Mañana rendirá su tercer informe de trabajo el alcalde José Ángel Pérez en el auditorio Santiago Garza, recinto que pertenece a la infraestructura del Tecnológico de Monterrey.
Será sin duda el evento del morbo, en este tercer cuarto de la duración del mandato constitucional; al informe se presenta un alcalde vapuleado por todas partes, amén en mucho de sus propias decisiones.
Cuando José Ángel alcanzó el poder en la práctica, fue aquel domingo donde derrotó en las elecciones internas del PAN municipal a Jesús de León Tello, quien era el alfil del rival político del propio Pérez, Guillermo Anaya Llamas, que había derrotado en la misma convención, tres años antes, al hoy presidente Pérez, ya que Acción Nacional había postulado para candidato a gobernador, a Jorge Zermeño Infante, con lo que su candidatura le daba un enorme impulso a quien compitiera bajo las mismas siglas políticas por la presidencia municipal.
Con aquella revancha, José Ángel mostró que contaba con un tesón extraordinario, porque fue su arduo trabajo partidista el que le permitió vencer a los anallistas, que en ese entonces tenían el poder y el dinero del Municipio para comprar los votos, pero aun así supo alcanzar el triunfo.
Con más edad que el edil anterior, una carrera empresarial de éxito y conformando el primer grupo de funcionarios con más años y extraídos algunos de una posición económica de mayor soltura que la anterior Administración, todo parecía indicar que se daban las condiciones para que Torreón tuviera un trabajo municipal espléndido, además que precisamente en este período, se estrenaba el nuevo término de las alcaldías de cuatro años que permiten una planeación mejor, así que mañana será la primera ocasión en que el tercer informe no sea de despedida, lo que lo hace distinto en su esencia.
Sin embargo, pronto surgieron indicios que mostraron que la cosa no iría del todo bien. La gran promesa de tener “la mejor policía del norte del país” rápidamente se tambaleó ante la indecisión del presidente de nombrar al sucesor en la titularidad del Dirección de Seguridad Pública Municipal. De hecho, en aquella falta de claridad, fue el propio director Javier Gutiérrez Pesqueira (q.e.p.d) quien se descartó ante la situación que se vivía. Entonces José Ángel designó a Alfredo Castellanos, extraído de la propia corporación que en su momento se manejó como temporal.
La realidad es que Castellanos se quedaría con el puesto definitivamente y en su Dirección fue precisamente cuando ocurrió la acelerada descomposición de la Policía Preventiva ante la intensificación del accionar del crimen organizado.
Desde el inicio también se mostró que el presidente municipal tenía la sensibilidad de una pata de elefante para el manejo político y decidió confrontar al Gobierno del Estado en todo y lo llevó incluso a presentar una controversia constitucional por la creación de la Secretaría de Desarrollo Regional, lo que propició el estancamiento en las obras, ya que eran parte del litigio, y al rompimiento material con el gobernador Moreira.
El resultado es de todos conocido salvo el transporte público, donde la operación de la tarjeta lo ha complicado, y el trabajo tenaz que se ha hecho en el DIF, qué puede informar con bombo y platillo es la cuestión, porque las invitaciones hablan de la dotación de agua a las colonias, donde seguramente ha ocurrido, pero quizá no diga de la destrucción sensible que el Simas ha hecho del pavimento de la ciudad.
¿Acaso hablará de cómo marcha el asunto de los policías detenidos por la Federal Preventiva por vinculos con los distribuidores de drogas o a cuánto asciende la erogación hecha para el pago del salario de los detenidos y el costo de los abogados?
¿Dirá algo del proceso electoral vivido?, aunque no es propiamente su materia.
El Museo del Algodón es una buena obra, sin duda, pero que el rescate del Centro termine de manera exitosa no está muy claro, conociendo los antecedentes.
Así se llega en visión somera al informe, habrá qué ver si el PRI no le hace una mala pasada y le envía una que otra manifestación para aguarle lo que debería ser una fiesta del munícipe.