El árbitro Alfonso Perrez Burrull muestra la tarjeta amarilla al delantero mexicano del F.C. Barcelona Giovanni dos Santos durante el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. (EFE)
Un Barcelona desconocido, porque por una vez su futbol fue más práctico que vistoso, se clasificó para los cuartos de final de la Copa tras empatar sin goles ante el Sevilla, un equipo que había resuelto las últimas quince eliminatorias que había disputado últimamente en las diferentes competiciones.
Cambió de registro el equipo de Frank Rijkaard y utilizó un manual que tenía hasta ahora empolvado en la estantería: el del futbol más táctico que bonito; para sacar adelante una eliminatoria ante un rival de empaque que, salvo en los minutos finales, no tuvo opciones a llevarse la victoria.
Con Samuel Eto'o en la Copa África, todavía lesionado Leo Messi y Ronaldinho inédito desde que empezó el año, Henry debía ser el referente, pero no fue así. El Barcelona creció a partir del enorme partido de su defensa, en especial de su pareja de centrales; y del trabajo de la línea de centrocampistas.
Por una vez, el Barça le regaló la posesión del balón al rival, algo con lo que el equipo de Rijkaard no juega. También, por una vez, los azulgrana pensaron en su alineación en función de la del rival y por eso Henry, el más destacado de los últimos partidos, abandonó la banda izquierda para jugar de nueve.
¿El motivo? Por la izquierda juega Dani Alves y Rijkaard no deseaba que Henry estuviera pendiente del lateral sevillista. Los sevillistas asumieron el papel de equipo dominador, pero apenas tuvieron llegada.
Los catalanes, muy bien pertrechados atrás y en la media, desesperaron al Sevilla, que ejerció un dominio estéril, sin apenas llegada a la meta de Valdés.
La apuesta del Barcelona fue buscar la contra. Iniesta fue quien primero lo intentó con un remate que salió fuera por poco (m.4) y a partir de entonces, el albaceteño estuvo mucho más pendiente de las evoluciones de Alves que de crear él mismo.
Los andaluces buscaron la banda izquierda con Navas y la derecha con Diego Capel, quien pudo en numerosas ocasiones con Zambrotta, sin embargo, la pareja de centrales local (Milito y Puyol) estuvo espléndida y se complementaron muy bien con Márquez, el único mediocentro defensivo que tiene Rijkaard.
Sin que Henry pudiera exhibir sus buenas artes, simplemente porque su equipo no se prodigaba en la ofensiva, el peso en ataque recayó en Iniesta, quien protagonizó la segunda acción de mérito ante la meta de De Sanctis, en el minuto 17.
El Sevilla se enmarañó en la tela azulgrana y no llegó a crear peligro. En el primer tiempo, únicamente un remate de cabeza de Luis Fabiano (m.23) que salió alto y a partir de entonces, el Barcelona se estiró más y dominó con más claridad en la recta final del primer tiempo.
Henry no acertó en la primera ocasión franca que tuvo, un servicio de Giovanni en un contragolpe (m.32); Gudjohnsen puso a prueba al meta sevillista en el 34 y en el 44 Zambrotta no estuvo atento tras un buen servicio de Márquez.
Después de que un disparo de Navas en la primera aproximación del Sevilla en el segundo tiempo (m.50), Rijkaard decidió agitar el partido con la entrada de Bojan Krkic por Gudjohnsen en el minuto 56.
Sin inmutarse, el Barça siguió a lo práctico. Sin riesgos, sin alardes, pero sin conceder opciones al rival. Además, con la alineación de Iniesta en la media, los azulgrana ganaron en consistencia.
El Sevilla, incomprensiblemente, no intentó darle muchos giros al partido. Manolo Jiménez cambió de delanteros -Kerkhakov por Luis Fabiano y Duda por Chevantón- y Rijkaard puso en juego a Deco. Al Barça ya le iba bien que no pasara nada.
Pero en los minutos finales, a falta de futbol, llegó la emoción. Dani Alves (m.82) tuvo el pase de su equipo en un lanzamiento de falta que dio en el travesaño. En el 86 Navas marcó en fuera de juego y en el 90 pudo arder Troya si Poulsen llega a marcar, porque el sevillista remató claramente el balón con la mano.
El pase del Barça fue justo. Tal vez el Camp Nou se deba acostumbrar a otro futbol, pero al menos hoy a los catalanes les sirvió para acabar con un grande como el Sevilla, un equipo que se había mostrado últimamente infalible en las eliminatorias.
Ficha técnica
FC Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol, Milito, Abidal; Márquez, Xavi, Gudjohnsen (Bojan, m.56); Giovanni (Deco, m.69), Henry e Iniesta.
Sevilla: De Sanctis, Alves, Mosquera, Drago, Adriano; Navas, Poulsen, Renato, Capel (Alfaro, m.81); Luis Fabiano (Kerzhakov, m.69) y Chevantón (Duda, m.74).
Árbitro: Pérez Burrull (C. Cántabro). Mostró cartulina amarilla a Giovani (m.45+1), Mosquera (m.54), Márquez (m.81) y a Duda (m.90+2)
El Barcelona se ha clasificado 62 veces para los cuartos de final
Tras eliminar hoy al Sevilla en el Camp Nou (0-0) al hacer valer el 1-1 del encuentro de ida, ya son 62 las veces que el Barcelona ha alcanzado los cuartos de final de la Copa del Rey.
De las 61 ocasiones en las que ha disputado la antepenúltima ronda, el conjunto catalán la ha superado 44 veces y ha caído en otras 17.
El 'Rey de Copas' -Barcelona es el equipo que más veces ha levantado este trofeo (24)- logró hacer el pleno de cuartos en la década de los 50, período en el que se clasificó para esta ronda durante diez temporadas consecutivas (de la campaña 1950-51 a la 1959-60).
Con Frank Rijkaard en el banquillo, el conjunto azulgrana sólo había logrado meterse en cuartos en un ocasión. Fue la temporada pasada, cuando superó al Zaragoza para caer estrepitosamente en semifinales ante el Getafe.
Después de ganar dos Ligas y una Liga de Campeones, el torneo doméstico del KO es la asignatura pendiente del técnico holandés. El Barcelona, además, hace diez años que no logra adjudicarse esta competición. La última ocasión fue en la campaña 1997-98 cuando venció en la final al Mallorca en la tanda de penaltis.
Con el resultado de hoy, el equipo catalán ha puesto fin a la racha del Sevilla, que había salido airoso de sus últimos quince enfrentamientos a doble partido, lo que le había permitido conquistar, en las dos últimas temporadas, dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey y una Supercopa de España, aparte de la Supercopa de Europa que ganó precisamente al conjunto azulgrana la pasada campaña.
