Durante los últimos cinco días, Beijing ha sido una combinación de cielos grises y humedad. (AP)
Las últimas restricciones en el tráfico de automóviles y el cierre de fábricas simplemente no ha dado resultados.
A menos de dos semanas de los Juegos Olímpicos, los cielos de Beijing están contaminados a tal grado que las autoridades ya se encuentran en estado de emergencia.
Durante los últimos cinco días, Beijing ha sido una combinación de cielos grises y humedad. Los niveles de contaminación han sobrepasado los límites nacionales, pese a que desde el 20 de julio entró en vigor un plan de contingencia.
Esto incluye un plan para que diaramente dejen de circular dos millones de autos, así como controlar la producción de algunas fábricas.
Pero ayer, el periódico chino en inglés China Daily, anunció que las principales autoridades de la ciudad han decidido aplicar ya medidas extremas: reducirán el tráfico de vehículos en un 90% y cerrarán temporalmente las fábricas.
Algunas delegaciones, incluyendo la de Estados Unidos, proporcionarán máscaras a sus atletas para que practiquen al aire libre sin verse tan afectados.
En las últimas conferencias de prensa, sin embargo, las autoridades chinas han expuesto que la contaminación ha bajado en un 20% con respecto del mes de julio de 2007.
El gobierno le echa la culpa a que en los últimos días ha llovido fuerte (algo raro para la región en esta épóca del año); las precipitaciones detonan los altos niveles de humedad que a su vez provoca que la contaminación no se diluya sobre la capital china. Un poco de viento ayudaría pero este factor tampoco se ha presentado.
“Estamos confiados en resolver el problema”, djo Du Shaozhong, uno de los encargados de la rama del medio ambiente del gobierno de Beijing. “Nos aseguraremos de que la calidad del aire sea buena durante los Juegos”.
El cuestionado índice de calidad del aire en Beijing, calcula ésta en una escala de 1 a 500, siendo 500 lo peor; menos de 100 se dice que es una cifra aceptable.
Cuando el problema hizo crisis fue el jueves pasado, cuando el registro fue de 113; el viernes fue de 109; sábado de 118, y domingo de 113. El nivel del lunes no había sido anunciado.
Pero efectivamente, estos números son mejores que los de julio de 2007, cuando se llegaron a registrar cifras de 151. Pero lo cierto es que los niveles actuales están lejos de cumplir con los objetivos que tenían los organizadores de los Juegos.
Incluso, cuando las autoridades abrieron la Villa Olímpica el fin de seman pasado, la visibilidad era limitada.
Zhu Tong, un catedrático de la Universidad de Beijing y que ahora es asesor del Comité Organizador, dijo que es la falta de viento lo que está causando esta crisis: “Normalmente, estos niveles de contaminación duran dos o tres días tras una lluvia, pero no tenemos viento y llevamos una semana; eso hace que incluso se acumulen los contaminates”.
Las medidas a tomar se oficializarán en el transcurso de esta semana, según informaron ayer medios de comunicación en China.
