Todos salen mojados del Corona
Esta jornada estuvo inspirada por el grito de todo el pueblo de México, y el Corona no fue la excepción, aunque no en forma total, pero hubo aficionados que se vistieron de blanco para exigir que regrese la seguridad a nuestros hogares.
Salen los jugadores en playera blanca, mientras unos niños sueltan unas palomas blancas. Algunas de éstas alzan el vuelo, otras no se pueden levantar del césped y una casi lesiona a Osmar. Mientras se canta el Himno Nacional, algunas palomas que quedaron en la cancha son perseguidas hasta por cuatro personas, pero salen más listas las emplumadas y vuelan.
Santos trata de hilvanar el futbol con toques a todo lo ancho de la cancha, Vuoso tuvo una que sólo le faltó incrustarse pero el poste izquierdo salva por un momento al Necaxa.
El calor casi playero se siente en las tribunas del Corona, muchos aficionados aprovechan los volantes de publicidad para abanicarse un poco, un leve viento reconforta a los asoleados.
En una gran jugada colectiva, Vuoso coloca el balón al palo izquierdo. Cae el gol y como premio unas nubes se quedan para ver el juego sobre el Corona.
Los Guerreros tienen llegada pero aún falta darse confianza para alcanzar otro tanto que dé seguridad. Fabián Delgado se comió una mano del tamaño del mundo, pero lo bueno fue que Necaxa anda con la mira desviada.
Llega el medio tiempo y las nubes también se van a los vestidores. Las Guerreritas andan un poco desincronizadas, a lo mejor porque tienen mucho trabajo en tiempos de feria. El juego de aficionados duró lo que un raspa y gana, o sea nada, posiblemente por los tiempos de televisión, recuerden que está la Academia.
Como desde hace varias temporadas Omar “Gato” Ortiz trae un pique con la porra de La Tribu, y ahora no fue la excepción. Besos y mentadas mutuas se lanzan antes de comenzar el segundo tiempo.
Vuoso prende el acelerador desde el primer segundo, pero no se aprovechó su empuje. Luego de una falta sobre Figueroa en cancha santista, las asistencias corren a su auxilio, mientras que un camillero cae mientras corría a auxiliar al guerrero. A Oribe se le viene la noche y no se encuentra ni en la cancha, tampoco en la tribuna.
Mario Pérez empalma un balón rebotado que nunca en su vida lo había intentado y por fin le salió, al grado que no se la cree. La porra de Necaxa se le encara a Oswaldo, que hace caso omiso a sus provocaciones y sólo se pone a charlar con un recogebalones. Santos le otorga a los Hidrorrayos la iniciativa y se vuelve errática la forma como juegan los laguneros. Los de Aguascalientes esperan pacientemente, como lo ha hecho desde hace más de dos décadas.
Por fin una jugada de peligro gracias a la inclusión de Agustín Herrera. Pero la tierra llega y Daniel Guzmán manda al “Kanú” Santiago al campo para asegurar no perder.
El tiempo se agota y todo parece que los Hidrorrayos se llevan el trofeo Santos 25 Años. La tierra limpió un poco el panorama, pero las nubes se convirtieron en nubarrones que no dejan claro si los Guerreros merecían más o no.
Cinco minutos y el estadio revienta con el grito de “Santos, Santos” para empujar al equipo. Necaxa se comió los minutos, a los Guerreros no les alcanzó el tiempo.
La desesperación llegó a algunos miembros del cuerpo técnico santista que se metieron con parte de la afición, después de los reclamos y las fallas en sus cambios.
La porra de Aguascalientes se fue contenta, aunque mojada, mientras que los laguneros se tuvieron que resguardar por un momento de la lluvia, por que hasta el cielo lloró por el empate.