El Siglo de Durango
Sombrerete, Zac.- Desesperadas y en la incertidumbre se encuentran dos mil 500 familias de la comunidad Benito Juárez, ya que los fuertes vientos de la semana pasada arrasaron con dos mil hectáreas agrícolas y sólo dejaron piedras, por lo que ahora no tienen dónde sembrar.
El regidor de la comunidad, Rigoberto Piedra Sánchez, solicitó la ayuda inmediata de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Gobierno del Estado (Sedagro), pues no saben qué hacer.
La semana pasada los moradores de la comunidad se refugiaron en sus casas, ya que se presentaron fuertes vientos de más de 70 kilómetros por hora.
Al día siguiente se dio la voz de alarma, y la tristeza y la desesperación cundió entre ellos, ya que las tierras cultivables habían desaparecido de los campos.
CAMINOS OBSTRUIDOS
Asimismo, indicó que grandes montículos de arena se conjuntaron en la carretera y caminos vecinales e impidieron a los moradores salir en sus camionetas y trasladarse a otros lugares.
Calculó que un 50 por ciento de las dos mil hectáreas, donde sembraban frijol, fueron perjudicadas, ya que quedaron sin tierra para la siembra y llenas de piedras.
La tierra de las parcelas fue arrastrada por el fuerte viento y ahora ya no se puede sembrar. Debido a ello la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) les recomienda la siembra de avena, maíz y trigo.
ESPERAN LA AYUDA.
Indicó que los productores no han podido sembrar y hasta que llueva se podrá hacer algo. En tanto, los productores no saben qué hacer y por eso han pedido ayuda a la Dirección de Desarrollo Rural del Municipio y a la gobernadora, Amalia García Medina.
A más tardar en junio deben iniciar las siembras en el municipio y los campesinos saben que sólo faltan tres meses y por eso solicitan el apoyo de las autoridades estatales y municipales, señaló.
2,500
familias
resultaron afectadas por las tolvaneras
2,000
hectáreas
agrícolas fueron devastadas en días pasados
70
kilómetros
por hora golpeaban los vientos en Benito Juárez
