas estrategias para enfrentarnos a la vida.
Leemos porque eso nos permite vivir otras vidas, conocer otras formas de asumir el mundo. Abrir un libro no es otra cosa que reaccionar a una provocación, aceptar la invitación a comenzar un diálogo. El debate y la confrontación de puntos de vista son las armas secretas de las democracias que se ejercen y no sólo se publicitan en banners y spots.
Mientras llegan estos foros, podemos calentar motores con un pretexto caro, pero al fin pretexto. Se me ocurren muchas cosas que podrían hacerse realidad con 140 millones de pesos. No todas las podría escribir aquí. Pero estoy abierto a recibir ideas y propuestas de los lectores. Prometo enviar las mejores en una carta al Gobierno del Estado. Recibo pues sus sugerencias y comentarios en: vicente_alfonso@yahoo.com.mx