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Empresa / A río revuelto…

ALBERTO BARRANCO

Tradicionalmente flemático de cara al público —ni gestos hace cuando en su cara le lanzan obuses de todos calibres los legisladores—, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, estalló el viernes pasado a todo decibeles

La catarata de ira exigía la presentación inmediata, precisa, de nombres, montos, razones sociales… de los responsables del peor ataque especulativo contra el peso en una sola jornada en la larga historia de crisis en el país.

“¡Los haremos pedazos!”, gritaba la furia a la vista del saldo trágico de la derrota: seis mil 400 millones de dólares de las reservas internacionales del Banco de México esfumados en dos horas. Ocho mil 900, es decir el 11 por ciento de éstas, en dos días.

Detrás de la bilis del funcionario, empero, estaba un mea culpa. Su obstinación al seno de la Comisión de Cambios en la que participa paritariamente el Banco de México, había inclinado la balanza hacía lanzar una y otra carga hasta contener la furia especulativa, a contrapelo de los 400 millones de dólares diarios previstos.

El Banco Central exigía mantener la ortodoxia para no ofrecer una señal de desesperación al mercado.

El caso es que en dos días el país perdió más dólares de las reservas que al impacto inicial del llamado “error de diciembre” de 1994, cuando el absurdo zedillista había consultado a los tiburones sobre si se devaluaba el peso o simplemente se estiraba la liga del deslizamiento.

El alerta provocó, naturalmente, el arranque, el banderazo a una colosal fuga de capitales.

Lo cierto es que calmadas las aguas momentáneamente al milagro de la tregua de fin de semana, puede usted jurar que al funcionario se le acabó el berrinche, sepultando las listas apiladas por sus colaboradores en el monte de las cruces.

Se repite, pues, a la letra, el episodio aquel en que el ex presidente José López Portillo, rojo de ira, juraba y perjuraba que haría públicos los nombres de los sacadólares… que se quedaron lacrados en cajas cuyo final fue el horno crematorio.

Ahora que no se requiere mucha ciencia para ponerle nombre y apellido o razón social en su caso a los que corrían con el botín a cuestas. De entrada, quienes ofrecían el menor monto por divisa son los especuladores que al río revuelto buscaban hacer su Navidad, y de pasadita la de los próximos 10 años.

El negocio es redondo, dado el spread, es decir, la distancia entre el precio de compra de las divisas y el de venta.

Más allá, los que ofrecían posturas más o menos altas, digo en un escenario de volatilidad desbordada, eran las empresas a las que atrapó la devaluación con coberturas a favor el peso, que estaban obligados a pagar en el corto plazo.

Digamos que la desesperación del temible default en que incurrió Comercial Mexicana, la obligó cubrir sus pérdidas.

La maniobra fue tan simple como adquirir dólares baratos y revenderlos a terceros con una ganancia simple, pero aparentemente segura.

La pregunta, naturalmente, es qué hacía una empresa mercantil como Comercial Mexicana jugando a las apuestas cambiarias… por más que hubiera sido a favor del peso.

Ahora que la lista es larga. Ayer mismo, tras suspenderse la cotización de sus acciones en el piso de remates de la Bolsa Mexicana de Valores, el Grupo Maseca debió aceptar que había realizado apuestas similares… por el escándalo de 672 millones de dólares.

Ahora que Banamex mantenía aún como el secreto más grande del monto de operaciones bajo la misma línea por 600 millones de dólares.

Y ahí van el Grupo Industrial Saltillo, quien de plano ya pidió el auxilio del gobierno; el grupo San Luis; Kuo, Vitro, Alfa, Cementos Mexicanos…

Las firmas comerciales, industriales y financieras jugándole al vivo en la feria de negocios ajenos a sus objetivos.

Y el gobierno lanzándoles una y otra cuerda para salir del pantano. Total, para eso estaban las reservas internacionales. Total, ya se había acumulado una gran montaña. Total, ni modo de dejar morir solas a las empresas.

El problema es que desatada la voracidad, cualquier viento se vuelve huracán, a la alza o a la baja, en un escenario en que la volatilidad se llama negocio.

Lo dicho: Se devalúo la credibilidad.

Balance General

La paradoja del caso es que la milagrosa recuperación que tuvo ayer el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana en su jornada más feliz desde 1998, apunta más al pesimismo que al optimismo. Se diría que los grandes tiburones están ya metiendo las redes para atrapar a su causa las gangas.

Explíquense usted, así, el que los papeles de Comercial Mexicana hubieran crecido 32 por ciento en su precio, por más que se cotizaban en centavos, en un escenario en que sus pérdidas por sus apuestas fallidas al fragor del “catarrito” augurado por el Secretario de Hacienda, se elevan hasta hoy a dos mil millones de pesos, con opción de triplicarse.

Los activos de la firma se calculan en tres mil millones de billetes verdes.

Naturalmente, la ganancia para la voracidad se materializará mañana, vendiéndolas al nuevo costo.

Yo no fui

Señalado como el gran damnificado en la debacle de Comercial Mexicana, al venderle coberturas que podrían no estar en opción de pagar, ayer el Grupo Financiero Banorte señaló que las facturas de ésta representan sólo el 0.4 por ciento de su cartera total de préstamos a las grandes empresas, que a su vez alcanzan el 2.9 por ciento del total.

De acuerdo a la intermediaria, son 30 las grandes firmas a las que les ha prestado fuerte, de las cuales sólo la Comer ha reportado pérdidas por exposición a derivados.

Más aún, dejó en claro, digo por si las moscas, que el Grupo Maseca, propiedad del mismo dueño del banco, es decir Roberto González Barrera, no está entre sus grandes deudores.

A mí que me esculquen.

La cartera vencida total de Banorte equivale al 1.7 por ciento de la vigente, contando con un índice de capitalización de 15.9 por ciento.

Su índice de liquidez está en 55.9 por ciento.

Por si las dudas

Colocada en el ojo del huracán ante la sospecha de pérdidas multimillonarias por sofisticadas operaciones de tesorería, a la vera del río revuelto, Cementos Mexicanos adelantará la fecha prevista para hacer públicos sus estados financieros del tercer trimestre del año.

El anuncio se realizará mañana mismo, en un escenario en que el Talón de Aquiles de la firma encabezada por Lorenzo Zambrano es su incapacidad de comunicación.

As de la manga

Desechada tajantemente la posibilidad de refinerías privadas por priístas y perredistas en los dictámenes de la propuesta de reforma petrolera, el gobierno ya sacó un as de la manga en el último minuto.

Estamos hablando de abrir el paso a la posibilidad de asociaciones con Petróleos Mexicanos en lo que ésta estaría a la par.

La exposición de motivos habla de calcar a la letra el modelo de Dear Park, es decir, la refinería que se mantiene en Texas bajo una sociedad mixta entre la firma estadounidense Shell y la paraestatal. Si allá se pudo…

El gran obstáculo, otra vez, es la Constitución.

albertobach@yahoo.com.mx

barrancoalberto@prodigy.net.mx

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