Todos contra Cofepris
La negativa de la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a dar su aval a un Código de Autorregulación de Publicidad en Alimentos y Bebidas para el Público Infantil ha desatado una violenta tormenta en su contra.
Mientras el poderoso Consejo de Empresas Productoras de Alimentos y Bebidas (ConMéxico) la acusa de plano de dictatorial, el Consejo Nacional de la Comunicación la califica de insensible.
Lo dramático del asunto es que la andanada la apuntalan también las Secretarías de Economía y Educación Pública, integradas en frente común con la industria.
Del otro lado de la moneda, la única que está dando la batalla es la de Salud.
La manzana de la discordia, como usted sabe, se inscribe en el intento de proteger a los niños de los riesgos de la obesidad, en un escenario en que hace dos años la Organización Mundial de la Salud alertó de lo que calificó como una grave amenaza que podría colapsar el sistema de salud del país.
El documento planteaba una gráfica que apuntaba directo a una sobredemanda de atención médica ante problemas como desnutrición, diabetes, hipertensión… Lo inaudito del asunto es que el gobierno foxista soslayó la gravedad del asunto, al punto de mandar el papel al archivo, acaso porque como lo dijera el propio Ejecutivo, había cerrado el changarro desde un año antes.
Y aunque el Congreso decidió tomar el toro por los cuernos, los intentos de plantear una legislación en la materia fueron acotados por un feroz cabildeo desatado por la industria, vía la promesa de enriquecer sus productos con vitaminas y minerales y buscar la autorregulación en materia de publicidad.
El intento hablaba, por ejemplo, de impedir que en las escuelas se expidieran productos considerados chatarra, lo que provocó el grito en el cielo de la Secretaría de Educación Pública.
La razón es simple: la dependencia no quiere líos con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que encabeza Elba Esther Gordillo, quien por aquellas cosas raras de la vida mantiene la concesión de las llamadas cooperativas escolares.
En el camino, en afán de proteger sus ingresos publicitarios, Televisa lanzó su reality show bajo la promoción de reducir un millón de kilos.
Como usted sabe, la facturación por pautas publicitarias de empresas productoras de alimentos y bebidas representa el 60 por ciento de los ingresos de la televisora.
El eje de la contraofensiva de ConMéxico se ubicaba, además, en la posibilidad de un Código de Autorregulación de Publicidad de Alimentos y Bebidas para el Público Infantil avalado por el Consejo Nacional de la Comunicación.
La idea era simple: Acotar el bombardeo que induce a los niños hacia el consumo de productos con alto contenido de azúcares y carbohidratos en lo general.
El problema, a juicio de la Cofepris que encabeza Miguel Ángel Toscano Velasco, es que el documento planteaba apenas alguna vaga restricción publicitaria; se limitaba a sólo un segmento de la población; era laxo, y no preveía sanciones para las empresas que infrinjan sus disposiciones.
Dicho con todas las letras, no tiene dientes… por más que se prevea la expulsión del propio Consejo de Autorregulación para los infractores.
De acuerdo al organismo regulador una medida de fondo sería colocar en las envolturas o envases de los productos un semáforo, que se pondría en rojo para los que conllevan un riesgo de provocar obesidad o desnutrición; en amarillo para aquellos con alguna dosis de peligro, y en verde para los confiables.
La alternativa incendió la pradera. Por lo pronto, el estira y afloja provocó que se soslayaran los riesgos para adolescentes de hasta 18 años, concentrándose la supuesta ofensiva en el público infantil.
Y a lo mejor el jaloneo quedaría en un simple sainete, de no ser por un pequeño detalle: el riesgo apunta hacia un grave problema de salud pública.
Balance General
Pues ahora resulta que la principal oposición a la posibilidad de reglamentar a las empresas outsourcing, es decir, las que subcontratan trabajadores para ofrecer servicios a terceros, proviene de la Secretaría del Trabajo.
De hecho, el titular de la dependencia, Javier Lozano Alarcón, le envió una misiva al director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Juan Molinar Horcasitas, manifestándole su extrañamiento por no haberlo incluido en la discusión.
Como usted sabe la alternativa para evitar violaciones a la seguridad social por parte de este tipo de empresas la analiza el Senado de la República, vía una iniciativa de reforma a la Ley del Seguro Social que aprobó por unanimidad la Cámara de Diputados.
El eje de la ofensiva se ubica en combatir a firmas pirata que saltan de una a otras razones sociales y domicilios para evitar la incorporación de los subcontratados al organismo, además, naturalmente, del Infonavit y el Sistema de Ahorro para el Retiro.
De aprobarse el ordenamiento las firmas que contratan las outsourcing se harían responsables solidarias, es decir responderían por los abusos cometidos.
Milagro de los peces
En la búsqueda de alcanzar un mayor rendimiento para los recursos que maneja día a día en las mesas de dinero, el gobierno capitalino abrió ayer, bajo la figura de sociedad de inversión cerrada, es decir sólo para inversionistas institucionales, el Fondo Ciudad de México.
El capital inicial será de mil millones de pesos, pudiendo ampliarse hasta cuatro mil.
Los recursos los manejará el Banco Mifel de Daniel Becker, bajo un esquema en el que no caben las apuestas de riesgo, es decir la compra de acciones.
El 80 por ciento se orientará a valores gubernamentales.
De entrada, el fondo recibió la calidad crediticia triple A por parte de la calificadora estadounidense Fitch. El campanazo de salida lo dio el Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.
Crece SCA
La noticia es que la empresa papelera sueca SCA invertirá 240 millones de dólares para la construcción de una nueva planta en el país, cuya producción se orientará a papel sanitario biodegradable.
La firma produce, entre otras, la marca Regio, cuyo producto estelar es el triple hoja.
La factoría se ubicará en el área metropolitana de la ciudad de México.
El presidente de la firma para México y Centroamérica es Jaime Costa Lavín.
Las ventas del segmento alcanzan 458 millones de dólares, de los cuales dos terceras partes corresponden sólo a papel higiénico.
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