Asarco en un volado
Reacio a las apariciones públicas, al punto de considerarse una hazaña la divulgación de una foto suya en que el sindicato minero lo defenestra, el presidente del Grupo Minera México, Germán Larrea Mota Velasco, debió comparecer ante una Corte de EU.
El citatorio, con proa hacia el Tribunal de Quiebras de Corpus Christi, Texas, exigía responder a los cargos de quiebra fraudulentos de la filial del emporio conocida como Asarco (American Smelting and Refining Company).
La firma adquirida en una compra hostil en 1999, fue declarada en bancarrota seis años después, en un escenario de rumores sobre si el peso de las multas por violaciones ambientales era mayor al del valor de sus activos, por más que había enfrentado una larga huelga de cuatro meses.
El caso es que en la fase previa se desprendió a la compañía de sus activos más valiosos, entre ellos el 54 por ciento de la productora peruana de cobre Southern Perú Cooper, cuya propiedad se le endosó al Grupo Minera México.
El paquete mayoritario, según los analistas, se subvaluó en 500 millones de dólares.
La acusación, pues, apunta a que la maniobra dejaría indefensa a Asarco para hacer frente a sus compromisos, al despojarla de sus activos rentables.
La demanda la planteó la Junta de Directivos de la firma adherida al Capítulo XI de la Ley de Quiebras, integrada por tres partes, de las cuales sólo una la conservó el Grupo Minera México.
El representante de ésta en el gobierno compartido, por cierto, es el ex secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán. El hecho es que en la antesala de la insólita comparecencia de Germán Larrea Mota Velasco, la Corte había avalado la venta de Asarco a la empresa india Vedanta Resources, en dos mil 600 millones de dólares.
La oferta superó a la planteada a su vez por el Grupo Minera México. El problema es que la firma india aceptó pagar los pasivos operativos de la empresa, calculados en 550 millones de dólares, no así las multas por daños ambientales.
La sorpresa es que en su testimonio bajo juramento en la Corte, Larrea calificó de ilegal la venta de Asarco, dado que no se tomó en cuenta su condición de socio de la compañía, lo que lo colocaba como primero en derecho.
Más aún, se aduce que su propuesta no se leyó con cuidado… o ni siquiera se leyó, además de negársele información clave.
Por lo pronto, el también presidente de American Mining Corporation, la controladora de Southern Perú Cooper y Minera México, ofreció un pago de dos mil 700 millones de dólares para retomar el control de la firma de los Estados Unidos.
Más aún, ésta tomaría mil millones de dólares de su caja para hacer frente a las multas ambientales, con la posibilidad de disponer, en su caso, de 400 más.
La apuesta habla de devolverle la viabilidad a la compañía en la coyuntura de los altos precios del cobre. Asarco alcanzó ganancias por 650 millones de dólares en el 2007, conservando aún varias minas y plantas en la región oeste de Estados Unidos.
El gran obstáculo es que los demandantes están reclamando casi 11 mil millones de dólares de daños punitivos al despojarla de sus acciones de Southern Perú Cooper.
Por lo pronto, el juez de la causa, Andrew S. Hanon, de la Corte Federal ubicada en Brownswille, Texas, tiene un plazo que vence en agosto para emitir su veredicto.
Se avala la operación a favor de la empresa india o se acepta la oferta de Larrea, lo que implicaría pagar multimillonarias multas cuyo cálculo global podría llevar aún años.
El volado apunta a la sobrevivencia de una compañía que nació a finales del siglo XIX, y que adquiriría en 1901 el legendario Meyer Guggenheim, cuyo hijo Salomón legara su fortuna a una fundación que ha permitido la creación de inolvidables museos.
La firma sería adquirida en 1999 por el Grupo Minera México, derrotando en forma hostil a la firma estadounidense Phelps Dodge.
En la fase previa, allá a principios de la década de los 70’s del siglo pasado, el empresario Jorge Larrea Ortega, padre del dueño actual de la compañía, había adquirido un paquete de 15 por ciento de las acciones de la empresa convertida hoy en manzana de la discordia.
El final del episodio está a la vuelta de la esquina.
Balance General
Decretada una sentencia de muerte contra los complejos petroquímicos de Petróleos Mexicanos desde la época del ex presidente Carlos Salinas De Gortari, en venganza por la oposición del PRI a su privatización al 100 por ciento, hete aquí que son ya 22 las plantas que han dejado de operar por falta de presupuesto para mantenimiento.
Algunas de ellas se han vendido como chatarra.
Lo dramático del asunto es que la medida, ratificada por los gobiernos subsecuentes, se llevó al país entre las patas.
Si en el 2005 la industria aportaba 5.2 por ciento del PIB, hoy apenas alcanza el 1.9.
Perdonan a Napo
Planteada hace un mes por Altos Hornos de México una amenaza de demanda contra el sindicato minero que encabeza Napoleón Gómez Urrutia por un presunto intento de extorsión, hete aquí que la querella no ha llegado aún a los tribunales.
La acusación concreta de la firma es que se le había exigido la entrega de 15 millones de pesos, en paralelo al despido inmediato de 80 trabajadores disidentes del sindicato, a cambio de no estallar una huelga en una planta siderúrgica de Monclova.
La resolución se sumaba a la que había hecho hace unos meses el grupo industrial Minera México, acusando en este caso al sindicato de exigir 80 millones de dólares a cambio de fumar la pipa de la paz con la firma, en la fase previa al entallamiento de tres huelgas que siguen vivas, afectándose entre otras a la Minera de Cananea, la principal productora de cobre del país.
Son los empaques
La defensa de los productores de Sinaloa frente a la acusación del gobierno de Estados Unidos de exportar jitomates contaminados con bacterias de salmonella, apunta a que se revise el proceso de empaque que se realiza del otro lado de la frontera.
El argumento se apuntala en que los 224 casos documentados de salmonelosis en el país de las barras y las estrellas hablan de ingesta de jitomate… incluido el producido localmente, es decir, el problema tiene un eje común.
Por lo pronto, cientos de camiones con el producto están varados en la frontera.
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