El nuevo primer ministro de Tailandia enfrenta la tarea difícil de unificar un país desgarrado tras varios meses de violentas manifestaciones y protestas antigubernamentales que golpearon a la importante industria turística en momentos en que la economía global caía a su peor crisis en décadas.
La selección de Abhisit Vejjajiva, un líder de oposición de 44 años y educado en Oxford, representa la primera vez en ocho años que un gobierno civil será encabezado por un antagonista del exiliado primer ministro Thaksin Shinawatra, expulsado de la política tailandesa desde que fue derrocado por un golpe militar en 2006.
De una familia adinerada de origen tailandés-chino, Abhisit nació en Inglaterra y recibió educación en Eton y Oxford donde estudió en filosofía, política y economía.
Abhisit empezó el martes a estructurar su gabinete, que luchará por sellar la brecha entre la clase media, que son su base política, y la clase pobre que respaldó a Thaksin, además de manejar una economía golpeada por la turbulencia política interna y la desaceleración global.
"Ahora será más difícil para los demócratas lograr resultados rápidos para los problemas económicos que en 1997", cuando la mayoría de Asia se hundió en una recesión económica, afirmó Ekamol Khiriwat, ex director de la bolsa de valores de Tailandia. "Ahora todo está bajando de velocidad".
Se espera que Abhisit, quien tiene una buena formación económica, devele un equipo económico sólido cuando se anuncien los cargos ministeriales, probablemente el viernes.
Abhisit todavía debe ser ratificado como primer ministro por el monarca constitucional, el rey Bhumibol Adulyadej, algo que muy probablemente ocurra dentro de varios días.
Durante la votación en la cámara baja, Abhisit recibió el apoyo de 235 legisladores, comparado con los 198 que respaldaron a un ex director de la policía nacional que simpatiza con Thaksin.
La votación del lunes acabó con seis meses de inestabilidad social y manifestaciones antigubernamentales que empezaron con la toma de la casa del gobierno de Tailandia y culminaron el mes pasado, con la ocupación de los principales aeropuertos del país.