En el municipio de Francisco I. Madero, los jóvenes continúan con sus estudios iniciados en la UEED, aunque ahora a través de la señal que se les transmiten desde Saltillo por la UA de C.
Lo que en un principio fue un proyecto ambicioso, quedó reducido en un intento por rescatar sólo a quienes ya habían iniciado su formación mediante este sistema, mas no por darle continuidad al objetivo para el que se creó.
La actual Administración Estatal de Coahuila prácticamente sepultó a la Universidad Estatal de Educación a Distancia (UEED) y con ello, la intención de acercar los estudios de nivel medio superior y superior a miles de jóvenes que no tienen manera de acceder a éstos, por la falta de recursos económicos y la lejanía del lugar en el que viven.
Lo que en un principio se consideró como un proyecto de suma ambición, por estar orientado a abatir el enorme rezago educativo en comunidades apartadas a través de un modelo de educación presencial e interactiva, quedó reducido a un intento por rescatar sólo a quienes ya habían iniciado su formación mediante este sistema, mas no por darle continuidad al objetivo para el que se creó.
En la actualidad, los fundadores y ex trabajadores, incluso los estudiantes, navegan en la incertidumbre que les dejó la historia interrumpida de la UEED, porque ni siquiera se ha dado cumplimiento a las disposiciones de la propia autoridad estatal.
Según el decreto que abroga la Ley que crea la UEED, emitido por el Ejecutivo estatal en mayo de 2007 y del cual se logró obtener una copia, establece que la transferencia del personal adscrito a la Universidad de Educación a Distancia, a la Universidad Autónoma de Coahuila, “se llevará a cabo en los términos de las disposiciones aplicables”.
Por su parte, el documento sobre el dictamen presentado por la Comisión de Educación de la 57 Legislatura del Congreso del Estado, incluye la propuesta para que el entonces director general de la UEED, Eliseo Medina Elizondo, compareciera ante dicho órgano legislativo sin que este procedimiento se llevara a cabo.
De acuerdo con el dictamen, del cual también se tienen copias, el punto de acuerdo fue presentado por los diputados locales Silvia Garza Galván, Luis Gurza Jaidar, César Flores Sosa, José Antonio Jacinto Pacheco, Luis Alberto Mendoza Balderas y Jesús Manuel Pérez Valenzuela.
Y es que según el Artículo Cuarto del Decreto que abroga la Ley que crea la Universidad Estatal de Educación a Distancia en el Estado de Coahuila “La Universidad Autónoma de Coahuila adquiere el carácter de patrón sustituto en las relaciones laborales vigentes entre el personal académico, técnico, de apoyo, administrativo y manual adscrito a la UEED, conforme a las disposiciones aplicables”.
Dicho decreto fue enviado al Congreso del Estado con fecha nueve de mayo de 2007 por el propio Ejecutivo del Estado. La realidad en torno a los ex trabajadores, es que ninguno de ellos fue considerado por la máxima casa de estudios al momento en que a ésta le fue transferida la responsabilidad de seguir ofreciendo la modalidad de educación a distancia.
En lugar de ello, la UA de C incorporó al sistema de educación a distancia a trabajadores de su sindicato, quienes desde un principio reclamaron el derecho de obtener esas vacantes, desplazando a quienes fundaron el sistema de educación a distancia a través de la UEED y los que se sumaron a las largas filas del desempleo.
Tampoco se ha atendido la solicitud que desde marzo del año pasado hicieron los integrantes del grupo parlamentario del PAN en el Congreso del Estado, para hacer comparecer al ex director general de la UEED, Eliseo Medina Elizondo, quien debía explicar los avances y resultados de la institución a su cargo, además de dar a conocer los recursos humanos, materiales y económicos con los que contaba dicho centro educativo.
Esto, ante la presunción de que el propio ex director incumplió con los requisitos para que el proyecto funcionara, “arriesgándose hasta a crear un semestre cero al margen de las indicaciones de la Secretaría de Educación y Cultura del Estado”, según se establece en el dictamen que presentó la Comisión de Educación de la 57 Legislatura.
Desde sus inicios, el proyecto de la UEED fue tachado de tintes blanquiazules por el sólo hecho de que uno de los principales promotores fue el panista Jesús Vicente Flores Morfín, quien como diputado local presentó la iniciativa para crear la Ley de Educación a Distancia y a su vez dio origen a la Universidad, en 2003.
No se tomaron en cuenta los estudios socioeconómicos y datos que mostraban una dura realidad en torno a la educación en la región y en el país, como el que hasta el año 2000 unas 41 millones de personas mayores de 15 años carecían de educación básica completa, entre otros.
Aunque como candidato a la gubernatura, Humberto Moreira ofreció su apoyo al proyecto, la realidad fue muy distinta: apenas ocupó la silla de mandatario estatal, el subsidio a la UEED se redujo de más de 200 mil pesos mensuales a sólo 180 mil pesos.
Ex trabajadores del plantel señalan que el propio gobernante les manifestó en una ocasión que durante su periodo, el proyecto no sería respaldado por ser de origen “panista”.
UN PROYECTO TRUNCADO
Tras el surgimiento de la UEED en 2004, tuvo una aceptación y demanda inmediata de más de 600 alumnos, funcionando bajo el modelo de educación presencial interactiva a distancia. Con el apoyo de presidentes municipales y académicos, se extendió a los municipios de Matamoros, Francisco I. Madero, Parras de la Fuente y Ciudad Allende, con un telepuerto en Torreón desde el cual se transmitía la señal.
