Un vistazo al 2009
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en cumplimiento de la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, entregó al Congreso de la Unión el martes primero de abril un documento que establece los lineamientos económicos básicos para el año 2009.
Las expectativas de la SHCP son de un crecimiento económico de 4 por ciento, una inflación del 3 por ciento y un promedio anual de las tasas de interés de los CETES de 6.5 por ciento para el año próximo.
Estas previsiones económicas que se presentan para México son, desde mi punto de vista, optimistas. Ello se debe a que dependen, en una parte importante, de supuestos relativamente alegres en relación con el crecimiento económico (2.3 por ciento) y las tasas de interés (1.9 por ciento) en Estados Unidos (EU), así como de la convergencia de la inflación hacia el 3 por ciento en nuestro país.
Hay, eso sí, algunas estimaciones más conservadoras, como es el caso del precio del petróleo (59.2 dólares por barril) y de la paridad del peso con el dólar (11.20 pesos); así como la especulación de una plataforma de exportación de crudo de 1.610 millones de barriles diarios (mbd), aún cuando durante el primer bimestre de este año fue de 1.432 mbd y sigue la declinación de la producción de Cantarell.
Los economistas de la SHCP nos transmiten, con estas previsiones, una visión del entorno externo e interno muy positiva para 2009. Ello se debe, en gran parte, a que tomaron como base supuestos sobre las expectativas para EU que datan de principios del mes pasado y que se encuentran, en la actualidad, entre los más optimistas.
Esto también encuentra soporte en la Reserva Federal (FED), que hasta hoy mantiene su previsión de que el crecimiento de la economía estadounidense regrese a su trayectoria de largo plazo en 2009, si bien Bernanke reconoció la semana pasada que pudiera haber una contracción durante el primer semestre de este año, así como que la incertidumbre sobre el pronóstico para el próximo “es bastante elevada”.
Me parece, sin embargo, que las declaraciones de los funcionarios públicos en cualquier país, por lo menos en lo que concierne a las perspectivas económicas, son por naturaleza optimistas, puesto que no desean afectar negativamente las expectativas de las personas y las empresas externando sus temores respecto al entorno.
El nivel del optimismo de los pronósticos oficiales se puede apreciar mejor al compararlos con las previsiones más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), institución que es bastante más escéptica que la SHCP y las mismas autoridades estadounidenses respecto al crecimiento probable de EU en 2009.
Por ejemplo, la semana pasada, casi en paralelo al envío del documento sobre los lineamientos económicos básicos para México, el departamento Asia-Pacífico del FMI hizo una presentación en Da Nang, Vietnam, sobre el entorno global para este y el próximo año.
Esa presentación mostró previsiones más pesimistas que las dadas a conocer al inicio del año, tanto para 2008 como 2009. Por un lado, la economía mundial se estima crezca un 3.7 por ciento este año, en comparación con el 4.1 por ciento esperado en enero. El FMI asignó, además, una probabilidad de 25 por ciento a la posibilidad de una recesión mundial, esto es, un crecimiento global en o por debajo del 3 por ciento en 2008 y 2009.
Lo más relevante para nosotros, sin embargo, son sus previsiones para el crecimiento económico de EU, que situó en 0.5 por ciento para este año y en 0.6 por ciento para el siguiente.
Estos números, no cabe duda, son bastante más pesimistas que los esperados por la FED y por nuestras autoridades. Existen, además, otras estimaciones que apuntan en la misma dirección, si bien no en los órdenes de magnitud que prevé el FMI. El promedio de ellas se ubica en 1.7 por ciento para el año próximo.
En estas condiciones, quizá sería conveniente que la SHCP revisara sus previsiones, ya que si la realidad tiende a apegarse más a las estimaciones del FMI que a las de nuestras autoridades, resultará prácticamente imposible crecer al 4 por ciento en 2009.
Los nuevos pronósticos oficiales del FMI se conocerán hoy, por lo que pudiera haber algunas variaciones en relación con los números presentados por su división Asia Pacifico la semana pasada. Considero, sin embargo, que por más cambios que pudieran darse en esos números, sus estimaciones seguirán siendo más pesimistas que las usadas por la SHCP en sus lineamientos económicos.
En lo que se refiere a los pronósticos de inflación y tasas de interés para México, la SHCP sostiene la postura oficial de que se logrará, al cierre del 2009, la meta del 3 por ciento de inflación, lo que facilitará un descenso de las tasas de interés internas.
Me parece que en esto, como en lo referente al crecimiento, las autoridades muestran un sesgo optimista, en particular cuando la tendencia de los precios es al alza desde hace más de doce meses y la meta del tres por ciento de inflación no ha sido posible alcanzarla a pesar de que data desde el año 2003.
El descenso de las tasas, si bien es un reclamo de empresarios, legisladores y analistas financieros, sólo se daría de manera sana y sostenible si el ritmo de crecimiento de los precios alcanza y se mantiene en el 3 por ciento. Ello todavía está por verse, en particular porque el Gobierno incrementará el gasto público y alimentará, con ello, las presiones inflacionarias.
Muchas cosas pueden suceder en los próximos meses que cambien las perspectivas, para bien o para mal, del 2009. Por ahora, sin embargo, la enorme incertidumbre que existe y los temores de que EU sufra una crisis profunda y duradera, hacen conveniente que las empresas mexicanas utilicen previsiones más conservadoras a las presentadas por nuestras autoridades para el próximo año.
