El líder cubano Fidel Castro afirmó hoy que los discursos del Papa Benedicto XVI en su visita a Estados Unidos expresar "la antítesis de la política de brutalidad y fuerza que aplica" el presidente de ese país George W. Bush.
En nuevas reflexiones que bajo el título "Paz y prosperidad" publicó este lunes el diario Granma, señaló que el mensaje del pontífice fue ecuménico y favorable a la paz "en medio de la guerra desatada por Estados Unidos contra los musulmanes".
Castro, de 81 años de edad y convaleciente de una enfermedad gastrointestinal, opinó que tras el regreso de Benedicto XVI a Roma, "los bellos e impresionantes cantos han cesado en los templos". "Ahora se continuará escuchando el odioso e incesante estampido de las armas", apuntó.
Benedicto XVI finalizó el domingo una visita de seis días a Estados Unidos, que incluyó una reunión con Bush, misas al aire libre y una visita a uno de los sitios atacados el 11 de septiembre de 2001.
El ex presidente cubano reprodujo párrafos del discurso del Pontífice en la Organización de Naciones Unidas donde habló de la paz, la justicia social, el respeto de la dignidad humana y la reducción de la pobreza, entre otros temas.
Recordó que Bush lo recibió en la Base Andrews de la Fuerza Aérea, gesto inusual y dijo que el Papa "fue sin duda inteligente" al contraatacar al inicio de su visita pues la prensa estadounidense fue implacable al calificar a la Iglesia Católica de religión decadente.
"Benedicto XVI, a lo largo de su actividad como Obispo alemán, fue conservador y alérgico a los cambios en la política social y en las normas internas que rigen su iglesia", dijo Castro en su Reflexión escrita el domingo.
El veterano líder arremetió contra Bush al señalar que él y sus aliados ricos y desarrollados "han impuesto una guerra sangrienta contra la cultura y la religión de más de mil millones de personas en nombre de la lucha contra el terrorismo".
En otra parte sostuvo que en los próximos días América Latina está a punto de enfrentar "dos tragedias" (dando por seguro un fraude en las elecciones de Paraguay) y la amenaza de "desintegración real" en Bolivia que originará "luchas fratricidas".
Según reportes desde Paraguay, el candidato de oposición, el ex obispo católico Fernando Lugo, ganó las elecciones presidenciales poniendo fin a 61 años de gobierno del Partido Colorado que admitió la derrota.
