Los taxistas, impotentes, son testigos de cómo “sólo algunas personas” invaden, con consentimiento de los tránsitos, su área exclusiva.
EL SIGLO DE DURANGO
VICENTE GUERRERO, DGO.- El influyentismo queda de manifiesto en las estrechas calles de esta ciudad, donde los tránsitos solapan a los comerciantes más prósperos de la región, quienes invaden los estacionamientos exclusivos de los taxistas de la CROC.
Los trabajadores del volante, con frustracion y tristeza, ven que su lugar de trabajo lo ocupan arbitrariamente los dueños de los céntricos locales ante la complacencia de Tránsito, expresó el taxista Jesús Sánchez.
Señaló que los tránsitos evaden sus responsabilidades al permitir estas irregularidades a cambio de migajas, pues está comprobado que algunos agentes reciben “mordida” en especie.
A cambio de soslayar una sanción en contra de un comerciante o locatario, los agentes de Tránsito “tienen garantizado el refreso y la chuleta”; en cambio, los taxistas -como no dan nada- hasta sus exclusivos están perdiendo.
DESIGUALDAD
El taxista Sinoé Ayala agregó que cuando se estaciona un vehículo de una persona que viene de un rancho rápidamente lo mandan quitar hasta con grúa, pero cuando se trata de personas influyentes o de algún funcionario público, los tránsitos se hacen de la vista gorda.
Algunos tránsitos aseguran que trabajen o no les pagan, evadiendo su responsabilidad, agregan los taxistas, en Vicente Guerrero se dan estos casos, pues en otros lugares como en Sombrerete, los exclusivos de los trabajadores del volante sí se respetan.
Aquí en Guerrero los agentes de Tránsito tienen miedo de infraccionar a alguien influyente, pues corren el riesgo de ser amonestados, por lo cual los croquistas denuncian esta irregularidad ante este medio de información regional y exigen respeto sin obedecer intereses mezquinos, pues se corre el riesgo de caer en la anarquía.
