En familia. Vanesa Martínez con su familia antes del fatídico viaje a México. Su hermana Silvana busca a quienes la “contrataron”.
Se fue el 20 de mayo de 2007 para desnudarse en un prestigioso club de la Zona Rosa de la Ciudad de México. El 11 de julio dejó de llamar a su familia. En el último mensaje decía que se quería volver y que no aguantaba el encierro y el hambre. Murió el 17 de julio en la sala de urgencias de un hospital por causas dudosas y su cuerpo apareció en la morgue de la escuela de otra dependencia de salud: desde hacía varios días, los estudiantes practicaban disecciones con su cadáver. La familia reclama.
El cuerpo morocho, desnudo sobre la helada camilla de una morgue, cautivaba. Los estudiantes que una y otra vez metieron el bisturí en el cadáver para practicar medicina lo comentaban. Pocos sabían que se llamaba Vanesa Martínez, la chica argentina desaparecida desde julio de 2007, contratada presuntamente por una red de prostitución para “desnudarse” en la pista del prestigioso baile del Royal Club, en la Zona Rosa de la Ciudad de México.
¿Cómo llegó a la morgue?, se preguntan los familiares, indignados, pidiendo conocer la verdadera causa de muerte de “Vane”, de 27 años, de carácter fuerte y una diosa de las fiestas porteña y las películas porno.
Ilusiones truncadas
Se embarcó a México en un viaje sin retorno el 20 de mayo de 2007. Se calzó unos apretados jeans, una sonrisa gigante y la ilusión de hacer “plata”. Entró al país azteca como turista. Los mismos individuos que le prometieron hotel, buena paga y trabajo seguro, le conseguirían también un permiso. Llamaba frecuentemente a su familia, en especial a su hermana Silvana y a sus sobrinos. “Era muy amorosa”, dijo, y cuenta que tenían contacto por chat, y que les mandaba fotos.
Misteriosamente dejó de llamar el 11 de julio pasado, pero antes, su carácter fuerte se desmoronó. Repetía que se quería volver a Buenos Aires, que no aguantaba más sin comer, enferma y aislada. ¿Quién no la dejaba volver? No lo explicaba. “Estamos buscando a los que se la llevaron, sabíamos dónde estaba porque ella dejó todo anotado en una carta, a dónde iba, con quién fue, quién se la llevó, cuánto le iban a pagar”, comenta Silvana.
Vanesa murió el 17 de julio, en una sala de urgencias del Hospital Gregorio Salas bajo circunstancias que la Justicia mexicana aún debe explicar. El acta de defunción únicamente dice: “Insuficiencia respiratoria aguda, neumonía y desequilibrio hidroeléctrico moderado”. La familia no lo cree. Sabe que es “Vane” porque le mostraron las fotos con cicatrices que tenía en el cuello y en las manos, y su tatuaje. También le comentaron algo de sus vistosas orejas: “Como las de Dumbo”, se burlaba la familia.
Doloroso descubrimiento
Los familiares recorrieron sendas puertas burocráticas y por fin el viceconsulado argentino se hizo cargo de la denuncia en la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas de la PGR, que nada hizo. “¿Por qué nos mintieron? Queremos saber si la tenían encerrada, si murió por sobredosis de drogas, si la torturaron, si no le daban comida, si estaba enferma. Todo este tiempo supieron que ella estaba muerta y no dijeron nada”, dijo su hermana.
El diario Reforma de México publicó la historia de Vanesa y las fotos. A los pocos días, el encargado de la morgue de la Escuela de Medicina del Instituto Politécnico Nacional llamó a la Procuraduría General de Justicia del DF para informarles. Hace tres meses que habían empezado a practicar con el cuerpo de Vanesa. El embajador de Argentina en México, Jorge Raúl Yoma, dijo que la desaparición de Vanesa es un tema fundamental para la representación diplomática, pero descartó que realicen una investigación paralela a la de la Justicia mexicana. No se sabe quién la retuvo en México, por qué desapareció repentinamente y cómo reapareció en la morgue de un hospital. Será el próximo 14 de junio cuando se le practique la necropsia a Vanesa, para lo cual viajará a México un médico forense argentino.