AUXILIO. Bomberos a bordo de las unidades 675, 137 y 669 hicieron todo lo que estuvo en sus manos para rescatar los muebles.
Dos familias perdieron todo su patrimonio, sólo se quedaron con lo puesto, luego de que un voraz incendio consumiera los tejabanes donde vivían, al parecer el siniestro comenzó por un corto circuito.
Una tragedia
Los hechos que trajeron la desgracia a las familias ocurrieron a las 14:00 horas, en la Avenida Séptima en la Colonia Omega.
Vecinos del sector avisaron al 066, para pedir el auxilio de Bomberos, ya que el fuego devoraba todo a su paso. Minutos después, Bomberos de las estaciones Norte y Poniente, acudieron al llamado desesperado.
Al llegar al lugar, los apagafuegos combatieron el fuego, que ya había consumido con la mayoría de los muebles de los afectados, mismos que intentaron apagarlo con botes de agua. De acuerdo con Araceli González Medina, 28 años, quien vivía en el domicilio marcado con el número 1442, el fuego inició en la parte posterior de su vivienda, pero este se propagó de la casa de al lado. Afortunadamente en su domicilio no se encontraba su esposo Joel Hernández González, de 33 años, ni sus hijos, Wiliams Joel, de 10 años, Jonathan Efraín y Rebeca Michelle, ya que había ido a dejarlos a la Primaria Vito Alessio Robles. Por lo que no ocurrió una tragedia, pero todo lo que habían logrado con tanto esfuerzo, fue consumido por las llamas.
Con lágrimas en los ojos, la madre de familia veía sus muebles convertidos en cenizas, de los cuales sólo logró rescatar una televisión y un DVD, pero sus 3 camas, 2 roperos, sillas, sala, gabinete, comedor y los pocos aparatos electrónicos con los que contaba en la cocina, fue imposible sacarlos de la hoguera. En la casa de al lado, se vivía la misma situación, pero esta era narrada por Genaro García Moreno, de 60 años, quien se sentía impotente al no haber podido apagar el fuego, ya que él se dio cuenta que el tejaban ardía, demasiado tarde, cuando fue a revisar el cuarto de sus nietos Flavio César, de 5 años y Jennifer Alejandra, de 7 años, los que por fortuna no se encontraban en el interior.
“Cuando me metía a la casa, vi salir llamaradas”, agregó el viejo, quien gritó para pedir auxilio, mismo que fue brindado por sus vecinos que se solidarizaron para culminar el incendio. Con tinas comenzaron a regar la casa, pero su esfuerzo fue inútil.
María Vanessa Aguirre Rodríguez, de 25 años, propietaria de la casa, sufrió un desmayo al ver que de su hogar solamente quedaban cenizas y se lamentaba tristemente ya que dijo su esposo Gerónimo Alejandro García Rivas, no se encontraba con ella para darle apoyo, ya que este trabaja fuera de la ciudad.
