Shreeya Bajracharya fue designada como diosa viviente en Nepal.
Una nepalí de seis años asumió el trono de "kumari" o niña-diosa de Bhaktapur, en el valle de Katmandú, tras meses de incertidumbre sobre una institución que durante siglos ha estado íntimamente ligada a la Monarquía, abolida en Nepal en mayo pasado.
El puesto llevaba meses vacante ante la indefinición sobre qué persona u organismo debía aprobar la candidatura de la "kumari", competencia que hasta la proclamación de la República recaía en el párroco del Palacio Real.
La semana pasada, el Gobierno decidió que las competencias recaerán en adelante en el organismo gubernamental encargado del mantenimiento del templo.
De este modo, la niña escogida por Joshi, Shreeya Bajracharya, sustituye a una antecesora que ya alcanzó la pubertad y ya fue venerada por los sacerdotes de la diosa Taleju, de la que la "kumari" es considerada una reencarnación.
En el valle de Katmandú hay tres "kumaris", que proceden de las tribus Shakya o Bajracharya, y que deben poseer una treintena de virtudes como belleza, frente ancha o disposición "reservada".
La nueva niña-diosa de Bhaktapur saldrá por primera vez del templo en el que estará recluida hasta la pubertad el próximo 8 de octubre, cuando será trasladada al Templo de Taleju, abierto a los fieles una sola vez al año.
Reverenciadas tanto por hindúes como por budistas de Nepal, las "kumaris" viven enclaustradas en sus templos, lo que llevó a grupos de derechos humanos a denunciar su situación.