Otra vez el IMSS
Prevalece, incontenible, el crecimiento del faltante de reservas para atender las solicitudes de retiro de los trabajadores activos, cuyo nivel actual aturde
Anunciado a vuelo de fanfarrias el arreglo logrado entre el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y su sindicato para incorporar a los nuevos trabajadores al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), lo cierto es que el escenario está muy lejos de resolver los problemas de fondo del organismo.
Dicho con todas las letras, prevalece, incontenible, el crecimiento del faltante de reservas para atender las solicitudes de retiro de los trabajadores activos, cuyo nivel actual aturde.
Estamos hablando de 921 mil 580 millones de pesos, es decir, más del doble del existente hace seis años, cuando se colocó el alerta roja.
El dato que le toma una fotografía al alud el 31 de diciembre del año pasado lo transparenta un borrador preliminar del Informe sobre la situación financiera y los riesgos del Instituto, que por ley debe rendirse al Ejecutivo y al Congreso de la Unión antes del último día de junio próximo.
El colosal pasivo engloba sólo a la ruta de salida de los trabajadores que ingresaron a trabajar al organismo antes del 12 de agosto de 2004, en que se abrió un nuevo escenario para los nuevos, que ahora se modifica al ingresar a los que llegarán en nuevas camadas al Sistema de Ahorro para el Retiro.
Estamos hablando de 380 mil 778 trabajadores activos y 160 mil jubilados y pensionados.
Lo dramático del asunto es que el instituto sólo tiene fondeado 5% del fardo.
El diagnóstico, integrado al documento, pronostica una tormenta aún mayor: “Aunque el pasivo laboral ya ha alcanzado un nivel muy elevado, se espera que en los próximos años siga creciendo de manera importante hasta 2017, cuando alcanzaría su nivel máximo”.
Por lo pronto, se reconoce que cada año el instituto está obligado a dedicar una proporción mayor de sus recursos: cuotas obrero-patronales, aportaciones del gobierno federal, productos de inversiones y otros ingresos, al pago de la nómina de sus trabajadores jubilados y pensionados, “en detrimento del gasto dirigido hacia la prestación del servicio a los derechohabientes”.
Durante el año pasado el capítulo representó para el organismo un egreso de flujo efectivo por 22 mil 933 millones de pesos, cifra que supera en 3.6 tantos a los ingresos propios del Seguro Social.
El estimado apunta a que los recursos destinados a la nómina del Régimen de Jubilaciones y Pensiones crecerán a un tasa promedio de 16%, en tanto los ingresos propios lo harán a 6.3%.
Contabilizado el pasivo laboral del organismo de acuerdo con los principios contables, el resultado de operación de éste pasaría de alcanzar un ligero superávit de 203 millones de pesos a un déficit de 72 mil 850.
Así como lo lee usted.
Ahora que el faltante de reservas para atender el Régimen de Jubilaciones y Pensiones del IMSS no es, ¡válgame Dios!, el principal fardo que arrastra éste.
Existe, en paralelo, un colosal déficit en los seguros para Enfermedades y Maternidad y para Atención de Jubilados y Pensionados.
Hasta el último día de 2006 éste alcanzaba el equivalente a 17% del Producto Interno Bruto.
De hecho, el diagnóstico del Informe al Ejecutivo y al Congreso del año pasado estimaba que el globo estallaría en cuatro años.
El documento actual señala que el déficit estimado de todos los seguros para el periodo 2009-2050 se contabiliza en 29.3% del PIB de 2008, por más que los seguros no médicos son superavitarios.
Ahora que si se intentara tapar el boquete con los sobrantes, éstos resultarían insuficientes.
Lo dramático del asunto es que el diagnóstico habla de que la prima actual, equivalente a 1.5% del salario base de cotización que pagan los beneficiarios de los seguros de Enfermedades y Maternidad y Gastos Médicos de Pensionados es insuficiente.
La posibilidad de equilibrio se alcanzaría con un incremento gradual ¡hasta el año 2100! De hecho, para 2050 éste debería llegar a 19% del salario base de cotización.
El mínimo reclamado sería de cuatro tantos el nivel actual.
Ahora que el patético escenario gravitará esta mañana en la tradicional asamblea anual de la instancia tripartita, a la que acude el presidente Felipe Calderón, con la carga a cuestas de su promesa de alcanzar una solución definitiva frente al entuerto, “no me importa cómo hayan dejado al instituto los gobiernos anteriores”.
El reto sigue intacto.
Balance General
La gran ausente en el capítulo de “Transporte, Almacenamiento y Distribución de Hidrocarburos y Derivados” del foro de debate sobre la propuesta de reforma energética convocado por el Senado fue la Cámara Nacional de Transporte Marítimo.
La omisión se vuelve intolerable si se considera que los integrantes de ésta transportan la tercera parte de los energéticos que produce Petróleos Mexicanos.
De hecho, 61% del tráfico se realiza a través de ductos y el resto en autotanques y buques tanque.
La discriminación impidió que los legisladores conocieran de primera mano las graves irregularidades en que se realiza la tarea, al soslayar la paraestatal la exigencia de ley de que cuando menos 50% de las exportaciones las realicen barcos de bandera mexicana.
La simulación es la constante.
SCT vs Cofetel
La noticia es que el pleito subterráneo entre la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Comisión Federal de Telecomunicaciones ya trascendió a la Comisión Permanente del Congreso.
Los senadores Carlos Lozano de la Torre y Arturo Escobar y Vega están solicitando la comparecencia de los titulares de una y otra instancias oficiales para clarificar la ruta para la licitación de frecuencias del espectro radioeléctrico.
El enredo surge de la determinación de la SCT de anular el programa que había diseñado originalmente la Cofetel, publicando a su vez uno nuevo, que a juicio de los expertos está plagada de inconsistencias legales, lo que podría abrirle la puerta a la corrupción.
Por lo pronto, además, ha trascendido que la dependencia encabezada por Luis Téllez publicará un nuevo reglamento interno… que le restaría facultades a la Cofetel, por más que es autónoma.
Crece Estafeta
En un capítulo más de su expansión acelerada, la empresa de mensajería, paquetería y servicios logísticos Estafeta acaba de fortalecer su flota aérea con dos aviones Bombardier CRJ 100/200 con capacidad de carga de cinco toneladas y media.
Las naves cubrirán las rutas Ciudad Juárez-La Paz-San Luis Potosí y Villahermosa-Guadalajara-San Luis Potosí.
La compañía dirigida por José Antonio Armendáriz cuenta con una flota de cinco aviones Boeing 737 cargueros, que cubren 12 destinos nacionales e internacionales.
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