Desde el pasado viernes, Antonia Estrella y su familia, se encuentran en el albergue del ejido Carlos Real, luego de que su vivienda se viera afectada por el paso del Río Nazas.
Ante el temor de que su vivienda se hundiera a causa de la humedad, doña Antonia Estrella Rojas dejó su comunidad Álvaro Obregón para refugiarse en el albergue del ejido Carlos Real.
Acompañada por sus hijas y nietos, Antonia llegó desde el pasado viernes 12, al albergue de la escuela primaria de dicha comunidad, en donde se han suspendido las clases para brindar apoyo a las familias que se han visto afectadas tras las inundaciones que ha dejado a su paso la avenida del Nazas.
En espera de sus alimentos, en aquella aula que se ha habilitado como cocina, la mujer cuenta su historia. Fue el viernes por la tarde, cuando decidió dejar su hogar y sus pertenencias ante el temor que despertó en ella, la presencia de varias grietas en pisos y paredes de su vivienda.
“Recuerdo con el 68, el terreno en donde está fincada mi casa, fue uno de los brazos por donde corrió el agua del Nazas, tal vez quedó afectado, pero lo raro es que en el 91 no sucedió nada”, comenta.
La presencia de una gran grieta debajo de la cama de una de sus hijas la alertó. “Nos dio miedo porque además la humedad comenzó a invadir mi hogar y el de mis hijos, pues es que todos vivimos juntos en una misma parcela”, comenta.
Aunque las mujeres y los pequeños se han mudado a este albergue, Antonia dice que los hombres, entre ellos sus yernos e hijos, se han quedado en aquella comunidad para resguardar sus bienes “pues andan bien duros los raterillos”, dice Antonia, una de sus hijas.
En el albergue, en donde son atendidas 45 personas, entre ellas la familia de Antonia Estrella, fueron habilitados tres salones como habitaciones y uno más como cocina. En ellos se cuenta con colchonetas y cobijas, mientras que en el aula de cocina, se instaló una pequeña estufa.
“Tenemos los necesario como harina para hacer tortillas, frijoles, y cuando necesitamos algo, nosotros lo compramos”, platica la mujer.
Regresar a casa, aún no es posible, “lo haremos en cuanto las autoridades nos lo indiquen... pero el sólo pensar en mi casa me llena de tristeza, hasta me dan ganas de llorar pero hay que ser fuertes”, concluye doña Antonia.
SER FUERTE
“Me da mucha tristeza y ganas de llorar al recordar mi casa, pero hay que ser muy fuertes”.
Antonia Estrella,
damnificada
