Un mejor año con una mejor salud
Es común que durante el brindis de la cena de Año Nuevo y en el momento de comer las doce uvas, entre los buenos propósitos siempre se escucha “ahora sí, me voy a poner en forma”.
Sin embargo pasa el primero de enero y como pocos son los que se levantan muy temprano para por lo menos correr un poco en cualquiera de los parques de nuestra Comarca, el deseo se va esfumando conforme llegan los días del año recién nacido.
Posiblemente en febrero ya olvidamos estos propósitos y por tanto, envueltos en la rutina, nos quedamos de nueva cuenta con las ganas de por lo menos mejorar nuestra condición física.
Algunos le entrarán a las dietas, a los programas de ejercicios o a meterse al gimnasio, pero al bajar unos cuantos kilos es muy probable que se confíe y vuelva a la alimentación que acostumbraba, para perder en unos cuantos meses lo que se consiguió. Algunos a mitad del año ya ni saben dónde dejaron sus tenis.
La perseverancia y la voluntad son importantes para poder continuar con un plan para mejorar nuestro cuerpo, pero se debe tomar en cuenta una situación, nuestra salud es lo más valioso que tenemos y que debemos de cuidar y mejorar.
Podemos tener un cuerpo muy atlético, pero si no lo acostumbramos a realizar un esfuerzo, como correr, jugar o bien hacer algún ejercicio, es muy probable que le aquejen varios problemas que no se verán de inmediato, sino a largo plazo.
El deseo de mejorar no sólo debe ser un buen propósito, sino una meta a realizar en 2009, ya que está en juego nuestra salud y bienestar. Es bueno disfrutar las fiestas decembrinas, pero recordemos que a partir del jueves primero de enero es un buen momento para cambiar.