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EMPRESA / Bueno, malo y feo

ALBERTO BARRANCO

Orquestada la maquinaria legislativa para un desenlace feliz: sí-se-puede armonizar las posiciones antagónicas con voluntad política, la nota discordante de último minuto la darían los panistas en defensa del último girón del proyecto calderonista.

El ferrocarril de la reforma petrolera lo atoró la obstinación en otorgar cotos exclusivos a empresas extranjeras que le entraran a la exploración y explotación de depósitos de petróleo en aguas profundas.

El esquema calca a la letra el colocado en la mesa para los Contratos de Servicios Múltiples otorgados a firmas que participan en actividades de extracción de gas natural no asociado al petróleo de la Cuenca de Burgos.

La fórmula fue objetada en su momento por priístas y perredistas.

Ahora que el obstáculo que desató la resistencia civil pacífica encabezada por el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, pareció borrar del mapa el escenario empujado por la izquierda, que había encarrilado hasta entonces a Petróleos Mexicanos hacia una ruta más firme.

Estamos hablando, por ejemplo, de haber liberado a la paraestatal del fardo que representaban las facturas pendientes por los llamados Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), es decir, las obras de infraestructura que se financiaban con recursos privados… para amortizarse una vez concluidas con el fruto de su explotación.

Lo que en el papel parecía una fórmula mágica para reforzar la viabilidad de la principal empresa del país sin afectar sus estados financieros, se convirtió en un lastre.

La deuda, hasta hoy, alcanza un billón 200 mil millones de pesos que, llevados a la contabilidad de la paraestatal, la colocarían en un escenario de quiebra técnica que volvería inviable la colocación de los llamados bonos ciudadanos.

Más allá, cancelada la tutela de la Secretaría de Hacienda que por décadas le pisó el cuello a la empresa pública, ésta puede disponer libremente de remanentes de utilidad… digo, tras el pago de impuestos.

La dependencia le exigía, por ejemplo, el congelar año con año recursos para engordar sus reservas, entre otras las que avalan el pago de pensiones y jubilaciones.

Se diría que al fin llegó la anhelada autonomía presupuestal y de gestión.

En el horizonte, además, la cancelación de la propuesta presidencial de abrir la posibilidad de maquiladoras de refinación de capital privado evitó un juego perverso: soslayar la inversión pública… por un esquema que ningún particular estaba dispuesto a afrontar.

De hecho, la presión de los acuerdos subterráneos logró el que el gobierno colocara en la mesa los primeros 12 mil millones de pesos para una nueva refinería pública… que llegará en cinco años.

Adicionalmente, la posibilidad de consejeros independientes de tiempo completo, ratificados por el Senado, le abría un horizonte de transparencia a la paraestatal, al colocarle cuñas en cada una de sus actividades específicas.

Y si le seguimos, los acuerdos habían logrado el milagro de forzar al país a la firma de compromisos de exploración conjunta de yacimientos transfronterizos, en un horizonte en que Estados Unidos se estaba comiendo sólo el pastel.

En otro plano, se había logrado borrar del mapa la propuesta priísta de crear nuevas filiales de Pemex con autonomía de ésta, lo que le rompía la columna vertebral a la empresa, de suya fragmentada con divisiones que no se justifican.

En paralelo, se había destruido la posibilidad de una controversia constitucional al jugar la propuesta del gobierno con un escenario peligroso: el que la Ley Reglamentaria del artículo 27 de la Constitución le enmendara la plana a éste en el marco de los llamados “contratos incentivados” para exploración en aguas profundas.

En el tintero, no obstante, se quedó la exigencia de acotar a sólo dos representantes, es decir, la mitad, la participación del Sindicato Petrolero de la República Mexicana en el Consejo de Administración de la empresa pública, con la novedad de que serían elegidos por voto secreto.

Tampoco se logró imponer candados inviolables para impedir el tradicional saqueo a la empresa pública por parte de una burocracia rapaz, en complicidad con contratistas venales.

El hilo, pues, se cortó por lo más delgado.

Balance general

La avidez con que la clientela se engulló ayer en sólo 15 minutos los primeros mil millones de dólares de las reservas internacionales que colocó en la mesa el Banco de México, la explica la urgencia de los apostadores de cambiar de ruta.

Se están refugiando en los Bonos del Tesoro de Estados Unidos.

Dicho con todas las letras, los tenedores de bonos de deuda en pesos están sacando sus apuestas del país.

La catarata podría volverse interminable, en un escenario en que el monto de las desinversiones se ha convertido en secreto de Estado.

A volar

Aunque se pretextó la insolvencia de la firma, que operaba con la protección de un amparo contra una resolución previa en exigencia del pago de deudas, lo cierto es que la suspensión de la línea aérea A Volar se inscribe en una irregularidad denunciada en este espacio hace unos días.

La empresa encabezada por Jorge Nehme había sido embargada con cargo a la caja por una firma de Estados Unidos que le ganó un pleito… por deudas. Se diría, pues, que a contrapelo de la ley la empresa operaba bajo la tutela del capital extranjero.

Levántate y anda

En lo que representa el tanque de oxígeno que le urgía a Nacional Financiera tras un sexenio en que se trabajó arduamente para borrarla del mapa, se le está dando una suerte de concesión para administrar el programa de compras de gobierno para pequeñas y medianas empresas.

La intermediaria de desarrollo, de entrada, pondrá en línea todos los requerimientos oficiales, bajo la promesa de llenar 20 veinte por ciento con el concurso de ese tipo de firmas.

Más allá, amarrado el contrato, Nafin estaría en opción de cubrir su costo con la garantía del pagaré correspondiente. De hecho, se están realizando ya seminarios de inducción al esquema.

Viento en popa

Quienes navegan firmes pese a la turbulencia son la cadena de tiendas Elektra y el Banco Azteca. La primera facturó en el tercer trimestre del año 10 mil 226 millones de pesos, reportando ganancias por cuatro mil 870.

El segundo logró alcanzar un índice de capitalización de 11.8% en relación a su cartera total, que ascendió a 22 mil 264 millones.

Su índice de morosidad fue de 5.5, frente al 12.3 de hace un año.

albertobach@yahoo.com.mx

barrancoalberto

@prodigy.net.mx

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