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Ensayo sobre la Cultura

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José Luis Herrera Arce

Seguimos con la lectura

A los libros los podemos dividir en varios géneros, entre los que podemos contar: los libros expositivos y los libros de ficción. Los primeros son aquéllos que se refieren a la difusión de las ciencias, en donde podemos incluir el ensayo. Los segundos serían aquéllos que se refieren a la literatura.

Ambos géneros nos dan una versión de la realidad, en lo que difieren es que una de las visiones es objetiva o intenta ser objetiva (la ciencia) y la otra visión es subjetiva (la literatura).

En realidad, el conocimiento del hombre siempre ha tratado de ser objetivo y sin embargo nunca ha podido serlo. Me explico: lo que ha querido conocer el hombre desde siempre, ha sido el funcionamiento del mundo y de la naturaleza, el principio de las cosas para determinar cuál es su fin; determinándolo, es posible dar un propósito a su propia vida. Desgraciadamente, la inteligencia humana está impedida para captar, con absoluta certeza, qué es lo cierto de esa realidad. Sin embargo, a la naturaleza hay que manejarla de algún modo. Muchas veces, esos modos han sido subjetivos.

La ciencia es un invento moderno, tiene tres o cuatro siglos de haber independizado de la filosofía. Antes de la ciencia ya nos explicábamos al mundo, por medio de la filosofía y por medio de la mitología. Las grandes culturas desarrolladas por grandes civilizaciones tienen como base, esas visiones subjetivas del mundo, donde se hacen templos a los dioses, en donde la belleza , la sabiduría, la justicia, la bondad, la equidad, han sido aspiraciones que por lo menos han sido representadas de alguna manera o de otra y que aún en nuestros tiempos llaman nuestra atención. Estas manifestaciones, sin apegarse mucho a la realidad, han sido funcionales, han servido para manejarnos en el mundo, aunque queramos desplazarlas por la verdad exacta.

La ciencia misma ha tenido su evolución. Me atrevería a decir que pasa de una subjetividad a otra subjetividad. Tenemos como ejemplo a la física que por lo menos hasta ahorita llevamos tres interpretaciones del mundo físico: La newtoniana, La relatividad y la física cuántica, donde una puede negar lo que ha proclamado la otra. Como podemos ver, aunque el positivismo diga lo contrario, la verdad de la ciencia no es tan objetiva que digamos.

Pero el problema del conocimiento subsiste; tenemos que seguir enfrentándonos a la realidad, a la naturaleza a nuestro destino. No podemos esperar a que alguien proclame cuál es la verdad absoluta porque la necesidad de comer es a diario, lo mismo la necesidad de darle un sentido a nuestras vidas. Nos movemos con las referencias que existen y todas esas referencias están los libros.

La literatura es la otra visión del mundo, es la visión subjetiva es lo que una persona, por lo general, tiene que decir del mundo y de las cosas. Lo que importa en la literatura es esa subjetividad, esa visión del mundo, esa creatividad que es capaz de inventar al mundo y hacernos creer que su visión es la real. Por lo menos es más agradable y de alguna manera u otra nos representa lo que vivimos cotidianamente sin que nos parezca tan agradable.

La imaginación del hombre ha creado cuartas y quintas dimensiones. (Sextas... Séptimas) esas dimensiones cuestiones las tres primeras en las que estamos acostumbrados a vivir. Si el hombre tiene conciencia de ser, por qué ha de vivir para la muerte (Sartre) o convivir con la muerte (Camus) o no poder deliberar sobre su propio destino (Sófocles) vamos a volvernos académicos, como diría Estefan Dádalus ( un personaje ficticio de Joyce) la literatura nos presenta las relaciones del hombre consigo mismo (Fausto), con los demás (Hermanos Karamasov), con la naturaleza (Moby Dick) y con Dios(Edipo Rey o el libro de Job).

Entonces, la literatura, aunque la cataloguemos como una ficción, nos habla de cosas objetivas, porque esos cuatro problemas que hemos planteado existen y no los podemos negar y hay que manejarlos de alguna manera. La experiencia subjetiva de otro, ayuda a mi propio manejo del mundo y de las cosas, porque la literatura viene a ser un espejo donde nos reflejamos nosotros mismos. (Flaubert acostumbraba a decir que él eras madam Bovary)

¡Cuánto podemos enriquecer nuestra vida si nos acercamos a la visión de la vida que tienen los demás! Nuestra misma sensibilidad va siendo educada con la sensibilidad con la que los otros perciben al mundo. Sensibilidades maravillosas como la de Emilia Pardo Bazán o la de Juan Ramón Jiménez, las voces populares que se hacen eco en la pluma de poetas como Federico García Lorca. Esta parte sensible que es la que ama, también es nuestra y también necesita satisfacción. Para ello están los libros.

De cuanto nos estamos perdiendo por no consumir buenos libros, por querernos simplificar la vida nos la complicamos más. JOLHE

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