Creo que con los últimos artículos relacionados sobre el tema de la crisis financiera por el momento es suficiente, se terminó octubre negro para todos los Mercados a pesar de que las Bolsas reaccionaron favorablemente, el tipo de cambio en nuestro país se ha estabilizado, la inflación está en línea con lo pronosticado en un rango del 5.5% a 6% al cierre del año. sin descontar que la inestabilidad continuará durante varios meses.
Por otra parte predomina la percepción de recesión mundial sin poder asegurar su profundidad y el tiempo de la misma, empresas con malos resultados, se inician despidos y para México el año 2009 se espera un panorama sombrío.- Sin embargo hay que reconocer los esfuerzos del Gobierno al implementar programas de apoyo a diversas actividades de la economía a través de la Banca de Desarrollo, ya que por lo que corresponde a la Banca en general el crédito será como habíamos comentado escaso, selectivo y caro desafortunadamente no se puede contar con ella; que pronto se les olvidó cuando hace unos meses se festinaba que la de México era la joya de la corona en relación a los resultados de cada Institución en el mundo. Independientemente que la Secretaría de Hacienda y Banxico establecieron acciones precisas para aliviar el problema de liquidez que tenemos existe el respaldo del FMI que impedirá un descalabro mayor ante un ataque especulativo.
Esta ocasión quiero abordar el tema de la Reforma Petrolera que con tanto bombo y platillos se nos anunció en todos los medios por su aprobación, del Presidente Calderón, la Secretaria de Energía, Diputados y Senadores, partidos políticos nos hacen sentir su decidida y valiente participación como si verdaderamente fuera algo extraordinario resultando que cada sector político se dice el precursor de una reforma que no fué la propuesta por el Ejecutivo, que se trata de una reforma más como un traje a la medida de los principales partidos para su propia conveniencia y no lo que se esperaba en profundidad y contenido.
Por siempre a subsistido una incapacidad absoluta para que la Industria Petrolera pueda activar el motor de crecimiento de nuestro País, generar empleos y detonar mayores inversiones; cierto es innegable la contribución de los ingresos petroleros a nuestras finanzas públicas pero resulta paradójico que una Nación con suficiente dotación petrolera registre una de las menores tasas de crecimiento económico de América Latina.
Con menores reservas anunciadas y al mismo tiempo estancadas, es natural esperar se reduzcan los recursos del presupuesto del gobierno federal y de los estados afectando principalmente el gasto social agudizándose por la baja en los precios internacionales y sólo augura una contracción de la capacidad de crecimiento de la economía mexicana por la disminución de las divisas aportadas por el sector.
El monopolio de Pemex y la demagogia de los gobiernos anteriores, aunado al temor de los encabezados por Fox y Calderón de poder acotar la corrupción y malos manejos en la administración de la misma, dejando a los dirigentes petroleros manos libres en el asfixiante cerco de condiciones insultantes para la sociedad, así como el nulo cabildeo con la oposición, impide crear la riqueza necesaria para salvar a millones de mexicanos de la pobreza y marginación y todos los políticos insultan nuestra inteligencia al afirmar que a pesar de la nueva reforma, el petróleo es de los mexicanos y yo me pregunto cual es el respaldo de ésta aseveración, pues desconozco la claridad de la renta petrolera, si los recursos son de ésta empresa o de los mexicanos pero además no se conoce las inversiones en infraestructura y quien verdaderamente regula y vigila la correcta asignación de los recursos y la medición de riesgos al igual que la exigencia puntual de resultados y responsabilidades para los que administran éste organismo.
Sea publica o privada falta una verdadera transparencia en los contratos, en las obras, en las adquisiciones, en los convenios o contratos siempre ocultos obrero-patronales y en la información operativa y financiera oportuna de la empresa estableciendo indicadores claros y concretos de desempeño; lo demás es pura demagogia, por ello soy escéptico con la reforma a medias que se aprobó.
