El próximo domingo se efectuarán elecciones en Guerrero, para renovar los 84 ayuntamientos y la legislatura local, integrada por 46 diputados, 28 de los cuales son elegidos por mayoría y 18 por representación proporcional. Estado priista como pocos hasta hace tres años, en que el tricolor perdió la gubernatura como culminación de un proceso en que había dejado de gobernar los municipios más importantes (excepto la capital Chilpancingo), hoy la posición hegemónica la mantiene un PRD surcado por varios conflictos internos.
Ese partido es mayoritario en la legislatura que se renovará pasado mañana: tiene 22 diputados (18 de mayoría y 4 de representación proporcional), el PRI tiene 14 (10 y 4), el PAN sólo tres de representación proporcional, y otros partidos cuentan con siete bancas, ninguna de mayoría. Cuando hace tres años se eligieron 77 alcaldes (en este lapso el número de municipios creció a 84), el voto dio 34 ayuntamientos al PRI, 27 al PRD, tres al PAN y dos a otros partidos. De no ser por la singular circunstancia perredista, la distribución que arrojen los comicios del domingo podría ser similar. Pero no pueden descontarse los efectos, así en la elección municipal como en la legislativa, de la complicada red de intereses que afectan al partido del sol azteca.
El caso que más claramente ilustra el efecto electoral de las tensiones internas del PRD es el de Acapulco, gobernado desde hace nueve años por ese partido, con el hoy gobernador Zeferino Torreblanca primero, Alberto López Rosas después y Félix Salgado Macedonio hoy. Cada uno de ellos apoya a candidatos enfrentados, como reflejo de la división perredista que alcanzó también al Frente Amplio Progresista. Dos de los partidos que integran esa alianza, Convergencia y el PT postulan a un candidato mientras que el PRD, tercer miembro de ese frente, sólido en el ámbito parlamentario federal, pero frágil en comicios locales en todo el país, sostiene a una candidata que representa al gobernador Torreblanca, que no es un típico miembro del partido del sol azteca.
El martes pasado un grupo de asociaciones civiles o simples membretes (Alianza por Acapulco, Democracia y desarrollo, Alianza juvenil actívate, Energía juvenil y Regeneración y compromiso) hizo publicar los resultados de una encuesta realizada el 6 y el 7 de septiembre por Consulta Mitovsky. Si los únicos que pudieran ganar la elección, se preguntó en el sondeo, fueran Manuel Añorve Baños del PRI y Luis Walton Aburto de Convergencia, ¿usted por cuál votaría? Este último, senador de la República, apareció con 41.2 de las preferencias a su favor, mientras que el aspirante priista reunió 35.7 por ciento de las preferencias. Si cambiaran los protagonistas del dilema, y fueran Walton y Gloria Sierra, candidata del PRD, la diferencia a favor del senador sería aún mayor, pues alcanzaría 46. 3 por ciento contra 32.1 por ciento de la candidata perredista. Walton figura también a la cabeza cuando los interrogados contestan por quién votarán, sin contrastarlo con un contendiente específico: alcanza 35. 7 por ciento: lo sigue Gloria Sierra con 29.3 por ciento, mientras que Añorve, la esperanza priista de recuperar el municipio más poblado y más rico del estado, se queda en 24.6 por ciento.
Al día siguiente, en los diarios en que apareció el resultado de esta encuesta se publicó una respuesta en que se la tilda de “manipulada”. La firma el comité nacional del PRD y en ella se asegura que “los acapulqueños y los guerrerenses no se dejarán engañar por la alianza Walton-PRI”, y se añade:
“No permitiremos que regrese la corrupción priista que tanto daño le ha hecho al país durante décadas y que hundió a Guerrero en la pobreza y la marginación. Nosotros no engañamos con encuestas manipuladas al servicio del PRI. Nosotros trabajamos con la gente para que Acapulco sea cada vez más próspero y mejor. Un voto por Walton es un voto que ayuda al PRI. Un voto por Walton es un voto por la mentira. ¡No te dejes engañar! La Gloria de Acapulco está en su gente. Este cinco de octubre vota PRD”.
Esa respuesta, sin embargo, no aporta ninguna cifra que muestre que su abanderada va la cabeza de las preferencias. En cambio, otro sondeo, realizado por la Facultad de matemáticas de la Universidad estatal coincide casi puntualmente con los resultados de Consulta Mitofsky: 35.7 por ciento para Walton, 29.3 por ciento para Sierra y 24.6 por ciento para el candidato priista, cuyo rostro alcanzó amplia difusión nacional el primero de diciembre de 2006 porque como colaborador de Manlio Fabio Beltrones lo apoyó físicamente para que ocupara su lugar en el presidium de San Lázaro en la agitada ceremonia en que Felipe Calderón pudo rendir protesta.
Los dos candidatos que van a la cabeza fueron miembros de partidos distintos a los que los postulan. Walton fue miembro del PRI y lo es ahora de Convergencia, y lo apoya un sector perredista. Gloria Sierra fue panista y por acompañar a Torreblanca cuando ganó la alcaldía acapulqueña desde la Oposición se convirtió en su colaboradora en el Gobierno municipal y luego se afilió al partido del sol azteca, como parte de una operación en que el gobernador ganó posiciones dentro del PRD, donde ha generado una ala que ha ensanchado sus márgenes de operación.
La violencia no ha estado ausente del proceso que concluye el domingo. Entre otras agresiones, fue asesinado Homero Lorenzo Ríos, alcalde de Ayutla de los libres, con licencia, y candidato perredista a diputado.
