Aumentaron las dudas en Irán sobre si el presidente Mahmud Ahmadinejad se presentará a la reelección el año que viene tras informarse que cayó enfermo debido a su intenso horario de trabajo. (Archivo)
Aumentaron las dudas en Irán sobre si el presidente Mahmud Ahmadinejad se presentará a la reelección el año que viene tras informarse que cayó enfermo debido a su intenso horario de trabajo.
Mohammad Ismail Kowsari, un parlamentario que es un aliado cercano de Ajmadineyad, dijo que el mandatario estaba enfermo, "pero eventualmente se va a curar", según informó la agencia noticiosa oficial IRNA.
"Cualquier ser humano puede acabar exhausto ante semejante cantidad de trabajo", dijo Kowsari.
Ahmadinejad, que siempre acude a reuniones y actos públicos, canceló un discurso el miércoles y no apareció en una reunión gubernamental el mismo día. El presidente, que cumplirá 53 años el lunes, acudió a una ceremonia religiosa el sábado en Teherán, aunque con aspecto cansado.
Este domingo, la televisión estatal también le mostró saludando a tres embajadores extranjeros.
En las últimas semanas, partidarios de Ajmadineyad han estado discutiendo candidatos potenciales para las próximas elecciones presidenciales, lo que parece indicar que el presidente no es la primera opción.
Kowsari acusó a sus oponentes de usar el agotamiento de Ajmadineyad como excusa para diseminar rumores acerca de la imposibilidad de que el presidente busque la reelección en junio del 2009.
"Aquellos que usan algo tan natural para una guerra psicológica fracasarán" en sus intentos de ganar el apoyo de la opinión pública, dijo.
Se desconocen más detalles sobre la salud de Ahmadinejad.
Desde la revolución islámica de 1979, cada presidente iraní ha sido reelegido a un segundo término, excepto el primero, Abolhasan Banisadr, que abandonó el país en 1981.
Los meses próximos son críticos para que Ajmadineyad recupere su base política y replique a críticos que señalan que ha incumplido sus promesas de campaña, incluyendo extender la riqueza generada por el petróleo a las provincias más pobres.
Con 10% de desempleo y 30% de inflación, Irán no ha conseguido aprovechar los altos precios del petróleo, que apenas están cubriendo sus gastos en subsidios internos.
Ajmadineyad enfrenta además cuestionamientos acerca de su actitud intransigente con occidente respecto al programa nuclear iraní, lo que ha dañado severamente las relaciones internacionales de Teherán.
Las Naciones Unidas han impuesto sanciones contra el país tres veces desde que Ahmadinejad llegó al poder en el 2005 debido a su negativa a frenar su programa de enriquecimiento de uranio.