Pecado de Cemex
Acusada abiertamente por el presidente Hugo Chávez de haber saqueado sus plantas en Venezuela, lo cierto es que el pecado de Cementos Mexicanos fue engolosinarse con las exportaciones… a soslayo de los subsidios recibidos
Dicho con todas las letras, la empresa de Lorenzo Zambrano descuidó el mercado interno en una coyuntura de gran demanda ante los programas de construcción de viviendas de interés social emprendidos por el gobierno del país sudamericano, revirtiendo los apoyos hacia los mercados internacionales, con énfasis en el de Estados Unidos.
Se diría, pues, que los combustibles baratos de Venezuela beneficiaron a los consumidores del país de las barras y las estrellas.
La liga empezó a estirarse a la compra misma de las plantas que operaban bajo la razón social Vencemos (Venezolana de Cementos), en una coyuntura en que los Estados Unidos le habían aplicado una cuota compensatoria, es decir, un arancel extraordinario a las exportaciones de la firma mexicana, tras acusarla de incursionar con dumping o precio inferior al del mercado de origen.
La frontera, pues, se había cerrado a la mayor productora de cemento en el país, lo que le obligaba a expandir su operación en el planeta. De hecho, en la rendija se adquirieron las empresas españolas Valenciana de Cementos y Sanson, además de otras en Centro, Sudamérica y el Caribe. La buena suerte, sin embargo, es que ante la imposibilidad de cubrir el abasto interno con producción propia, la Casa Blanca decidió abrir cuotas o cupos, es decir, montos específicos de importación sin arancel o impuesto de ingreso al calce… de países sudamericanos, Venezuela a la cabeza.
La oportunidad la aprovechó íntegramente la firma con sede central en Monterrey, al punto que en dos años había cubierto el costo de las plantas en la nación Sudamericana.
Lo demás eran ganancias.
Del tamaño del éxito habla la proyección del director general de Vencemos, hoy Cementos de Venezuela, como el sucesor natural de Lorenzo Zambrano cuando suene la hora del retiro.
El caso es que la ruta se mantuvo intacta hasta el pasado abril, cuando, en uno de sus habituales “arranques”, el presidente de Venezuela lanzó la amenaza de nacionalización, si bien bajo el disfraz de venta obligatoria.
El golpe, que de pasadita alcanzaba a las plantas de la firma suiza Holcim y la francesa Lafarge, se anunció justo a la entrega de una unidad habitacional para los integrantes del ejército, en cuyo evento participaban, naturalmente, los altos mandos castrenses.
Como recordará usted, el gobierno chavista abrió un lapso para negociar el precio y condiciones sobre la base de mantenerse una participación minoritaria de los dueños de las firmas privadas.
El problema es que, aunque buscó la intermediación de personajes de la izquierda mexicana para allanar el camino a un arreglo justo, las señales apuntan a que Cementos Mexicanos se equivocó de interlocutores.
Se diría que le pasó lo mismo que en Indonesia, cuando debió enfrentar la marcha atrás del gobierno de ese país frente a su promesa de venderle mayoría en la principal cementera local, tras negociar un segmento minoritario.
Del tamaño del desfase habla la pretensión de la firma mexicana de recibir una indemnización de mil 300 millones de dólares, frente a los mil millones en que calculan el costo de las plantas las corredurías estadounidenses… o los 400 que ofrece el gobierno venezolano.
En la paradoja, Holcim y Lafargue estarían recibiendo más que la compañía de Zambrano, pese a que los activos de cada una de ellas equivalen a la mitad de los de Cemex.
Y a lo mejor usted piensa que Cementos Mexicanos está pagando los desplantes del locuaz ex presidente Vicente Fox contra el gobierno venezolano. Sin embargo, otras empresas nacionales acosadas por éste han logrado que las aguas retornen a su cauce.
Ahí está, para no ir tan lejos, el caso de Femsa, la principal productora de bebidas en el país, a quien se cercaron sus plantas en la nación sudamericana en reclamo de cuestiones laborales que en justicia le habían sido heredadas por los anteriores dueños.
Más aún, el grupo Bimbo logró alejar el fantasma de una eventual nacionalización o venta forzada de sus plantas, en tanto Proter & Gamble revirtió la toma de las de su propiedad con una relación tersa con el régimen chavista.
Cemex, pues, equivocó las señales y se metió en un camino de terracería.
Balance General
Planteado como el gran logro del organismo que aglutina a las empresas productoras de alimentos y bebidas conocido como ConMéxico (Consejo Mexicano de la industria de Productos de Consumo) y el Consejo de Regulación y Ética Publicitaria (Conar), hete aquí que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), no está de acuerdo con los términos del Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas para el Público Infantil.
La razón es simple: el ordenamiento apunta sólo hacia la buena fe de la empresas, a manera de cartilla, es decir, no se prevén sanciones para las compañías que infrinjan sus disposiciones.
Se diría, pues, que se confeccionó con terciopelo.
Más aún, sus referencias hacia el combate a la obesidad infantil son vagas y superfluas.
El gozo, pues, se fue a lo profundo del pozo.
No la amuelen
En una extensa carta dirigida a la Organización Internacional de Trabajadores Metalúrgicos (Steelworkers), la Sociedad Coorperativa de Producción Veta de Plata le hace una enérgica recriminación por la defensa a ultranza que ha emprendido a favor del líder minero Napoleón Gómez Urrutia.
Dirigida al presidente del organismo, Leo W. Gerard, la misiva, firmada por cuatro mil integrantes de la sociedad minera, señala a la letra que se está encubriendo a un defraudador prófugo de la justicia “que se ha enriquecido sustrayendo recursos del sindicato y dinero que les pertenece a los trabajadores”.
¡Pácatelas!
Entre los calificativos más recurrentes en la carta está el de deslealtad.
Siempre no
Subida unilateralmente al podio y autocolocada al pecho la medalla de oro de las transmisiones de los Juegos Olímpicos de Beijing, ahora resulta que Televisa no resultó tan arrolladora. De entrada, Televisión Azteca logró más número de patrocinios. Estamos hablando de 52 horas de spoteo regular, frente a 48 de la firma de Emilio Azcárraga Jean.
Más aún, la televisora del Ajusco ofreció 20 horas de patrocinios y Televisa ninguno.
Digamos que los anunciantes optaron por los canales 7 y 13.
Y si le seguimos, Televisa debió colocar el doble de promos que TV Azteca porque su tiempo no se vendió. En paralelo, colocó 51 minutos de identificadores de canal. Las estadísticas están en la mesa. albertobach@yahoo.com.mx, barrancoalberto@prodigy.net.mx