Antes de entrar a los ejercicios físicos, algunos de los elementos de Tránsito y Vialidad trotan alrededor de una de las canchas deportivas para calentar y estar listos. (Fotografía de Jaime de Lara)
Con sus 160 kilos de peso, José Miguel, de 27 años, es uno de los agentes de Tránsito y Vialidad que realizan acondicionamiento físico luego de la jornada laboral, al igual que la mayoría de los 60 agentes de Tránsito.
Los lunes, miércoles y viernes, el joven elemento acude a las tres de la tarde al Auditorio Municipal a realizar los ejercicios bajo el mando del coordinador de la Dirección de Tránsito Municipal e instructor, Carlos Cisneros del Toro.
“Hace tres años, cuando entré a la Academia de Policía, pesaba 140 kilos y cuando salí llegué a 120 kilos, pero me mandaron a Tránsito y se hace poco ejercicio y luego que las gorditas, que los lonches y ahorita ando en 160 kilos”, cuenta José Miguel, quien dice medir 1.85 de estatura.
José Gerardo Ramos Aguirre, titular de la corporación, informa que desde hace dos semanas se les invitó a los 80 elementos, entre operativos y comandantes, a realizar ejercicios físicos.
“Les aclaramos que sería en forma voluntaria y la verdad no esperábamos que todos aceptaran participar. Las actividades se realizan por ahora en el Gimnasio de la Unidad Deportiva debido a las bajas temperaturas, pero más adelante podría ser al aire libre”, dice Ramos Aguirre.
La cita es a las 15:30 horas para los que terminan su jornada a las dos de la tarde y a las 21:00 para los que salen más tarde. Es hora y media de entrenamiento físico con ejercicios dirigidos por el instructor.
“No queremos deportistas o atletas consumados, sólo que tengan mejor acondicionamiento físico y prevenir en la medida de lo posible las enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes. Creo que estas acciones se reflejarán en un mejor servicio a la ciudadanía”, enfatiza el jefe de los agentes de Tránsito y Vialidad.
Eran 23 los agentes de ambos sexos que se integraron a los entrenamientos de ayer por la tarde, casi todos de peso normal, aunque había tres hombres y una mujer con evidente sobrepeso.
Con la caminata inicial de calentamiento alrededor de la cancha deportiva del Gimnasio, el más pesado de los agentes, José, de mayor peso que José Miguel, sudaba en forma copiosa y se rezagaba, pero continuó en el grupo.
“Estamos preparando cursos de Relaciones Humanas y otras materias que les sirvan en el desempeño de sus funciones y creo que en poco tiempo deberá reflejarse en ellos mismos y en el servicio que prestan”, reitera Ramos Aguirre.
Por su parte, el instructor explica que primero se enseña a los elementos a educar la respiración, que es la base del ejercicio y se trabaja con rutinas livianas que en forma gradual se irán incrementando. “Si los ve, están muy motivados y viene todo el grupo”, comenta.
Alrededor de las cinco de la tarde, termina el entrenamiento y todos terminan agotados, unos más que otros... y con hambre, también unos más que otros.
SUBE DE PESO
“Hace tres años, cuando entré a la Academia de Policía, pesaba 140 kilos y cuando salí llegué a 120 kilos, pero me mandaron a Tránsito y se hace poco ejercicio y luego que las gorditas, que los lonches y ahorita ando en 160 kilos”.
JOSÉ MIGUEL,
AGENTE DE TRÁNSITO