Hasta no ver, no creer
Los espacios vacíos que muestra el Corona son la respuesta a la incertidumbre que causa ver que los Guerreros cada vez pierden su esencia y su forma de juego. Es mejor verlo en casa que ir a asolearse y ver que en la cancha no habrá ni siquiera una oportunidad de emocionarse.
Salta a la cancha Santos, se une a la causa de los damnificados por el Nazas, a la recuperación de Silvia Vargas y a combatir el cáncer de mama. La afición también se une a la causa del buen futbol y de regresarle el brillo de campeón, que se ha venido a menos.
Matías Vuoso va a su tribuna, con su gente de sol plateas. Mientras la pequeña porra de Morelia se hace presente en ánimo y en apoyo, donde la edad no es dificultad para irle a los Monarcas.
Son tiempos muy diferentes los que se observan en el Corona, el “Matracón” Luna ve los juegos desde las tribunas, Daniel ya no usa su vestimenta kaki, Ludueña sale a la banca y la presión va haciéndose presente en los pases erróneos de algunos Guerreros.
A pesar de llegar un poco tarde, tanto la Komún como la Tribu lanzan sus cantos y sus tambores. “Daleee campeón”, se oye en el Corona para recordarles a todos los Guerreros que lo son en este momento.
Ahora Hugo León Guajardo hereda el hacerse protagonista del juego, al grado que “Chiqui Marco” le queda corto. Le saca tarjeta a cuanta falta sale, le corta las piernas a Vuoso y unifica los criterios entre los aficionados que se la “rayan” una y mil veces.
Poco qué decir del primer tiempo, salvo que no hubo juego de conjunto por ningún lado y todos esperan que en el segundo haya algo más para animarse o de lo contrario, como muchos dijeron, “se acabó el Santos”.
Las Guerreritas por lo menos sacan la casta y hacen una coreografía más coordinada, dando la muestra de que se pueden recuperar los albiverdes.
Pero Vuoso es el único que se sale del script y lucha y hace el espacio para encontrar la posibilidad. Y fue el gol de Christian Benítez el que le dio un poco de alegría para que despertara en la tribuna el “Santos... Santos”. El “Mati” lucha hasta a “gatas” para recuperar un balón, pero a la mayoría de sus compañeros parece que no les cae todavía el “veinte” de que son campeones.
Daniel Guzmán demostró que no quitará el dedo del renglón en cuanto a los cambios, le guste o no a la afición. Mete al “Kanú” Santiago como su cambio de “seguridad”, aún y que mete a Ludueña. Todos reprueban este cambio con un no generalizado, y gracias a que no quedaba mucho tiempo, el Morelia no lo aprovechó.
Le sale la apuesta a Guzmán, no pierde Santos y se afianza en el segundo puesto, detrás del Atlante. Se dio el resultado ya sin jugar buen futbol; el resultado es lo que vale la pena. La afición salió no muy convencida, pero sí tranquila por los tres puntos. Quién sabe cómo responderá para el próximo miércoles. Por mientras, aún tiene que esperar para volver a creer en los Guerreros.
