Hoy se cumplen 125 años desde que llegó por primera vez el ferrocarril a Torreón. (Fotografías de Érick Sotomayor).
El 23 de septiembre de 1883 el ferrocarril arribó a la ciudad cambiando para siempre el rumbo de la misma.
Hace 125 años el ferrocarril llegó a esta región provocando un vuelco a la historia, en una fecha como hoy pero de 1883 arribó la primera máquina y con ella trajo más partes de las vías seguir abriendo paso a la impresionante máquina.
Ezequiel Romero, director del Museo del Ferrocarril, quien cuenta con toda una tradición de ferrocarrileros entre su familia dice que es de gran importancia recordar este suceso: “Porque por la llegada del ferrocarril hemos logrado tener esta ciudad de 101 años”, y añade que el ferrocarril fue parte importante para el crecimiento de la ciudad de Torreón porque los viajeros llegaban con la ilusión del llamado “oro blanco”, es decir, el algodón.
“Gente que vino a trabajar, gente que vino a hacer crecer un rancho porque en 1883 precisamente en el mes de septiembre llega el primer ferrocarril a Torreón cargado con más material para continuar con los trabajos de la vía, porque venían dos cuadrillas, una del Sur y otra de Paso del Norte, una de la Ciudad de México y otra de Ciudad Juárez”, al llegar el primer tren cargado de material ya se comenzó a gestar un mayor movimiento y el ferrocarril comenzó a cobrar mayor importancia en los ámbitos económicos y sociales.
UN CLAVO DE ORO
Posteriormente, todo este movimiento dio lugar a otro hecho relevante: “La unión de los dos grupos tanto del Norte como del Sur, ahí se unieron, incluso se clavó en la vía un clavo de oro porque quedaba conectada la capital de la República con Paso del Norte”, dijo Romero, quien lleva ya más de 70 años de estrecha relación con la historia del tren.
Pero explica don Ezequiel que fue a partir del 23 de septiembre de 1883 que cambió el rumbo de La Laguna, ya que posteriormente comenzaron a llegar los trenes con pasajeros, los vagones de carga “y se hizo más ligera y más rápida la transportación”.
Y otro gran presente que trajo consigo este medio de transporte fue la llegada de las etnias: “Es cuando llegan chinos, alemanes, japoneses, americanos y mucha gente que venía a trabajar, yo recuerdo que todavía me tocó ver -hace muchos años- a muchísima gente que venía a trabajar aquí a la pizca del algodón, estoy hablando de hace unos 40 años”.
La importancia es para todos, pero explica que él como director del museo que rinde homenaje al ferrocarril no podía dejar pasar desapercibida la fecha pues de ahí que Torreón se convirtiera en villa y se creara la estación del tren en 1888 la cual se ubicaba exactamente frente a la Casa del Cerro.
‘RECICLARTE’ PARA FESTEJAR
“En este año, durante lo que queda de septiembre y octubre vamos a tener una exposición que se llama Reciclarte, Arte en Chatarra, esta exposición es de Roberto Huerta Jiménez, que nos hizo el favor de prestarnos sus piezas para exhibirlas aquí y pues estamos muy agradecidos”.
La muesta se inaugura hoy a las 7:30 de la tarde, en la sala de exposiciones temporales del recinto. La exposición se conforma por 20 trabajos, 16 en formato mediano con aproximadamente 50 centímetros de altura, y las cuatro restantes con una altura de más de metro y medio enttre las que destacan una imagen de la Virgen de Guadalupe con 1.60 metros de altura y divertidas representaciones de la fauna como caballos, camellos, peces, etcétera.
Cabe mencionar que Huerta comenzó con estos trabajos desde el 97 y cinco años después sus obras comenzaron a consquistar a los coleccionistas de Londres, París y Estados Unidos, este último con gran demanda en ciudades como Chicago, Dallas y Nueva York.
El recinto está ubicado en bulevar Revolución y Valdez Carrillo, con horario de visita de martes a domingo de 10:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, “los martes es entrada libre y el resto de la semana se pagan diez pesos por adulto, cinco los estudiantes y adultos en plenitud y tres pesos por niño. Las escuelas que quieran visitar el museo pueden comunicarse con nosotros previamente para agenda y no hacerlos esperar”. Para mayores informes y visitas guiadas los interesados pueden llamar al teléfono 712-23-12.
PARA RECORDAR
El Museo del Ferrocarril casi es posible realizar un viaje en el tiempo a través de sus vagones, entre los cuales destacan:
-LA MÁQUINA 1140: De las máquinas venidas a México, la 1140 es de las de más bella estructura. Fue construida en 1921 por la compañía Alco y dio servicio en el año de 1942. El 21 de septiembre se trasladó al museo.
-LA FRAGUA: Este espacio se levantó en 1907 y hasta 1992 fue sede del taller de fundición, en donde se fabricaban, moldeaban o reparaban diversas piezas indispensables para el rodaje de los carros.
-UN CABÚS: Aproximadamente data de los años 20 y era utilizado por las tripulaciones de los trenes de carga.
-LA CARPINTERÍA: En 1938, este edificio albergó la carpintería de Ferrocarriles Nacionales en Torreón. Actualmente funge como una sala de exposición fotográfica, así como de algunos planos y piezas de los diferentes departamentos de la antigua compañía.
-ESTACIÓN DE BANDERA: Aquí se representa la primera Estación de Torreón, la cual se componía solamente de una caseta de madera que habitaba un guardavía y su esposa.
-ARMONERA: En este lugar se encuentra una reproducción de una armonera (carretillero) con conexión a la vía. El edificio data de mediados del siglo pasado y fue restaurado con objetos de la segunda Estación de Torreón.
-UN DEPARTAMENTO DE VÍA: En éste se exhiben herramientas que forman parte vital de todo el sistema ferroviario.
-COCHE CAMPAMENTO: Esta pieza data de 1904, fue utilizada como casa rodante por los empleados del Departamento de Vía. Cabe señalar, que un vagón lo habitaban dos familias y solamente el mayordomo de la cuadrilla era quien ocupaba un carro entero.
-ARMÓN y CARRETILLA: Data de principios del siglo pasado, esta pieza fue trasladada al Museo del Ferrocarril el 26 de febrero de 1999 y posteriormente fue restaurado.
-COCHE ESCUELA: Esta unidad data aproximadamente de los años 20. Prestaba servicios como dormitorio y poco tiempo después, el Instituto de Capacitación Ferrocarrilera lo acondicionó como aula, quedando a disposición de los instructores de la fuerza motriz.
