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En el aire, Zona Metropolitana

arturo gonzález gonzález

La disposición y el interés que muestran los alcaldes de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo por consolidar a la Zona Metropolitana de La Laguna son engañosos. Por una parte, prestos se muestran a la hora de firmar convenios de asociación y tomarse la fotografía y, por la otra, triste realidad, a ningún consenso han llegado en cuanto a los proyectos a realizar con los 250 millones de pesos autorizados a finales de 2007 por el Congreso del la Unión para la realización de obras de infraestructura urbana. Peor aún, los propios munícipes y sus colaboradores parecen no tener una idea clara de los procedimientos que deben seguirse para poder acceder a los recursos federales.

Pero si vamos un poco más allá y nos asomamos al pasado inmediato, vemos que las autoridades locales de las llamadas “tres ciudades hermanas” en muy pocas cosas han logrado acuerdos para armonizar la vida de una de las zonas conurbadas y de las fronteras interestatales más dinámicas del país. Además, el destino de los numerosos planes conjuntos anteriores ha sido siempre el fracaso.

En junio de 2007, los entonces presidentes municipales de Gómez Palacio y Lerdo, Octaviano Rendón y Antonio Olivas, respectivamente, se reunieron en el lecho seco del río Nazas con su homólogo de Torreón, José Ángel Pérez, para firmar la carta de intención de los municipios de la Zona Metropolitana de La Laguna, con lo cual daban inicio al proceso de registro para acceder a un fondo federal de apoyo económico para proyectos comunes de infraestructura urbana. El entusiasmo mostrado en el acto oficial desapareció de inmediato y pasaron meses sin que se hablara más del tema, el cual también estuvo ausente de las campañas y compromisos de los nuevos alcaldes de Gómez Palacio y Lerdo, Ricardo Rebollo y Carlos Aguilera, respectivamente.

Fueron los legisladores federales laguneros quienes casi al final del año revivieron el asunto y advirtieron que hacían falta algunos requisitos, como la aprobación del Congreso de Coahuila, para que en la Cámara de Diputados federal se incluyera a La Laguna en la partida presupuestal del fondo metropolitano. Luego del “regaño” de los legisladores, los ayuntamientos y diputados locales reaccionaron, pero con poca presteza.

Cuando en noviembre se autorizaron los 250 millones de pesos, los alcaldes festejaron el hecho como un gran logro, pero a la hora de preguntarles sobre lo que iban a hacer con ese dinero, la respuesta fue unánime: “todavía no sabemos”… Y a la fecha siguen sin saberlo, pese a que ya realizaron una consulta ciudadana y se entrevistaron con los representantes de la Iniciativa Privada regional. Las propuestas van desde la construcción de puentes y la prolongación de bulevares hasta obras de infraestructura hidráulica, planes que todavía no superan la etapa de la mera declaración.

Y antes de que estas abstracciones se conviertan en realidad, hay una serie de pasos que los interesados deben dar. Luego de la firma el 31 de enero pasado en Ciudad Lerdo del convenio de la Asociación de Municipios de la Zona Metropolitana de La Laguna, a la cual se sumará Matamoros, los municipios y gobiernos de Coahuila y Durango deben, entre otras cosas, formar un fideicomiso y entregar los proyectos ejecutivos de las obras a realizar antes del 31 de marzo de 2008.

Pero la historia de las acciones conjuntas promovidas por las autoridades en la región no permite ser muy optimistas respecto a esta nueva aventura. Basta ver en dónde quedaron todas las buenas intenciones de la Comisión Interestatal para el Desarrollo Regional (Cider), la cual, por cierto, fue presidida por el actual alcalde de Gómez Palacio; o revisar en qué etapa se encuentra el ambicioso plan de creación de la Policía Metropolitana (Metropol) de la Comarca Lagunera. Sólo proyectos inconclusos.

Lo peor es que ni siquiera en las cuestiones más elementales se logran acuerdos. Ahí tenemos la disparidad entre los reglamentos municipales de alcoholes y vialidad, por ejemplo. Mientras que en Torreón la venta de bebidas embriagantes termina a las 9 de la noche y está prohibida el domingo, al otro lado del lecho seco no hay restricciones. Si de este lado se restringe la emisión de permisos para circular sin placas, en Gómez Palacio y Lerdo se frotan las manos por las ganancias extra que ello les significa. ¿Dónde está, entonces, el interés común?

Los alcaldes aparentemente interesados en la consolidación del área conurbada deben darse cuenta de que fortalecer a la región significa más que irle al Santos o patrocinar al campeón del boxeo Cristian Mijares, requiere de más esfuerzo que declarar sólo buenas intenciones y proponer proyectos en abstracto, y representa mucho más que, incluso, tener disponibles 250 millones de pesos y no saber qué hacer con ellos. Hay que revisar los errores del pasado para no cometerlos en el futuro y evitar que la Zona Metropolitana de La Laguna quede en el aire, a la deriva del viento de la indecisión y la apatía gubernamentales.

Correo electrónico:

argonzalez@elsiglodetorreon. com.mx

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