La violencia desatada contra los jóvenes de la tribu urbana de los emos es reflejo de la regresión hacia conductas sociales de intolerancia e ignorancia, advierten los sicólogos José Manuel Bezanilla y Amparo Miranda.
Al tocar el tema de la existencia de grupos diversos en México, los especialistas comienzan con una simple pregunta ¿Qué es emo? No todo mundo tiene la repuesta. Indican que de acuerdo con información existente en la Red: “El movimiento emo es una moda” a la cual los jóvenes adolescentes que se adhieren “presentan importantes rasgos depresivos”.
Algunas características básicas son que visten de negro, usan piercings, portan una X en alguna parte de su cuerpo, tienen conductas autolesivas, se esfuerzan por mantener una extrema delgadez, cubren parte de su rostro con su cabello y, en ocasiones, siguen conductas homo o bisexuales.
¿Moda o qué?
Lo importante no es saber si tienen ideología propia o si son parte de una moda, si toman elementos de otros movimientos para expresarse, lo sustancial es la regresión social que se presenta al agredir a un grupo de personas que refleja “algo” que no nos gusta, dicen los sicólogos.
Mantienen la idea de que “en lugar de buscar dentro de nosotros qué es aquello que ellos nos reflejan, optamos por proyectarlo sobre el otro para intentar destruirlo en lugar de comprenderlo o darle su espacio”.
Bezanilla y Miranda opinan que parece que a los emos “se les está colocando como a los “chivos expiatorios” de todo el malestar social, político y económico de nuestro país, en lugar de asumir como sociedad la propia responsabilidad por dicha situación y el malestar que genera”.
Ambos profesionales son integrantes de la Clínica de Psicología y Educación Integral, que brinda servicios integrales en salud mental y educación, con el objetivo de promover y fomentar el desarrollo físico y sicológico (mental, social y emocional) del individuo, mediante la utilización y aplicación de teorías y técnicas de prevención, diagnóstico, intervención y rehabilitación educativa, sicológica y social.
compartir espacios
José Manuel Bezanilla y Amparo Miranda coinciden en que los humanos “seguimos siendo tan inmaduros que optamos por proyectarlo a aquellos que nos parecen más vulnerables”.
Esto porque, aseguran, “es más fácil proyectar hacía el exterior aquellos elementos que nos son incómodos o desagradables para destruirlos, que buscarlos en nuestro interior y hacernos cargo de ellos”.
Indicaron que en el mapa mexicano ellos se colocan a favor del respeto a la diversidad y la libertad de vivencia y expresión. “Rechazamos profundamente toda forma de violencia y discriminación sobre cualquier grupo social sea mayoritario o minoritario, nos guste o no”.
Rememoran que el filósofo Edgar Morin menciona en su libro “Los siete saberes básicos para la educación del futuro”, la profunda necesidad de aceptación e integración de la diversidad cultural y humana para la sobrevivencia del planeta y la misma cultura humana
