La política y el mercado del petróleo
Ya no está a discusión que Estados Unidos está en los linderos de una recesión pues es cuestión de tecnicismos lo importante es conocer su duración, las opiniones van de un -desastre total hasta un panorama tranquilizador, creo que lo importante es saber hasta cuando y su profundidad, el mismo Bernanke en su discurso ante la Comisión Económica de ambas Cámaras del Congreso mencionó que “ una recesión es posible”.
Con resultados mixtos en dicho país el promedio sigue siendo negativo y en México aún cuando se reconoce la solidez de las finanzas públicas y la economía mantiene un buen ritmo, es innegable más temprano que tarde resentiremos los efectos negativos a pesar del optimismo de nuestro Gobierno; la actividad fabril por sus exportaciones está disminuyendo, algunas actividades en lo particular resienten el mal desempeño de la economía de los Estados Unidos.
No debemos tampoco descuidar el peligro de escasez de granos en todo el mundo, la FAO informó que en los últimos nueve meses los precios mundiales de los alimentos han subido un 45 por ciento y alertó sobre los faltantes de arroz, trigo y maíz; a lo anterior habrá que agregar las sacudidas en el precio del petróleo que viene a obstaculizar las medidas económicas que se han tomado últimamente en diferentes aspectos y que ya comenté en notas anteriores.
La historia de México se interrelaciona con el petróleo dentro del terreno social, económico y político de tal manera que después de 70 años el tema mencionado, sigue siendo una premisa nacional, por lo tanto el debate no es nuevo y desafortunadamente bajo la bandera de un falso nacionalismo y también hay que reconocerlo, la falta de información a la sociedad sobre la materia energética, a propiciado con el correr de los tiempos, un desorden descomunal en ésta industria. que abarca desde la falta de rendición de cuentas y exigir responsabilidades; irresponsabilidades administrativas y operativas, financieras y prebendas sindicales y privadas lo que a propiciado un Pemextécnicamente quebrado con un índice de productividad y eficiencia nulo no obstante su contribución fiscal, pero adicionalmente con un panorama desolador al bajar nuestras reservas, capacidad de producción como el caso Cantarel por lo que al parecer, nuestro petróleo ha dejado de ser la panacea de la que se sirvieron muchos sexenios para su beneficio y de algunos grupos privilegiados, propiciando un modelo injusto y desequilibrado de desarrollo.
Hoy estamos ante la posibilidad de una verdadera Reforma Energética pero como sabemos ni siquiera se ha iniciado la discusión en las cámaras, ante la intransigencia de una parte del PRD que impide se inicien las discusiones sobre un tema de trascendencia histórica para nuestro país, en donde el debate libre por parte de los distintos actores políticos debe darse frente a toda la sociedad y no solo en las Cámaras y el Gobierno, también en diferentes foros profesionales, empresariales y ante la sociedad para que verdaderamente se ejerza la democracia y libertad de expresión de la que tanto alardeamos.—Pero la responsabilidad no sólo es del PRD, es también del propio Gobierno que no ha sabido implementar los mecanismos apropiados de cabildeo con la oposición, mostrando titubeos y para mí, contradicciones para abordar éste tema; primero por la presentación muy tardía por parte de la Secretaria de Energía de un diagnóstico muy interesante pero fuera de tono para lo que se estaba esperando la iniciativa respectiva, después ésta aparece sorpresivamente dando la impresión de que se trataba de dar un “madruguete “ que los jilgueros del sistema nos quieren hacer creer que se trata de una estrategia política, el PAN como ha sido su costumbre a partir del sexenio anterior, sin articulación y falto de liderazgo para encabezar propuestas y evitar confusiones; el PRI, con su estrategia neutral, oportunista y buscando sus propios intereses en lugar de propiciar el verdadero debate que clarifique dudas e inquietudes, incluso olvidándose de que dicho partido durante décadas permitió desaprovechar las oportunidades que se nos presentaron periódicamente como en el sexenio de López Portillo, en parte me divierte las continuas declaraciones de sus actuales líderes sobre el tema.
Por lo anterior no comprendo de donde viene tanto encono, ofensas y confrontaciones creando un clima de incertidumbre y divisionismo entre la sociedad por sectores nacionalistas y privatizadores, sin tener un pleno conocimiento de la propuesta del Gobierno o de la oposición. El futuro económico de la Nación tiene mucho que ver con ésta reforma, no sólo por lo que de por sí representa, faltan muchas otras como la educativa, laboral etc. y la presente es una prueba para demostrar si ya somos mayores de edad para decidir democráticamente nuestros problemas, el respeto a la Constitución y ejercer el Estado de Derecho; lo cual es lo mínimo que podemos pedir a nuestros legisladores; de no lograrse una verdadera reforma, la responsabilidad será compartida por el Gobierno, los distintos actores políticos y los propios partidos, ya es hora de las definiciones, menos discursos ingeniosos y mejores resultados.