¿Será de nuevo una película de terror? ¿Es simplemente la continuación de las películas fantásticas americanas donde se realiza el sueño americano? ¿El dicho se ha convertido en pesadilla? ¿Quién entiende porque de pronto te dicen que la capacidad de compra de lo que ganas ha bajado? ¿o sea , que en la realidad ganas menos que tus ahorros valen menos? Si fuéramos filósofos idealistas nos preguntaríamos ¿Ha donde se ha ido la diferencia? ¿Ha sido culpa de los magos que desaparecieron el esfuerzo realizado y acabaron con el propósito de conseguir para realizar un sueño esta Navidad? ¡remember el 29!
Dicen que no, pero para mí lo más fantástico que hay es la bolsa. Yo no sé como la gente sigue empeñada en eso de la bolsa; bueno si lo sé, es una manera en que las empresas consiguen fondos y en que los inversionistas, ganancias; y los ilusos sueños de riqueza. La bolsa, ha pesar de todas las corbatas que ustedes quieran y todos los hombres serios, es algo así como el póker o el 21 o Las Vegas con sus focos de colores, o los tapetes verdes y en ciertos casos se convierten en desplumadero. Pero ni que decir, de la bolsa depende la economía mundial.
¿Qué es una acción? Es la aportación económica que haces a un negocio para que este produzca. Tú inviertes tu dinero con la intención de obtener ganancias; y las obtienes o pierdes según el negocio venda o no venda, produzca dividendos o no produzca, según esté saneada la empresa o no lo esté. Supuestamente, ganas o pierdes según los estados contables que mes a mes le hacen a la empresa o que anualmente se reporta. Esa es, creo yo, la única forma de saberlo.
Pero los hombres a que hablan seriamente de la economía dicen que no; la acción vale por otras cosas, por los supuestos. Es aquí donde el papelito accionario se convierte en un símbolo que puede no corresponder a su relación con la realidad. (Y dale con el símbolo) Las acciones suben de valor o bajan de valor según los deseos; siguiendo la pauta liberal de la oferta y la demanda; si muchos lo desean valdrá mucho si pocos lo desean valdrá poco. Entonces comienza el jueguito de los deseos y esto de desear y no desear fluye de los supuestos , de lo que dicen que pasará el año que entra o de lo que no pasará y de lo que se supone que las empresas van o no hacer y los mercados que tendrán.
La credibilidad de la gente es muy grande, se deja llevar, sobre todo si no se toma el trabajo de enterarse, de investigar. Todos tienden a pensar que como las casas de juegos, la bolsa está hecha para que el cliente gane y no para que la casa gane a partir de los ilusos. Llega un momento en que hay que reconocer que lasa acciones no valían lo que dicen que valen (por los estados contables que es la única realidad) y se desploma, o sea, que le dan su justo valor y te das cuenta de que ahora está en pérdida o sea , que ni siquiera el capital invertido se puede recuperar.
Las cosas son así de fantásticas. Lo que vale en eso de la bolsa son los deseos, los supuestos, las historias a futuro; y mira que hay personas que se vuelven especialistas en hacer creer a la humanidad lo que no existe. Si somos capaces de creer en los marcianos y en los fantasmas, también la credulidad puede extenderse a que nos vamos a hacer ricos de la noche a la mañana; o que los bancos son muy dadivosos al otorgarte una tarjeta de crédito de la que puedes disponer inmediatamente, y están moleste y moleste por teléfono (lo que debería de prohibirse,) y a cualquiera se la dan. Crédito que los irresponsables utilizarán sin propósito de pagarlo y por lo tanto creará pasivos al banco y su futura quiebra; por mientras puede hacer creer que el negocio va viento en popa y que tiene mucho crédito otorgado por lo que cobrará (dije supuestamente cobrará) muchos intereses, con lo que es un buen negocio, suben las acciones. Cuando el irresponsable no paga ni siquiera los intereses, vine la realidad, la quiebra. ¿Quién ganó? El que vendió ilusiones y cobra hasta por la sonrisa; porque ahora los bancos te cobran hasta por sonreírte y saludarte.
Vivir de crédito es vivir de fantasías. Si pides un peso a final de cuentas pagas dos o más. ¿Cuál es el beneficio?
Si pagaran sólo los directamente involucrados no importaría tanto, pero a fin de cuentas nos hacen pagar a todos. Si se devalúa la moneda ya lo estás pagando; la diferencia es lo que pagas. Si los gobiernos le meten lana a la fantasía, ya lo estás pagando, porque esa lana es producto de tu impuesto. Te van a decir que no alcanza para la educación (a pesar de las Humer) o para los servicios primarios o para crear fuentes de trabajo; porque hay que apuntalar a los bancos para que no quiebren para que tus ahorros no se diluyan, para que las empresas no cierren , para que el país siga viviendo.
Y no dicen quién es el ganón. Pero así está la historia que nos tocó vivir. Puras decepciones. Ustedes creen que los políticos que han de haber salido elegidos ayer estén capacitados para hacer leyes convenientes para que cosas como estas no sigan pasando? Lo dudo, pero bueno, tenemos que seguir sobreviviendo y eso ya es mucho pedir.