Desde el principio, el proyecto encontró arraigo y aceptación por la necesidad de brindar a los jóvenes de las comunidades, la oportunidad de una preparación universitaria y de paso, salir del cinturón de miseria en que muchas de estas localidades se encuentran.
En el ejido Santo Niño de Francisco I. Madero, uno de los municipios más afectados por la marginación y el desempleo, un grupo de campesinos donó tres hectáreas para la construcción de la Universidad, lo que no pudo concretarse tras su desaparición; en Parras de la Fuente, el grupo de madres guadalupanas que ocupan el hospital del mismo nombre, ofreció uno de los espacios para impartir clases y de paso, ahorrar siete mil pesos mensuales que se pagaban por el arrendamiento de un edificio particular.
En el municipio de Allende hubo quienes prácticamente aportaron de su propio dinero para la compra de pupitres y mobiliario escolar y organizaron rifas para disponer de más recursos en el funcionamiento de la unidad.
Con el transcurrir del tiempo y la falta de apoyo económico por parte del Gobierno del Estado y de la propia Secretaría de Educación, empezaron los problemas: el mantenimiento a los equipos no era el adecuado y los trabajadores comenzaban a impacientarse por la falta de pago, mientras que los alumnos se quejaban por la constante pérdida de la señal que ocasionaba la interrupción de las clases.
Todas las quejas de trabajadores, maestros, alumnos y padres de familia, el gobernador Humberto Moreira las remitía al secretario de Educación, Manuel Jaime Castillo, pero éste ni siquiera recibía a los inconformes.
La falta de apoyo y de una adecuada canalización del problema generó la deserción de maestros y estudiantes; las clases eran suspendidas frecuentemente, el bachillerato se cerró definitivamente en el municipio de Madero en mayo de 2007 hasta que en ese mismo mes, surgió el decreto que abrogó la creación de la UEED.
LOS EX TRABAJADORES
Unos 60 ex trabajadores, entre maestros y personal administrativo, se vieron afectados por los despidos injustificados en que incurrió la dirección general del plantel como consecuencia de la crisis financiera. A la fecha, ninguno ha sido liquidado conforme a la Ley y la inmensa mayoría se encuentra desempleada, pese a que en el caso de la planta docente, su totalidad cubría el perfil correspondiente y cuenta con estudios mínimos de maestría.
Personas que laboraron en la UEED y que pidieron el anonimato por temor a las represalias del ex director, Medina Elizondo, señalaron que los intereses políticos siempre estuvieron por encima de lo que ellos calificaron como un proyecto bondadoso, al cual se sumaron por la importancia que les representaba el acercar la educación a cientos de jóvenes de escasos recursos.
Y es que según señalaron, dicha persona incurrió en engaños al retenerles el pago que se les daría en abril de 2005 y con retroactivo al 2004, con la promesa de que ese dinero sería invertido en la propia universidad, lo cual nunca ocurrió.
En 2005, los trabajadores sólo recibieron sueldo medio año y después, se les pagaba sólo una quincena y la siguiente no, mientras que la mayor parte de 2007 ya no recibieron ningún pago. A pesar de ello, muchos de ellos continuaron impartiendo clases.
Tras su despido, hubo docentes que interpusieron demandas ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, instancia que se declaró incompetente, mientras que otros demandaban una investigación sobre el paradero de los recursos, sin que estas solicitudes fueran atendidas por las relaciones políticas que según dijeron, protegen a Eliseo Medina, quien sin embargo recurrió a promover denuncias penales en contra de algunos inconformes, acusándolos de robo y desvío de fondos como una manera de anular su lucha.
El año pasado, un grupo de 15 personas fueron llamadas a las oficinas de la JLCA por instrucciones del área jurídica de la Secretaría de Educación y Cultura de Coahuila, donde prácticamente se les obligó a aceptar el pago de las quincenas que se les debían como liquidación laboral, de lo cual no se les entregó comprobante alguno. La generalidad de los ex trabajadores se quedó esperando a que la Universidad Autónoma de Coahuila los recontratara en su calidad de “padrón sustituto” que establece el decreto que dio lugar a la desaparición de la UEED.
LOS ESTUDIANTES
Isis Hernández es una de las cerca de 80 estudiantes que tras el fracaso de la UEED, continúan con sus estudios universitarios a distancia en un espacio de la Escuela de Ciencias Biológicas de la UA de C.
Al igual que sus compañeros, intenta reponerse de la pérdida de todo un semestre por cuestiones administrativas y legales en que se vio envuelta la carrera de licenciatura en Ciencias de la Educación, la que se creó sin definir el perfil de egreso, pues en principio, se les ofreció que serían normalistas en la modalidad de primaria y preescolar, pero después se les cambió a licenciados en Educación.
En este caso, los alumnos de la licenciatura revalidaron algunas materias y al término de la carrera, en diciembre próximo, deberán cubrir otros dos años de Nivelación Pedagógica en las escuelas normalistas, la cual ya fue autorizada por la Secretaría de Educación Pública para que a su término, tengan las facultades para impartir clases en los niveles de preescolar y primaria.
La de Educación será una generación única, mientras que los que cursan la licenciatura en Administración, continúan con su preparación a través de la señal que se les transmite desde Saltillo. “Lo ideal es tener un maestro presencial, pero peleábamos tener clases y ya las recibimos aquí en la UA de C, cuando dábamos por perdida la carrera”, señala.
Otra parte de los estudiantes sigue acudiendo al gimnasio municipal de Francisco I. Madero, donde también reciben la señal vía satélite desde la capital del estado.
Quienes ya no encontraron otra opción fueron los alumnos de bachillerato y de carreras como Psicología y Derecho, que desaparecieron a los pocos meses por no tener la autorización de la SEP.