Comentando desde Sacramento, California, el equipo “Rivers Cats”, sucursal de los Atléticos de Oakland, viene teniendo una excelente participación en la temporada 2008 de la Triple AAA en el beisbol de los Estados Unidos, con las tribunas a su máxima capacidad en el estadio, entre 12 y 13 mil aficionados por juego.
La labor que desarrolla Robert Hemond, vicepresidente de la organización, hijo de aquel directivo de los Medias Blancas de Chicago, Roland Hemond, ha permitido que la novena venga jugando un beisbol de 500 de porcentaje en cuanto a juegos ganados y perdidos en lo que va de la temporada.
También les quiero comentar, en cuanto a Inmigración, por estos rumbos andan muy duras las redadas, que no deja de ser una constante preocupación para las familias mexicanas, pues no les interesan los hijos ni las familias, que se desintegran por culpa de esas medidas que a nadie nos gustan, pero que los americanos piensan que es lo mejor. Ojalá y las autoridades correspondientes se pongan de acuerdo para terminar con esas medidas de presión, en donde la peor parte la sufren los indocumentados. Se han organizado marchas buscando aminorar las redadas, pero a la fecha no se ha logrado nada. Sucede algún problema y de inmediato culpan a los mexicanos, y eso no es justo, porque los paisanos que andan por estas tierras vienen sólo a trabajar, cumpliendo jornadas laborales que los estadounidenses se niegan a realizar.
Por lo tanto, no es justo que para todo culpen a los mexicanos, cuando en este país viven gente de todo el mundo, algunos con papeles legales y otros indocumentados, pero la Migra sólo arremete contra los paisanos, que en su mayoría se identifica por ser buenas personas y muy trabajadoras.
Así que imaginémonos la ilusión con que cada mexicano viene a tierras norteamericanas, con el único deseo de trabajar para sacar adelante a su familia. Además se debe tomar en cuenta el serio peligro que enfrentan desde la salida de su lugar de origen sufriendo hambres y malos tratos por donde van cruzando en suelo mexicano. Y todavía llegan a las fronteras y están a expensas de los malos coyotes, quienes les cobran por pasarlos a suelo americano, y lo que tienen que caminar para llegar a alguna ciudad. Aunque algunos de nuestros paisanos, además de sufrir hambres y las inclemencias del tiempo, como calor y frío, han muerto en el intento por alcanzar el “sueño americano”, el cual muchos lo alcanzan y otros no.
Bueno paisanos, hasta la próxima con más ánimo para ayudar a los nuestros, mexicanos y laguneros. Que Dios nos bendiga a todos.