Derecho de pataleo
Aunque el tris en que estuvo de estallar una huelga en la Compañía de Luz y Fuerza del Centro se facturó a la agresividad del Sindicato Mexicano de Electricistas, y el largo conflicto en la Universidad Autónoma Metropolitana a la división del sindicato, el horno sigue encendido.
El común denominador de las revisiones contractuales en el ámbito público y privado ha sido el jaloneo de la partes frente a la pretensión del Gobierno de implantar un tope salarial de 4.25 por ciento.
El turno, lo verá usted, es de Teléfonos de México y el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana que encabeza Francisco Hernández Juárez, con el antecedente de que ya le estalló una huelga a una de las filiales de la firma de Carlos Slim que encabeza su sobrino Héctor Slim.
La razón es simple: Durante el primer año del Gobierno actual la recuperación del poder adquisitivo obrero fue de sólo nueve diezmilésimas de punto, frente al 2.3 que se alcanzó, en un escenario de altibajos, durante el sexenio anterior.
El caso es que, aún con el saltito del foxismo, el nivel de vida de los trabajadores se ubicó en el 68.75 por ciento del que se tenía en 1952, año en que se implantaron los salarios mínimos, por más que el 100 de entonces alcanzó 281.92 en su mayor cúspide, es decir en 1975, penúltimo año del presidente Luis Echeverría… para derribarse estrepitosamente.
La caída, en medio de llamados a los trabajadores para apretarse el cinturón y sacrificarse por el país, se prolongaría durante 20 años, con la novedad de que en 1976 se había llegado a sólo el 56.3 por ciento del nivel inicial.
La marcha de los cangrejos se frenó con aquel polémico 10,20,30 por ciento de incremento salarial decretado durante la etapa más álgida del Gobierno Lópezportillista —cuando, por cierto, el secretario del Trabajo se llamaba Porfirio Muñoz Ledo—, por más que al final del sexenio el deterioro era de 78.62 por ciento.
Y aunque en el periodo en el poder de Miguel De la Madrid Hurtado la caída se vuelve menos dramática, con un monto de 43.72 por ciento, y en el de Carlos Salinas de Gortari de 28.05, la nave se mantuvo a pique hasta el segundo año de Ernesto Zedillo, cuando el nivel de vida de los trabajadores medido en salarios mínimos se ubicaba en el 68.25 por ciento de 1952… por más que al final del sexenio se logró una ligera recuperación que lo ubicó en 68.75.
Ahora que durante el foxismo hubo otro ligero incremento que alcanzó un total de 0.69 puntos, equivalentes a 10 centésimas por año aún cuando el pasado se llegó a nueve.
En 31 años, pues, la pérdida del poder adquisitivo fue de 214.85 por ciento. Y aunque algunos podrían colocar en tela de duda la validez de una medición en base al monto de los salarios mínimos, lo cierto es que 12.3 millones de mexicanos cotizan en el Instituto Mexicano del Seguro Social… sobre la base de salarios mínimos.
De acuerdo a las cifras del organismo, el 4.24 por ciento del total percibe un salario mínimo; el 31.62 dos; el 22.58 tres; el 12.46 cuatro; y el 13.68 cinco, es decir el 78.16 por ciento, equivalente a 9.6 millones de trabajadores, alcanza hasta cinco tantos de la percepción más baja.
Ahora que si empatamos el monto de los salarios mínimos con la cotización del dólar frente al peso, hete aquí que en 1952 un mes equivalía a 23.24 billetes verdes, para alcanzar un máximo de 316.60 en 1982, es decir el último año del ex presidente José López Portillo, cuando las devaluaciones llegaban un día sí y otro también.
Durante el Gobierno zedillista el equivalente fue de 79.75, para recuperarse en el siguiente sexenio, alcanzando 136.06, es decir 1.5 tantos menos que en 1982.
¿Se acuerda usted las promesas de que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte habría empleos mejor remunerados para los mexicanos, en la magia de la exigencia de reglas de origen para que empresas extranjeras pudieran exportar a Estados Unidos desde nuestro país?
¿Se acuerda usted que en el papel México alcanzaría promedios anuales de crecimiento económico superiores al cinco por ciento?
El caso es que en los seis años de la administración foxista se alcanzó un global de 14.1 por ciento, lo que da un promedio anual de 2.3 por ciento, el más bajo desde el gobierno de Miguel De la Madrid. Y aunque el año pasado llegamos al 3.7, el pronóstico más optimista para este año habla de 2.2.
Digamos que al margen de los calificativos que se le apliquen a los sindicatos inconformes con el tope salarial, lo cierto es que están ejerciendo un derecho inalienable: el de pataleo.
Balance General
Sin haber llegado aún a la mesa de la discusión la propuesta para una reforma energética, hete aquí que Petróleos Mexicanos le acaba de entregar un contrato bajo la modalidad de “obras múltiples” a un consorcio integrado por la empresa holandesa Fugro y la constructora Subacuática.
El objeto concreto del documento firmado el 10 de marzo pasado es localizar yacimientos petroleros en aguas profundas.
La explicación de la paraestatal es que ese tipo de estudios se realiza comúnmente, es decir no hay de qué extrañarse.
En la pelea para el contrato cuyo monto alcanza 46 millones de dólares, participaron las firmas Jutck, Sisi-Tecnology y Oceanografía, a quien se liga insistentemente con la ex familia presidencial.
Nacido para perder
Desmantelado el staff de abogados a la llegada de Luis Pazos, la Comisión Nacional de Defensa de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), está perdiendo prácticamente todos los juicios en que se involucra, o si lo prefiere le están metiendo una goliza los bancos, las compañías de seguros y las casas de bolsa.
El porcentaje es de cuatro a uno, cuando hasta hace dos años el organismo creado por mandato de ley se constituía como el enemigo a vencer.
Lástima.
¿Blanca paloma?
La razón que explica el paréntesis de cuatro meses entre su puesta en escena y la inauguración oficial de la Terminal II del aeropuerto capitalino se ubica en la tardanza de la Secretaría de la Función Pública en entregar el resultado de tres auditorías practicadas para determinar presuntos desvíos o “inflado” de facturas en las obras. Como recordara usted, planteado un gasto total de dos mil millones de pesos, el costo de la construcción y acabados de la obra se elevó a ocho mil 596 millones de pesos, es decir más de tres tantos.
El alerta lo colocó en la mesa la Auditoría Superior de la Federación en la revisión de la Cuenta Pública correspondiente al 2005.
De hecho, se habló de una eventual remoción del director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Ernesto Velasco, de resultar negativa la revisión.
Bajo ese marco, pues, se podría inferir que el funcionario resultó una blanca paloma, pese a que uno de los accesorios, el trenecito elevado, se convirtió en un elefante blanco.
La idea de éste, por cierto, fue del ex presidente Vicente Fox, para quien hubo elogios oficiales a granel.
No hay falta
De acuerdo a Televisión Azteca la contratación de 17 spots por parte del Frente Amplio Progresista en los que se invitaba a la ciudadanía a participar en un mitin convocado por Andrés Manuel López Obrador en defensa del petróleo, no transgredió la Ley.
De entrada se aduce que el FAP es una organización, no un partido político, y por tanto no le es aplicable la prohibición de contratar espacios en medios electrónicos.
Más allá, el manejo no infiere la materia electoral, es decir no invita a la ciudadanía a inclinar su voto hacia un partido u otro.
En abundancia, la televisora de Ricardo Salinas Pliego señala que la transmisión se efectuó una vez comprobado que no había violación alguna a la Ley.
albertobach@yahoo.com.mx
barrancoalberto@prodigy.net.mx
