Tiempos inciertos
“ Con los años la economía se ha vuelto cada vez más abstracta y divorciada de los acontecimientos del mundo real. Los economistas como norma, no estudian el funcionamiento del sistema económico, teorizan sobre el”
Ronald H. Coase, Investigador
El inicio del presente año es consecuente de la manera en que se comportó la economía mundial en los últimos meses del año que terminó y que podríamos resumir en una sola palabra: Incertidumbre.
Se confirmó la desaceleración en EU marcada en un principio en la crisis del sector hipotecario que de raíz tiene que ver con el manejo irresponsable en la instrumentación para el otorgamiento de este tipo de créditos, esta a su vez se trasladó al sistema financiero y posteriormente a los Mercados Bursátiles mundiales ante la desconfianza generalizada de los inversionistas no obstante las afirmaciones de que el sector hipotecario no era tan relevante dentro del contexto de los diversos segmentos en la economía de dicho país, sin embargo en la medida en que se fue conociendo el grado de riesgo y las pérdidas que los Bancos reconocieron por la integración en sus portafolios de Inversión del papel hipotecario motivó movimientos negativos en las diversas Bolsas del mundo.
A pesar de los esfuerzos que en forma atinada implementó la Fed en conjunto con los Bancos Centrales del mundo al bajar las tasas de interés, operaciones de subasta para inyectar dinero a los Mercados y el plan de contingencia aplicado por el Presidente Bush para mitigar el citado problema de las hipotecas, no han sido suficientes para dar tranquilidad a los Mercados e incluso algunos analistas hablan de una recesión en el país de referencia causando mayor inquietud en los Mercados Financieros y Económicos.
Opino que no obstante dicha desaceleración no es factible tener la certeza de lo que pueda pasar en el corto plazo, ya que es especialmente difícil en este momento determinar durante los puntos de inflexión la trayectoria que pueda seguir la economía de dicho país ya que aún cuando hay razones de sobra para calificar como preocupante dicha desaceleración, su importancia y fortaleza en el mundo nos debe también motivar a reflexionar que la economía estadounidense pueda caer a una pendiente; prueba de ello es que las exportaciones de los Estados Unidos siguen creciendo y algunas incluso a un ritmo acelerado.
Hay que considerar diversas situaciones encontradas mundialmente ya que a pesar de la citada desaceleración, la industrialización en varias partes del mundo y los altos costos de producción están fijando en opinión de los economistas, pisos permanentes muy elevados para el precio de muchos commodities. Lo mismo sucede con el precio alcista de los productos agropecuarios y el precio del petróleo, sus efectos pueden ser positivos o negativos para quienes intervienen en estas operaciones o sea a la sociedad en su conjunto.
Para México es inequívoco las repercusiones que tenemos que enfrentar, ya que como sabemos nuestra alta dependencia con Estados Unidos nos perjudica a medida que la desaceleración se prolongue (no obstante las fortalezas que tenemos en nuestros fundamentales económicos), además de que entra en vigor la nueva etapa del TLC para diversos productos nos solo con el país vecino sino además con Europa, por ello la creciente inquietud de las desventajas para competir por muchos de los participantes en el sector agropecuario.
A lo anterior hay que considerar que también a partir de esta fecha se inician los incrementos mensuales a la gasolina, diesel, energía eléctrica e incluso las repercusiones que se pueda tener con la aplicación del IETU, lo que en su conjunto repercutirá en una mayor inflación y también menor crecimiento; ya que como sabemos el PIB de nuestro país creció aproximadamente en un 3.7 el año pasado y se espera un menor crecimiento para el presente y como es de todos conocido el Producto Interno Bruto es el indicador preferente para medir el tamaño de una economía y con el se mide el grado de desempeño y éxito de la política económica de un país.
