Los escritores cabalgan de nuevo
Me acaba de llegar una convocatoria de Patronato del Isauro Martínez, y del Instituto Coahuilense de Cultura, donde se convoca a los escritores del Estado de Coahuila a reunirse y a presentar ponencias sobre la literatura contemporánea regional; aclarándose que es sobre todo de la literatura escrita a partir de los años sesenta.
Me agrada sobremanera tal convocatoria. No había habido una igual desde hace como diez años o más. Aquella vez nos reunimos en Saltillo y aunque existían los buenos propósitos de seguirnos reuniendo, nunca lo volvimos a hacer. ¿Veremos aquellas viejas caras? ¿Para qué sirve una reunión como ésta? ¿Qué tanta trascendencia tiene un evento así para el ciudadano común y corriente? ¿Por qué no se hacen más seguido?
Para principio de cuentas, comenzaré afirmando que la literatura es la conciencia de los pueblos. Como conciencia es todo lo subjetiva que ustedes gusten y manden pero lo es, y como tal nos sirve como una referencia para nuestros propios juicios críticos del ser humano que se mueve en un aquí y en un ahora, en esta lucha cotidiana de darle un sentido a la existencia.
Estoy de acuerdo que la religión y la ciencia también le dan sentido a la existencia; que todos los movimientos ideológicos y sociales también le dan sentido a la existencia. El arte es un modo más de dárselo, con la salvedad de que éste es subjetivo y precisamente por eso se diferencia de los demás. Cuando hablo del arte, hablo de todas las artes. Es una visión que de otra manera no pudiera yo tener de este mundo que me rodea. Una visión que aparte de ser crítica pretende ser estética reconociendo la necesidad del hombre de satisfacer por este medio la sensibilidad del hombre; aclaro, una sensibilidad que no se conforma con la animalidad, (el sexo la gula los demás pecados capitales o no) una sensibilidad que trasciende esa animalidad para llegar a la conmoción.
Hoy que tengo un curso de literatura contemporánea intento explicarle a mis alumnos, que a través de esos autores se ve la decepción del hombre de principios de siglo, situados en la entreguerra. El absurdo y el existencialismo, es esa conciencia del ser que pierde sus objetivos ahogando su inteligencia. Nuestra literatura, esta regional, con todas las distancias comparativas que ustedes quieran, nos hablan de lo mismo, de cómo está nuestra conciencia en nuestro aquí y en nuestro ahora. Nos habla de las búsquedas del hombre, de estos hombres tan comunes y tan corrientes que se expresan con las palabras y que intentan hacerlo bien.
¿El hombre sigue decepcionado de su mundo? La literatura es un espejo. ¿El hombre busca refugiarse en falsas huidas? La literatura es un espejo. ¿El hombre llora, ríe, goza, sufre, clama, revoluciona, critica, se compromete? La literatura es un espejo. En fin, la literatura es un espejo de esta alma que late en el estado, nuestro estado, nuestra sociedad. Es búsqueda de sentido o sinsentido.
Leyendo a O Neil y la situación de la fe cuando uno se encuentra frente a la muerte, uno de mis alumnos protestó diciéndome que era muy joven para pensar en la muerte. (Yo perdí un hijo de dos años y medio de edad). En dicho fragmento había una frase que decía: el polvo no puede amar al polvo. Yo entendí que era la rebelión de ese hombre de considerarse meramente material y su deseo de trascender en algo más. (Habrá otras versiones, como la de esperando a Godoy, donde la espera resultará inútil porque a quien se espera nunca llegará).
Nuestra espera, la nuestra; como la convocatoria lo dice, la que se expresa a partir de la irrupción de la literatura latinoamericana con el realismo mágico (acoto, Latinoamérica ya había irrumpido con el modernismo y todas las escuelas similares a los ismos que se dan en los 20 y 30, ejemplo el estridentismo mexicano) en qué situación está. La espera en sus diferentes circunstancias, no solamente las diferentes ciudades del Estado, sino los diferentes niveles sociales, o los diferentes tipos de personas, los jóvenes, los adultos, los viejos, los ricos, los pobres, las clases medias, el hombre, la mujer, la derecha, la izquierda, los de en medio; son nuestras voces, somos nosotros gritando desde las páginas de los periódicos, desde las páginas de las revistas, desde las páginas de los libros, desde las cuartillas que se quedan arrumbadas sin poder ver nunca su publicación. (¿Dónde están los mecenas?).
Lo bueno es que se dan estas cosas. Unas cuantas palabras vendrán a vacacionar a nuestra ciudad para el mes de marzo. Enhorabuena y una felicitación para los organizadores. JOLHE